Avisos Clasificados | MinQi

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¿A quién se le iba a ocurrir que una historia de amor podía nacer de un aviso clasificado? Sobre todo, si ese aviso aparecía en el periódico de la escuela, disimulando entre otros avisos más interesantes o llamativos. Pero como el amor es inexplicable y se mete sin permiso en cada lugar, seguramente se miró el primer número del periódico "Hear Me" que editaban los estudiantes de quinto año de mi escuela y se detuvo en la página de los clasificados.
No le debe haber llamado la atención el que decía ‘‘Cambio patineta en buen estado por bicicleta por al menos una hora’’ ni el otro que proponía ‘‘Clases de danza, hablar con Mina y Momo de tercer año’’ y menos aún aquel en el que ponía ‘‘Clases particulares para primer, segundo y tercer año, comunicarse con Park Jimin de cuarto año’’ pero el que nunca podía pasarle inadvertido era aquel, rodeado de corazones, en el que se leía:

Busco alma con poesía,

capaz de enamorarse para toda la vida.

Inútil presentarse si no sabe volar.

Y ese lo había escrito mi amiga, Yuqi, una tarde de lluvia en la que nos habíamos juntado con la excusa de estudiar para la prueba de literatura, aunque en realidad, intentábamos levantarle el ánimo a Miyeon, injustamente abandonada por su novio Jungkook o, mejor dicho, reemplazada por un chico de cabellos rojos de quinto año.

—¡¿Cómo puede hacerme esto?! —lloraba Miyeon, que ya había empapado más de tres pañuelos y dos páginas del libro de literatura.

—No te pongas así —la consolaba Soyeon —. No se lo merece, Mimi.

—Pero ¿qué voy a hacer sin él? —Insistió una vez más Miyeon, a la que ni una grúa podría levantarle el ánimo.

—Olvidarlo —le aconsejé yo, alcanzándole un cuarto pañuelo y corriendo el libro antes de que los personajes de "Cuentos de amor, locura y suerte" murieran ahogados.

—¡No puedo! —Seguía sollozando Miyeon—. Él es muy especial para mí.

—El solo es un hombre — le contestó Yuqi, que hasta el momento había estado sumamente callada, mirando por la ventana de la biblioteca.

—¿Y eso qué quiere decir? —cuestioné yo, que todavía no terminaba de entender.

—Que son todos iguales. —contestó Yuqi alzando los hombros en un gesto de desgano.

—Eso no es cierto —saltamos con Miyeon, quien, despechada y todo, se negaba aceptar la afirmación categórica de nuestra amiga.

—Son todos iguales —insistió Yuqi—. Incluso las mujeres, no les importan los sentimientos, son superficiales, fríos, desconsiderados, calculadores, infieles...

—Soojin nunca me fue infiel —la interrumpió Soyeon, que estaba de novia desde hace ya un año, cinco meses y diez días.

—Pero una vez estuvo dos semanas sin llamarte por teléfono —le recordó Yuqi.

—Es distinto —defendió Soyeon—. Estábamos peleadas.

—¿Y por qué se habían peleado? —preguntó Yuqi con cierta ironía en su voz.

—Bueno... porque yo... ya sabes... yo quería... —balbuceó Soyeon sin saber que decir, estaba acorralada.

—Porque querías que te llamara por teléfono todas las noches —terminó la idea de Soyeon, con un aire triunfal—. Y ella te dijo que no hacía falta, que si habían estado juntas todo el día, que ya no tenían nada que decirse etcétera, etcétera, etcétera... Y encima se ofendió, y te pasaste dos semanas encerrada en tu casa, corriendo al teléfono cada vez que sonaba para ver si era ella ¿sí o no?

𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 (𝐆) 𝐈- 𝐃𝐋𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora