Día 2. AU Escolar.

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Teacher's Pet


Note como te miraba el profesor —dijo Jasper en forma de susurro a su amigo.

—¿De qué hablas? —Henry frunció el ceño aparentando confusión, sabía perfectamente a lo que se refería su amigo.

—No te hagas tonto, lo viste —su amigo rodo los ojos por la respuesta del rubio.

—No sé de qué hablas —afirmó Henry intentando sonar lo más convincente posible.

Al rubio no le gustaba mentir, pero sabía las consecuencias que traería que su relación saliera a la luz, hace seis meses que todo empezó, al principio eran muy reservados, pero no hace mucho que Ray, ya no disimulaba ni un poco, lo miraba con una intensidad que lo hacía temblar.

—Henry ¿Puedes quedarte un momento? Necesito comentarte algo —dijo el mayor, mirando unas hojas que tenía sobre su escritorio.

El rubio volteo a mirar a su amigo haciéndole una señal para que se fuera.

—S-sí, profesor —respondió con algo de nerviosismo, ganándose que el mayor lo mirara con una ceja enarcada.

Ray se levantó del escritorio, camino hasta la puerta para cerrarla, se dio la vuelta para mirar al hermoso joven que se encontraba con él, sin perder el menor tiempo camino rápidamente, lo tomo de la cintura acercándolo con nula delicadeza a él y lo beso.
El menor lo alejo poniendo sus manos sobre los grandes pectorales de su amante.

—Espera, no podemos estar haciendo esto aquí —dijo el rubio mirando a Ray—. Alguien podría entrar y descubrirnos.

—Lo siento, te he extrañado mucho —el castaño se acercó nuevamente intentando besar al chico, pero este no lo permitió.

—No exageres, solo fue un fin de semana, pero yo también te extrañe —Henry se acercó dejando un suave beso en los labios ajenos.

—Hoy podríamos ir a tu casa —sugirió el menor haciendo un ligero movimiento en forma de masajes sobre los pectorales del mayor.

El semblante del mayor cambio rápidamente al escuchar esto.
—No —Ray se alejó completamente del cuerpo ajeno—. Ya te lo he dicho antes, en mi casa no.

—¿Por qué no? ¿Me estas ocultando algo? —dijo el menor conteniendo las ganas de subir los tonos en su voz.

—No Henry, solo no podemos —se acercó una vez más—. Te prometo que pronto te llevaré.

—Siempre dices lo mismo, empiezo a creer que me ocultas algo —le recrimino el rubio alejándose de él.
—Confía en mí.

—Lo haré, ya tengo que irme —se acercó rápidamente, dándole un fugaz beso.

El rubio salió del aula, no había nadie merodeando por los pasillos.
Tal vez el día de conocer la casa del profesor Manchester es hoy —pensó Henry ideando un plan para seguir a su pareja.

[...]

El final de la jornada escolar por fin termino, era momento de que Henry pusiera en marcha el plan en el que había pensado durante el día.
Vio a Ray salir en su auto, Henry usaba como transporte una bicicleta, dejo que avanzara un poco para ir detrás de él, trataba de ir a una distancia prudente, para no ser descubierto.

Vio el auto detenerse, hizo lo mismo, vio como el mayor se bajó de este, se escondió detrás de un árbol que ahí se encontraba, cuando noto que el castaño ya no estaba se acercó un poco más y lo vio entrar a una bonita casa, camino hasta quedar frente a la puerta, dejo su bicicleta escondida entre unos arbustos.

•Henray Week•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora