Capitulo 24 - Amenaza

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Hyang-sook estaba sola en su casa, su esposo fue a trabajar, su hijo menor estaba en clases y el mayor trabajando. Estaba bastante concentrada acomodando y limpiando sus cubiertos de plata que cuando el timbre de la entrada sonó provocando que la señora Lee brincara del susto. Se puso de pie mientras caminaba hacia la puerta principal, por un momento creyó que encontraría a su hijo Donghae arrepentido por irse de casa, pero en realidad encontró a su "yerno" de pie con una sonrisa soberbia.

—Señora Lee, un gusto verla nuevamente.- Saluda él con una reverencia cordial, ella la responde con una mueca y se cruza de brazos.

—Ya me quito a mi hijo ¿Que mas quiere?- Cuestiona ella impidiéndole el paso, obviamente sin ganas de dejarlo pasar. A Hyukjae no le importa, se mete a la casa y camina por el pasillo con altanería, camina con calma hasta la sala de estar y toma asiento en el sofá. La mujer sin más remedio lo imita sin decir una sola palabra.

—Donghae se siente muy...inquieto respecto a lo que sucedido, él la ama y no quiere perderla.- Comienza el moreno en una sonrisa suave y amable.

—Mi hijo tomó una decisión, no solaparé una relación adúltera, él debe darse a respetar y tarde o temprano se dará cuenta de la equivocación que comete.- Dice ella con firmeza.

Hyukjae suspira y se recarga en el respaldo del sofá azul aqua. Cruza las piernas y coloca una de sus manos en el posa brazos. Los ojos negros tienen un destello como cuando está en un juicio que va perdiendo pero tiene un as bajo la manga. Se relame los labios y sonríe, saborea cada palabra cuando las dice con la voz siseante como la de una serpiente.

—Donghae y Donghwa saben que su verdadero padre no está muerto sino que es el hombre a que toda la vida han llamado padrastro. Usted habla de adulterio cuando engaño a su esposo moribundo.- Dice con calma, ladea la cabeza tal como el rubio suele hacerlo cuando está curioso o confundido.

Hyukjae disfruta de ver la blanca y tersa piel de la mujer tornarse pálida, casi como un fantasma. Mueve los labios pero no sale una sola palabra, parpadea confundida y traga con fuerza, sus ojos muestran miedo y el pánico se apodera de ella. Es fuerte, pero se ve claramente como intenta, se fuerza por estar estoica.

—No se de que habla.- Dice con la voz temblando.

—Usted estaba casada con Lee Seungyeon, pero tenía relaciones adúlteras con Choi Bongam, tuvo tres hijos de éste último pero los bautizó a dos con el apellido de su esposo. Cuando murió en menos de un año estaba casada y con otro hijo, que rápido se recuperó del luto.- Termina de hablar Hyukjae con una sonrisa descarada y burlona en los labios. Hyang-sook se pone de pie y señala la puerta torpemente.

—Largo de mi casa.- Dice la mujer en lo que intenta ser una orden pero termina siendo nada más palabras balbuceadas.

Hyukjae se pone de pie, ignorándola por completo. Camina por la sala admirando las fotografías encuentra una de un niño con una gorra la cabeza inclinada y el gesto de inocencia en su rostro. Era Donghae con su cabello del bonito castaño natural que es. Adorable, pensó al ver al pequeño. Tomó la foto entre sus dedos y se giró sonriendo nuevamente antes de hablar.

—Claro que me iré, pero usted como yo sabemos que eso es verdad. Solo necesite llamadas y generosos incentivos a las personas correctas. Tiene doce horas para que vuelva ser la madre amorosa y dulce con Donghae o tendrá que dar muchas explicaciones. Estoy seguro que ninguno de los dos quiere que nuestro chico rubio se sienta triste.- Mira la fotografía y pasa el pulgar por el rostro del Donghae joven, aún más joven.

—No voy a fingir...

—No fingirá, sería incapaz de pedirle algo así pero lo que sí hará es dejar de hacerse la digna cuando ambos sabemos que no es así.- Hyukjae coloca nuevamente la fotografía en la repisa.

—Va a chantajearme con esto...- Dice la señora Lee de manera despectiva, una risa seca sale de la garganta del moreno y niega poco a poco.

—Claro que no, esos son asuntos de su familia, pero su hijo me importa, seguiré a su lado mientras quiera, la única persona que me puede apartar es el, así que solo sea consciente de que su dignidad e "indignación" no le quedan. Amo a Donghae y no quiero que nadie lo dañe pero usted está haciéndolo sufrir.- Camina hacia ella con firmeza pero no se mueve de su lugar en lo más mínimo.

—Entiendo que realmente le importa mi hijo, así que puede volver y que todo siga como antes. Yo no digo...

—No, Donghae se quedará a vivir conmigo si así lo decide. Usted gánese a mi novio.- Se inclina y le da un beso en la mejilla a la mujer que lo ve incrédula.

—Maldito bastardo.- Susurra entre dientes viendo como Hyukjae camina hasta la puerta y la abre por si mismo, se gira con una enorme sonrisa en los gruesos y carnosos labios.

—Lo olvidaba, las llaves del auto de Donghae.- Se recarga en el marco de la puerta.

La señora Lee camina completamente tiesa como un poste hasta la cocina y sale con dicho objeto, los ojos llameantes de furia, parecía que quería ahorcarlo y no la culpaba.

—Aquí están.- Se las da sin muchos ánimos.

—No se preocupe vine a pie, puedo llevármelo ahora mismo ¿Cuál es "suegra"?- Pregunta el, Hyukjae le está colmando la paciencia pero ella que puede hacer, el otro la tenía arrinconada, era su maldito juguete.

Después de que la mujer le indicó a su "yerno" cuál era el auto de Donghae, no sin decirle hasta de lo que se iba a morir, mentalmente claro, el hombre salió de la propiedad. Su cuñado, Seunghyun había recogido su auto ya que se lo prestó al rubio cuando osadamente huyó de casa, así que el moreno le dejó el suyo a su novio.

A Hyukjae le encantaba cuando tomaba el papel de abogado, la misma postura y confianza que cuando estaba en el juicio, intimidante y soberbio. Además tenía otra buena noticia, legalmente y ante toda la ley estaba divorciado, al fin era un hombre libre que disfrutaría de la compañía del dulce y tierno rubio. Jamás creyó que pudiera amar tanto a un desconocido pero así fue, Lee Donghae conquistó su corazón.

El chico rubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora