CAPÍTULO 13: ¿GUERRA DE COMIDA?

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Les dedico este capítulo a itsvaleac az301a _Fio_Recalde_ por ser tan hermosas y seguirme desde mis comienzos❤

24 de noviembre, 2014.

La mesa con mi familia en la víspera de navidad era alegría, risas y amor. Estos últimos años la hemos pasado solo mi madre, mi padre y mi hermanita. La que día a día humilla mi vida dice que no está lista para celebrar la víspera de navidad con la familia completa.

Mi mamá habla y habla queriendo llenar el ambiente que está totalmente vacío. Mi padre le sigue la corriente queriendo no tener que intervenir en otra discusión- o más bien, ella culpándome de todo- en un día como este. Donde solo debería haber paz y armonía.

La conversación poco a poco se basa en mí, y veo como empieza mi madre a reprocharme indiscreta e indirectamente. Mis manos se vuelve puños sosteniendo el tenedor y el cuchillo.

¿Pero cuando será el momento correcto?

Calla.

No digas nada.

Mastico el pedazo pernil lentamente queriendo calmar mi molestia.

No te molestes.

Síguele la corriente.

Lástima que pasé por alto las advertencias de mi consciencia.

16 de septiembre, 2020 (actualidad)

¿Ya les dije que odio los almuerzos familiares?

Bueno, se los digo desde ahora.

-¡Hermanita!- Clara corre a mis brazos y la cargo dándole varias vueltas obteniendo muchas risas de su parte. La mirada de mi madre se perfora desde atrás de mi cabeza pero la ignoro. Es mi hermana, tengo derecho a quererla.

Escucho un bufido por parte de mi madre y pasa de largo adentrándose a la casa de mi abuela. La nombrada niega la cabeza y también me saluda de manera efusiva. Mi padre cierra la puerta del carro y me sonríe de forma paternal quitándome el malestar de este almuerzo.

¿Y sí salgo corriendo? Todavía tengo tiempo.

Si, hazlo. Tu consciencia te lo implora.

La mirada confortadora de mi abuela, el abrazo de mi hermana y la sonrisa de mi papá detiene mis pensamientos cobardes y nos adentramos todos a la casa sin nada que decir.

Que conste que te lo advertí.

Entramos al comedor y mi hermana parlotea a mi lado contándome de la escuela y de sus amigas. Me saca una que otra risa cuando exagera acerca de algunos chismes que le han contado sus amigas de los niños que le gustan. Su inocencia me causa ternura y su cabello amarrado en dos colas se ondea de un lado a otro mientras salta al caminar.

Mi mamá y mi padre ordenan la mesa en silencio mientras mi abuela se va a la cocina a servir los platos. Me levanto para ir a ayudar a mi abuela porque no aguanto la tensión tan incómoda en el ambiente. La única que parlotea es mi hermana que es ajena a los problemas entre mi madre y yo.

-Abuela, venga y te ayudo.

-No querida, quédate. Yo me encargo sola de esto. Tu siéntate- me deja con la palabra en la boca y se va dejándome con la incomodidad presente.

Cada uno se sienta en la mesa y nos miramos la cara pretendiendo que nada pasa. El sonido de las uñas de mi madre dándole a la mesa vuelve el ambiente aún más intenso, y no del bueno.

Capturando tu sonrisa [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora