Capítulo 1.La llegada

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Esta historia inicia en un pequeño barrio de clase media, aqui vivía Camila Noceda con su pequeña hija Luz quien se encontraba de campamento.

La señora de la casa iba sacando la basura cuando se dió la vuelta para volver a casa. De repente escuchó ruidos dentro del contenedor. Al principio decidió ignorarlos pero al hacerse más molesto fue a ver. Cuál fue su sorpresa que habia un pequeño búho revolviendo tidas las bolsas causando un desastre desatando la molestia de la mayor. El pequeño animal andaba sacando pequeños objetos inservibles y los colocaba en un gran saco semi lleno que traía consigo y cuando notó su presencia descaradamente salió huyendo hacia el bosque.

Intrigada por el comportamiento de aquella avecilla lo sigue hasta llegar a una misteriosa casa que tiene una puerta con tematica de buho. Ella dudó por un segundo si debía continuar pero la curiosidad le ganó siguiéndole el pasó transportandola a otro lugar y desapareciendo esa extraño portal en segundos.

Aun cegada por el brillo decidió esperar a que su vista volviera a la normalidad. Al aclararse miró todo a su alrededor. Confundida y asustada se dió cuenta que se encontraba en una vieja casa extrañamente arreglada por lo que decidió investigar para buscar una salida.

— ¿Donde estoy? ¿Que es este lugar?.

Caminó por varios minutos, solo veía estatuas y pinturas extrañas como si estuvieran salidas de películas de terror causándole piel de gallina. En eso escuchó pequeños pasos a lo lejos. Buscó por todos lados con que defenderse hasta que encontró en una habitación igual de escabrosa una vieja raqueta de tenis. Lentamente se acercaba hacia el causante del ruido y  solo era el mismo pequeño búho que se dirigía a algún lugar. Lo siguió rápidamente pero lo volvió a perder de vista al dar la vuelta por un callejón. Frustrada pateó una puerta cercana a ella y esta se abrió dejando entrever unos objetos que le llamó la atención, le resultaban extrañamente familiares.  Entró a la habitación sin hacer ruido y comenzó a revisar todo confirmando sus sospechas.

—¡Esto no puede ser!. Se supone que Luz está en un campamento, ¿Por qué están sus cosas aquí?, necesito respuestas. Comenzó a revisar aquella habitación minuciosamente por si hallaba algo sobre el paradero de su pequeña.

De repente una figura se paró detrás suyo. Se notaba algo molesta al ver a la intrusa revisando las cosas de su pequeña aprendiz.

—¡Hey! —gritó muy fuerte asustandola y le dió más pavor cuando la vió dejando caer varias cosas que tenía en sus manos—¿Quien eres tú y cómo entraste a mi casa?—su mirada se clavó en ella observándola de pies a cabeza, algo en ella le era muy familiar.

Al voltearse encontró a una mujer alta de ojos dorados, piel pálida y una abundante cabellera de color plateado. Tenia puesto un vestido largo rojo y razgado en la parte de abajo y una gema dorada en su pecho.

—Eso mismo quisiera saber y ¿Por qué tienes cosas de mi hija?—ella debía de mostrar valentía de enfrentarse a la desconocida si quería saber todo este asunto.

—¿Hija?—sus ojos se abrieron por el encuentro sorpresivo—Entonces eres la madre de mi humana, ya veo—comenzó a observarla detenidamente entrecerrados sus ojos causándole aún más molestia a la contraria—Owlbet tonto dejaste que te siguieran—masculló irritada ante la torpeza de su palisman quien puso cara de arrepentimiento y ululó cosas que solo ella podía entender.

—¿Tu humana?—respondió ofendida— ¿Donde está Luz y qué fue lo que le hiciste monstruo?—dijo furiosa alzando su pecho para demostrar quien manda. Amenazaba con su puño derecho pero ella solo se mostraba algo fastidiada.

—¡Oye eso fue rudo!—respondió algo ofendida—tranquila ella está bien, está en la escuela de magia—dice con un tono despectivo lo ultimo, le traia recuerdos amargos—se encuentra en estos momentos con sus amigos.

—¡Llevame con ella ahora!—vociferó demandante mientras continuaba mirándola fijamente.

—Lo siento humana pero no soy bienvenida en ese lugar además ¿Por qué lo haría?.

— ¡Por que soy su madre!.

Un silencio se hizo presente hasta que algo se movió dentro de la bolsa de dormir de Luz. Al salir la pequeña criatura se asustó Camila.

—¿Por que tanto escándalo?— bostezó y talló sus ojos el pequeño ser peludo de apariencia aterradora que habia encontrado envuelto en las sabanas de la cana de Luz—¿Que no ven que intento dormir?—levantó la mirada y am ver alguien nuevo su curiosidad le ganó, se acercó hacia la intrusa y comenzó a olfatear—Un momento ¿Por qué hueles como Luz?.

—King ella es su madre y creo que ya se tiene que ir.

—No me iré sin mi hija ¡quiero a mi hija ahora!.

—No creo que ella quiera irse contigo.

—¿Tu que sabes de mi hija?. Yo he vivido con ella durante 14 años y la he criado como pude para que alguien que no conozco me diga que no se que es bueno o no para ella.

—Se más de lo que puedas imaginar humana—comenzó a caminar hacia ella—Luz me dijo que en su mundo no encajaba, cuando vino aquí al principio quería volver pero luego reflexionó y decidió quedarse aquí a pesar de que soy alguien de muy mala reputación . Ella me dio algo que nunca nadie me había dado, alguien a quien proteger en los malos momentos y estar allí en los buenos.

Ambas estaban mirándose con furia cuando un sonido de la planta baja les alertó. Juntas salieron y vieron que se trataba de la joven humana quien había regresado de Hexside.

—Eda, King ya estoy en casa—anunció como siempre pero al ver que nadie respondía se sorprendió un poco pero luego pensó que pudieron ir a hacer sus características estafas.

Un encuentro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora