El Sol Rancio Y La Luna Cegadora

Ángel

Kushina Uzumaki adoraba al novio de su hijo, era su otra mitad sin ninguna duda, pues poseía todas las características opuestas a Menma, para empezar tenía una personalidad alegre y divertida, lo que hacía fluir rápido su simpatía por los demás y sus problemas además era un buen conversador, en pocas palabras un ángel caído del cielo. Le recordaba como Minato y ella se complementaban con sus personalidades, así que por esa parte estaba satisfecha con el regalo del destino.

Y precisamente esa noche era especial para la pelirroja ya que iba a venir su "yerno favorito" a comer una deliciosa cena, un momento ideal que aprovecharía para conversar de los temas en común, asimismo hacerle algunas bromas a su serio hijo, o a su encantador esposo.

-¡Bienvenido Charasasuke-kun!-saludó la ama de casa en el instante que abrió la puerta, se hallaba sumamente contenta con su invitado.

-Gracias por invitarme a cenar, Kushina-san-agradeció cordialmente Charasasuke Uchiha, vestía unos pantalones azul marino formales, con una camisa negra, siempre que iba a convivir con sus suegros modificaba su vestimenta.

-Siempre eres bienvenido en esta casa, adelante pasa-secundó Minato al aparecer en el marco de la puerta, era amante de recibir personalmente a las visitas.

Menma contempló el encuentro sentado desde la mesa del salón, fue testigo de como su novio le sonreía a sus padres mientras estos lo veían todo encantado como si no lo hubieran visto en meses. El joven rubio no había ido a la puerta por que prácticamente Kushina y Minato lo hicieron a un lado y corrieron con emoción al vestíbulo.

Una vez que Chara entró a la vivienda localizó rápidamente a su amante, pues éste estaba mirándolo detenidamente, resultaba imposible ignorar sus ojos azules tan penetrantes. Sin vacilación o timidez, y con una sonrisa de prepotencia el Uchiha caminó hasta su dirección, depositando un tierno beso en los labios del Uzumaki, que ni se movió de su asiento, no mentía disfrutaba de esta acción.

Kushina y Minato vieron la escena con mucho cariño y orgullo, ver como Menma correspondía al beso, tomando entre sus manos el rostro de Chara, era tan dulce verlos coquetearse entre sí.

-Ejem, Kushina te ayudo a traer los platillos y poner la mesa-intervino Minato como mensaje a los enamorados de que pararan en su cortejo.

Los dos adultos se fueron hacía la cocina mientras los dos jóvenes tomaban asiento uno al lado del otro, se habían dejado llevar y olvidaron que pudieron causar incomodidad.

Unos minutos después, la inmensa diversidad de comida fue servida toda había sido elaborada con mucho amor por Kushina, se notaba en los detalles de la elaboración, todo estaba perfectamente hervido, asado, y freído.

-Vaya preparó tomates fritos y onigiri con relleno de Okaka (pescado)-exclamó con agrado Charasasuke al notar los dos platos que pusieron frente a él.

-Sé que son tus platillos favoritos, cariño-habló con orgullo, le provocaba eso al ver como Chara contemplaba con agradecimiento lo que le ofreció. A Kushina no le gustaban los tomates, de hecho no seguía recetas que lo tuvieran como ingrediente generalmente, pero cuando se trataba del hijo del Mikoto hacía una excepción-Desde que te convertiste en oficial de la policía militar no vienes tan seguido a cenar, así que pensé en realizar dos platillos extra para ti.

-Una disculpa, pero con este trabajo las salidas con familia, amigos incluso con mi Menma se han complicado-se excusó Chara un poco afectado, adoraba su trabajo pero le afectó en sus relaciones interpersonales, salía a la jefatura de policía muy temprano en la mañana y llegaba a la casa de sus padres bien entrada la noche.

-Yo te comprendo mejor que nadie, en ocasiones no puedo venir a casa debido a todo el trabajo acumulado en la torre Hokage-mencionó Minato recordando esos tiempos antes de que Menma naciera, su esposa se la pasaba comiendo sola, muchas veces se sintió culpable aunque ella no le reclamara-Aunque Kushina me manda el almuerzo y cena en obentos, no es lo mismo.