Chandler me llevó a casa despues de lo sucedido.
Mamá me había estado mandando gran cantidad de mensajes, tenía llamadas perdidas de ella también.
- ¿Quieres pasar? - le pregunte a Chandler, una vez que estuvimos frente a mi casa.
- Si -sonrió.
Bajamos del auto y Chandler le puso la alarma.
Cuando entramos a la casa me llevé una sorpresa.
Nate, Marian, San, Fernanda y Grant estaban ahí y como era de esperarse Grant jugaba con Sophie.
- ¡Hasta que llegas! - dijo Fernanda
- Lo siento ¿y mi mamá?
- No esta, nos pidió que nos quedaramos con la bebé.
- Oh, gracias -sonreí.
Salude a todos allí al igual que Chandler.
Me sorprendí al ver a Nate y a Chandler darse un abrazo junto a un 'Que tal hermano'.
- ¡_______!, dile a Grant que suelte a Sophie, la quiero tener - dijo Marian, haciéndome puchero-. Vamos Grant, dejamela un rato.
- No, alejate Marian, Sophie me ama.
- ¡______!, dile algo.
- Grant, dejala -reí.
- Chandler, amigo...
- Dejala -sonrió.
- Okay.
Grant se la entregó.
Sophie reía con Marian y con Nate quien se había acercado a ella a hacerle cosquillas.
- Y entonces, ¿Dónde estaban? - pregunto Sam.
- Uhmm, Chandler me invito a comer.
- Oh.
- Si, este... ¿Puedo preguntar que le pasa Grant?
No quería decir nada, pero también había algo raro entre Sam y Fernanda.
Volviendo a lo de Grant, lo mire y estaba sentando en la alfombra, frente a Nate y su novia, con el celular en sus manos podría jurar que estaba triste.
- Que el te lo diga - dijo Fernanda.
- Claro... iré con el.
- Si, ve.
Me levante, dejando a Sam, Fernanda y a Chandler sentados en el sillon.
Me acerque a Grant, quién me sonrió en cuanto vio.
- ¿Que pasa, enana?
- Que te pasa a ti, estas muy callado.
- Estoy con el periodo.
- Grant -reí-. Cuéntame.
- Vamos.
Nos levantamos de la alfombra y Grant me abrazo por la cintura, pegandome a el.
- ¡Hey Grant!, te vigilo - grito Chandler, mientras salíamos al patio trasero.
Solo reímos y nos sentamos en las sillas de playa.
- Y bien, cuentame.
- Termine con Shirley -dijo rápidamente.
- Ouch... y-yo lo siento mucho.
- No importa - dijo apenado.
- Oh Grant - me acerque y lo abrace-. Encontraras otra chica...
- No se.
- Claro que lo harás, eres un tipo guapo.
- Gracias -rió.
- No quiero que estes asi, ¿Okay? - bese su mejilla.
- Ok, te quiero, pequeña.
- Tambien te quiero, idiota -reí-. Vamos adentro.
Entramos nuevamente a la casa y fuimos al living donde estaban todos.
Pude ver a Sam con Sophie llorando, sosteniéndola en alto y entregándosela a Chandler.
- ¿Que paso?
- Sophie esta fuerte - dijo Nate tapándose la nariz, haciendo que todos riéramos.
- Entiendo -sonreí.
- ¡Chandler llévatela!, huele feo - hablo Marian.
- ¡Oye!
- Ya,ya, perdon pero llévatela -rió.
Acompañe a Chandler a mi habitación, mientras los otros esperaban abajo.
Acostó a Sophie en la cama, mientras sacaba un pañal del closet.
Le desabrocho la parte de abajo del body y la empezó a cambiar. Me apoye en el marco de la puerta mientras el terminaba de abrocharla nuevamente.
- ¿Que pasa? - pregunto al verme sonreír.
- Nada, nada, bajemos.
Cuando Marian nos vio bajar, se acerco a nosotros.
- ¿La cambiaste?, dámela, dámela -rió.
- ¡La insulto, Chandler!, no se la des -dijo Grant.
- No la eh insultado.
- Le dijiste que olía feo, eso es un insulto para ella.
- Callate, Meadows.
- No se la dare a ninguno de los dos, ¡es mía! - Chandler sonrió y se fue a sentar al sillón con Sophie en brazos.
- Son como niños -reí.
Me senté junto a Chandler y los demas se sentaron con nostros.
Sam sacó la consola que tenia guardada en el mueble donde estaba puesta la tv y la conecto.
Luego de que jugaran todos, me tocaban a mi y a Nate.
- ¡_______!, debes sacarle sangre, pégale, pégale en la cabeza - me dijo Chandler.
- ¡Calla!, me pones nerviosa -reí.
- ¡Pero golpéalo! - le siguio Sam y Fernanda.
- A ustedes los golpearé si no se callan... ¡Ven!, me han hecho perder.
Saque Twizzlers de la caja que estaba a mi lado y se los tire.
- ¡_______, los estas dañando! - dijo Nate, mientras se llevaba la caja de dulces-. Vengan con papi mis amores - dramatizo.
- Tambien te amo, Nate -dijo Marian, quién estaba sentada a su lado.
- Oh, bebé, jamas te cambiaria por unos dulces.
- ¿Es enserio?, ¿Nate a dicho eso?, no lo creo -reí.
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