Si tuviera que elegir mi lugar favorito en este mundo, ese sitio por el cuál vale la pena mirar hacia atrás y sumergirte en tus recuerdos para no querer salir de ellos, definitivamente sería esa bonita casa color verde menta y su gran patio en el que sentía que iba a perderme cuando tenía ocho años.
Todavía tengo presente esa específica sensación que tenía al caminar bajo la sombra de aquellos grandes árboles en el jardín, y lo genial que era entrar en la sala de estar después de haber recorrido todo mi bosque, para recostarme en el sofá rodeada de aquellas brillantes almohadas de distintos colores.
Aún puedo escuchar el en ése entonces extraño sonido que hacía el refrigerador, puedo ver el azulejo verde del piso como si estuviera de pie sobre él, y puedo ver aquel grande y viejo televisor que nunca estuvo encendido en mi presencia.
Puedo admirar todo aquello como si el tiempo jamás hubiera seguido su curso, y los árboles jamás hubieran sido talados.
Extraño el miedo que sentía durante el pequeño trayecto que debía recorrer para ir a ese tenebroso baño, el sabor de los mangos que crecían de los árboles, porque nunca he comido alguno que se le acerque ni un poco.
Extraño la tenue iluminación de esa casa, que nunca llegó a causarme incomodidad, y jugar con cada una de las mascotas que vivieron en ella a lo largo de los años en que la frecuenté; el loro, los gatos y los más de diez perros.
Extraño correr para llegar al muro de colindancia, quedarme parada ahí observando la calle, y las personas que caminaban por ella, mirar de qué color eran los autos que daban vuelta por ahí, y tener esa rara pero a la vez genial sensación de estar afuera y adentro al mismo tiempo gracias a esa cerca.
Estoy extrañando cada uno de los pequeños detalles que viví ahí, porque ya no puedo volver y ahora no tengo nada más que recuerdos.Soy Jude y el día de hoy me enteré de que han destruido mi bosque.
La cosa es que momentos antes había pasado por el lugar y decidí tocar el timbre, hace años que no veía a mi tía, la dueña de esa gran casa.
La saludé, me contó algunas cosas y me preguntó otras.
Dijo que vendió más de la mitad del terreno, así que seguramente muy pronto todo el escenario cambiará. Por todo aquello supuse que no la estaba pasando muy bien, y me sentí muy mal porque conozco tres personas en este mundo que son de lo más noble que puede existir, y definitivamente es una de ellas. A la gente buena no siempre le va tan bien.
Sentí muchas otras cosas al verla, y al ver la casa tan distinta y acabada, como si nunca hubiese sido el sitio más feliz del planeta. Y mi tía sintió otras tantas, porque lloró al recordar que su padre murió un día antes de mi cumpleaños número uno.
Pero también sonrió al ver que yo estaba bien.Fue una mañana intensa.
—Suena interesante, ¿no crees? —una voz desconocida me sacó de mis pensamientos.
—¿Qué cosa? —pregunté sin tener idea de qué hablaba, mientras de pronto ponía atención al brillante título azul frente a mi.
—"¿Qué desea soñar hoy?" Me intriga, no sé si es una pregunta seria. ¿Tú qué crees? Has estado mirando ese anuncio como por dos minutos.
—Yo no lo sé.
—Ya veo. —se abrió paso frente a mi, para arrancar dos de los pequeños papeles que colgaban del anuncio. Había un número de teléfono impreso en todos ellos, supuse que ahí podías acudir por información para sea lo que sea que vendieran. —Toma. Tal vez necesites uno.
Continué con la mirada fija sobre el cartel frente a mí, mientras el desconocido chico alto se marchaba.
Arrugué la pequeña tira de papel entre mis dedos para después dejarla en mi bolsillo, y me fuí a casa, preguntándome qué era lo que elegiría soñar si tuviera la oportunidad de hacerlo.Y el resto de mi tarde fue de lo más normal. Mi cena fue normal. Mi noche fue normal.
Hasta el día siguiente, en el que Calum hizo su segunda aparición en mi vida, y en ese momento no pensé que el mundo se detendría, pero lo hizo.
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out of this world
FanficHe tenido sueños, pero nunca uno tan real como este. @theargumeht, 2020.