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Katsuki estaba por aterrizar mientras que el vuelo de Ejiro apenas partía. El de cabellos rubios tomo su maleta y bajo del avión. Su madre estaba esperando a su precioso hijo fuera de la central y lo recibió con un cálido abrazo. -Que milagro que me recibes con abrazos y no con gritos- dijo el hijo. -Mira, te me vas callando que quiero decirte muchas cosas pero te extrañe- apretó un poco más fuerte el abrazo Mitsuki. Seguido de eso se dirigieron a un carro que conducía el nuevo marido de la rubia; Katsuki había olvidado la vida que dejó atrás. Parecía un pequeño weeb que por primera vez visitaba Japón. -¡Es tan diferente a Berlín o Amsterdam!- Pegó su cara a la ventana cuál pequeño niño. -¡Dios todo esto es demasiado loco! ¿¡Desde cuándo me mudé de acá?!- Miro a su madre con asombro. -Creo que desde que tienes diez y siete quisiste irte y tomar terapia- Han pasado diez años desde la última vez que pisó tierras Asiáticas.- ¡Wow! ¿Que ha pasado con mis amigos? ¿Sabes algo de mi papá?- Aquel hombre freno el carro algo brusco y su expresión por una un poco más molesta. -No lo sé, deje de hablar con el hace mucho- contesto de forma instantánea; casi robótica a la respuesta de Bakugo su madre. El por obvias razones sospecho del comportamiento del nuevo marido de su madre y de ella. Pero no quiso alborotar las cosas tan rápido. -Oh, bien- el auto continuo avanzando. Una vez llegaron a la casa el aura era demasiado tensa e incómoda. Mitsuki hizo la comida mientras que el hombre ya algo mayor se quedó viendo a Bakugo.

-¿Le molesto o algo?- cuestionó con una voz baja pero audible el rubio-Es solo que te pareces exageradamente a tu madre, incluso en las tetas-Expresó aquel hombre asintiendo levemente la cabeza, Bakugo se puso considerablemente rojo por lo último y frunció el ceño. -Puede que yo sea alguien más recto que usted, pero no es excusa para machacarle la cara a golpes por esa falta de respeto tanto a mi como a mí madre- Aquel hombre hecho a reír. -¡Mitsuki! Gritó desde la sala donde estaba sentado. -¡Tu hijo es un completo maricon!- Soltó una gran carcajada. Bakugo estaba desesperado y de ese mismo desespero quería llorar. Se sentía como un niño malcriado que quería golpear a el nuevo marido de su madre. Por lo tanto sacó una libreta y con los ojos aguados comenzó a escribir lo que sentía. Aquel hombre se le quedó viendo raro pero hizo una negación leve con la cabeza y puso sus ojos en la televisión viendo una noticia nueva.

"Los cautivos siguen sin aparecer desde hace ya más de dos años. Los oficiales y héroes se están rindiendo en esta búsqueda y están por dar por muertas a estas personas..."

A Katsuki le dió un escalofrío en la espalda tras escuchar eso y no sabía del porque. En eso el llamado de su madre salió. -Ya está lista el almuerzo- Se quitó el mantel y lo puso en un cesto de ropa sucia. -Ya era hora mujer tenía hambre. A la próxima quiero que seas más eficaz- Ese hombre en lo absoluto agradó a Bakugo; e incluso juró escuchar gemidos de tristeza por parte de su madre una vez cerró la puerta de la cocina.

Algo no estaba bien.

-¿¡Que Mierda Te Sucede Mujer!?- Tiró el plato a un lado asustando a Bakugou un poco. -¡Sabes Como Me Jode La Comida Picante!- Mitsuki fue corriendo a recoger el plato roto e ir directamente a la cocina a preparar algo nuevo. -Disculpame cielo, e-es solo que como a Katsuki le gusta eso...p-pues creí que...- Y ahí fue el límite de Bakugo...

Ver a su madre tirada en el suelo con una marca de mano muy roja.
-¡Animal! ¡A las mujeres no se les golpea cerdo sin conciencia!- En un acto rápido Katsuki lanzó un derechazo a aquel hombre dejándolo en el piso, se le encimo en él y repitió diversos golpes en su rostro. - ¡MUERETE! - Mitsuki quiso apartar a su hijo pero era demasiado tarde. El hombre estaba hecho fuego y una pequeña explosión empujo algo lejos a Katsuki, cerca de los cuchillos. El nombrado estaba anonadado ya había olvidado la adrenalina de una pelea villano-héroe. Bakugo tomó a su madre de los brazos e hizo que se recargara en el para salir de ahí. El hombre que estaba hecho rabias no solo constaba con ese Quirk, sino que tambien jalo dentro a Bakugo con él usando su elasticidad haciendo fuego la casa. -Escucha pequeño mocoso- halo a sus narices a el más bajo...

Escribe Para Mi •KiribakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora