Ahí estaba yo, llorando en la habitación de la casa a la que recién nos mudamos. Eran vacaciones y en lugar de disfrutarlas, lo único que yo hacía era desahogar mi llanto, cada día, a todas horas, todas las semanas.
Las personas que me rodeaban no dejaban de cuestionarse que era lo que me ocurría, mencionaban el dramatísmo como primer causa de mis lágrimas, pero no era así de simple.
Aunque era una niña de 12 años con un buen promedio escolar,rodeada de amistades y una familia bonita conformada por mis padres, (ambos profesores) un hermano excepcional y una hermana fascinante, me seguía sintiendo vacia. Seguía sin encontrar mi lugar. Seguía rompiendo en llanto y silenciosamente cada noche le preguntaba a Dios: ¿Por qué a mi?.
Un día mi madre, harta de verme así, se paro frente a la cama donde yo me hundía deprimida y pregunto:
-"¡¿Que te pasa?! ¡¿Que es lo que tienes?! Llevas todas las vacaciones llorando, yo no sé que te pasa pero estoy harta de verte sufrir.
¿Extrañas a alguien? ... ¿Extrañas a algún niño?..."-.
-"No"- exclame sigilosamente.
Tras una pausa diminuta, mi madre me preguntó con claras intenciones:
-"¿Extrañas a... una niña?-.
Mi corazón se paralizó y mi mente me hiso responder rápidamente:
-"¡NO!, Y no se que tengo."
Desvie la mirada y le dí la espalda a mi mamá como lenguaje de no querer hablar más con ella.
Cuando ella salió de mi cuarto, mi corazón se fué tranquilizando lentamente, y esque era la primera vez que le mentía a mi madre con una pregunta tan directa.
Yo sabía perfectamente qué tenía y qué me pasaba, yo sabía perfectamente que mi depresión no era mas que producto de extrañar a alguien, yo sabía perfectamente que mi madre tenía razón, ya que, efectivamente... ese "alguien" era de mi mismo sexo.
Y no era tanto el hecho de que ansiara volver a verla, sino que tantas lagrimas eran desatadas por lo desubicada que me sentía y por el miedo que tenía de estar sintiendo cosas por aquella mujer.
Era increíble lo perdida que me encontraba, pero que al mismo tiempo yo encontrara mi lugar, hallaba mi verdadero sitio. Y lo descubrì a su lado.
Todas mis amigas hablaban de sus pretendientes, novios o quedantes y de todo lo que sentian por ellos. Jamás presente sentimientos similares a los que ellas narraban, hasta que la conocí a ella.
Y esque despues de meses comprendí que ella estaba provocando en mí todo lo que "debería" provocar algun varón.
Con el tiempo y a mi corta edad, identifiqué que era atracción pura y verdadera. Y que sí, era posible que este sentimiento existiera hacia alguien de mi mismo sexo.
Como en toda ley de vida, no quieres a quien te quiere y a quien quieres no te quiere. No era posible que ocurriera algo entre mosotras, ella era una dama heterosexual que me ganaba con varios años quien tenía un prometedor futuro en el que obviamente, no me incluía a mí.
Así fué que pasé más de un año enamorada de una persona cuyo romance entre nosotras era imposible, aunque siendo honesta, yo no buscaba nada más alla de una amistad. Solo disfrutaba compartir mi tiempo con mi secreto amor imposible quien nunca se imagino todo lo que sentía por ella.
Al ser mis padres testigos de que mi vida era un completo desastre, me llevaron a terapias psicologicas, ellos pensaban que mi depresión era causada por sus peleas matrimoniales, por el cambio de casa o por las simples dificultades que se me presentaban diariamente.
Asistí a muchas terapias y en cada una de ellas trataba de contarle a mi psicologa que me sentía atraida por alguien de mi mismo sexo, pero siempre me lo impedia el miedo.
¿Y como no tener miedo viviendo en un mundo donde amar a alguien del mismo sexo puede ser un delito, incluso la causa de ser condenado a pena de muerte? Odiaba ver como la sociedad prefiere observar a dos hombres peleandose a golpes, que verlos de la mano, amandose y siendo completamente felices.
Un día tomé mucho valor y logré contarle a mi orientadora psicologica lo que sentia. Ella reacciono con suma profesionalidad y muy tolerante me brindo su apoyo, me dijo que no tuviera miedo. Esa fué la ultima cita que tuve, ya que no quise volver a pararme en ese consultorio. Me daba muchisima pena que me viera tal cual era y que supiera todo lo que sentía.
Así pasaron los años hasta que cumplí los 16. Era una adolescente totalmente atea, ya que creía en la existencia de Dios pero lo odiaba por no evitarme ser lo que soy o no impedirme sentir lo que sentia. Simplemente por haberme creado así.
Despues de tantos años seguía escondida dentro de mí y guardaba mi secreto como el mayor tesoro.
A decir verdad, ya habia cambiado. ¡ Y vaya que me había transformado! Tenía un cuerpo bastante bonito y el maquillaje hacía de mi rostro algo esplendoroso. Tenía el físico que todos los chicos admiraban y el que muchas mujeres envidiaban.
No me faltaban pretendientes , salía con uno y con otro pero con ninguno concretaba alguna relacion, con ninguno encontraba mi lugar. Simplemente no me gustaban, me sentía incomoda e incluso culpable.
Ya no sabía que hacer, cada día que salía con un chico era una noche más de impotencia que concretaba en llanto. Cada vez me agradaban mas algunas chicas pero yo realmente no quería que fuese así. Prefería huir de todo y de todos llendome a beber cada fin de semana.
De ahí fué que nació mi interés por recibir ayuda nuevamente, pero nadie comprende mejor una situación, que alguien a quien le ha ocurrido.
Habitaba en mi cabeza la idea de buscar a alguna chica gay o bisexual para que me aconsejara acerca de lo que me estaba ocurriendo. Una tarde como por arte de magía apareció en facebook una chica de mi ciudad que tenía novia, eso no era un inconveniente para mí ya que solo buscaba su asesoría y no un romance o algo por el estilo. Así que le mande solicitud de amistad.
La solicitud de amistad fue aceptada a la brevedad, pero nunca le hablaba. No le escribía, pero vaya que me gustaba leerla y admirar cada estado y foto que subía a su red social. Sacaba mis mejores sonrisas con sus publicaciones . Era una joven muy graciosa y agradable.
Una noche, me encontraba desvelandome en mi ventana, pues se había anunciado que habría luna de sangre, un fenomeno que ocurre pocas veces en cientos de años. Yo admiraba con curiosidad el cielo pero no veía más que una luna muy blanca. Victima del aburrimiento fuí por mi celular y me dispuse a platicar con alguien , fué ahí cuando la encontre conectada entre pocos contactos que se encontraban disponibles.
Así fué que le hablé e iniciamos la conversacion. Con esa conversacion, inició mi gran historia.
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I'll Tell You a Story ( Novela-Drama Tema lésbico )
JugendliteraturI'll tell you a story es la historia de Elisa, una adolescente que lidia con una serie de sucesos, al descubrir que se siente atraida por las personas de su mismo sexo.