¿Guerrera? o ¿Princesa?

Mar de medianoche

Trato de controlar cada facción de mi rostro para no delatarnos e intento hacer la actuación de mi vida, ladeo un poco la cabeza y pongo una mirada confundida, mientras lo veo directamente a los ojos, una vez leí que la gente cuando miente tiende a desviar la mirada para no verte a los ojos, así que centro los míos en los de él.

-¿Podría ser más claro? - le pregunto con el mejor tono confundido que puedo lograr y a la vez intentando imitar el acento de Sinse, el taxista me da una mirada dura y eleva el mentón en señal de superioridad, así que hago lo mismo - si me dijera de que me esta intentando acusar tal vez las cosas tendrían más sentido ¿no cree?

-¿Esta insinuando que no conoce a un chico de cabello ámbar  y a otro hombre cabello negro y ojos grises? 

-Podría ser cualquiera, mi acompañante tan solo es rubio por no mencionar que usted tiene el cabello negro y yo tengo ojos grises  - le digo usando el tono que a veces Oríon usaba cuando creía que una persona era tonta. Tal vez solo fuera paranoia pero Ryan tiene el cabello ámbar y Oríon tiene ojos grises y cabello negro.

-Sé que andas en cosas turbias - me dice con seguridad - no por nada usarían a los agentes especiales para ir tras de ti - me dice sonando arrogante, ¿agentes especiales?

-¿Agentes especiales? - le pregunto esta vez de verdad confundida ¿de qué rayos estaba hablando?

-Han estado preguntando por una chica de cabello negro y ojos grises y por un chico rubio y de ojos azules, de mas o menos sus estaturas que se pasean por las noches en la ciudad con ropas elegantes, ellos no dicen que sean agentes especiales pero es bastante obvio que lo son, serán agentes especiales pero son unos idiotas son tan sutiles como una bala sobre todo ese tipo de ojos grises no sé ni como llego ahí.

-Ya veo - digo - ¿entonces esas son todas sus pruebas de que nos buscan las fuerzas especiales? - le pregunto pero esta vez soy yo la que esta interesada en sacarle más información.

-¿Qué tal que los llamo? - me dice sacando su celular de su chaqueta, siento mi corazón acelerarse, mis manos comenzando a sudar y ponerse frías, pero que era lo que Oríon siempre decía, "nunca temas de una amenaza, aprovéchate de que ellos creen estar en una posición más ventajosa que tu", aparte de que podía ser de que las personas del otro lado del teléfono pudieran ser Oríon y Ryan, si no tal vez me daría tiempo de volver al palacio junto con James, sin mencionar que los padres de James son los nuevos reyes podríamos salir fácilmente de esta ¿no?

-Por favor, hágalo así podrá salir de la duda - le digo con un movimiento de mano hacia su celular.

-No crea que me intimida - me dice comenzando a marcar los números en su celular, siento el latido de mi corazón fuertemente en mis oídos y como cada uno de mis músculos se tensan, pero al mismo tiempo me esfuerzo por mantener mi cara lo más serena posible.

-Le digo lo mismo - le respondo cruzándome de piernas y con un tono de seguridad que hasta a mi me sorprende aunque por dentro me estaba muriendo de los nervios y tenía la boca seca.

Coloca su celular en su oído derecho y después de unos cuantos segundos una sonrisa ladina aparece en sus labios como cuando un cazador ha alcanzado a su presa.

-Tengo una denuncia - dice casi como si lo estuviera gozando - nos conocimos hace unos días me pregunto por un par de chicos, uno rubio y de ojos azules y una de cabello negro y ojos grises - le dice mientras a mi me dedica una mirada de te he atrapado - se encuentran ahora mismo en mi taxi - de repente el taxista hace una cara de desconcierto y duda, se despego el celular del oído y me lo extendió - quiere hablar con usted - extendí la mano intentando que no me temblara.

-Sí - contesto con un pequeño temblor en la voz que trato de disimular.

-Ah, mi sobrina favorita - dice la singular voz de Oríon - no le digas a tu hermana ella cree que es mi sobrina favorita  - suelto una pequeña risilla del alivio que siento, es como si por primera vez en mucho tiempo pudiera respirar de forma adecuada, como si algo pesado hubiera estado sobre mi pecho impidiéndome respirar de forma adecuada o como si tuviera un parásito que me había estado robando el aire.