Las citas: Parte 1

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Darragh estaba recostado en la cama de su habitación, todavía no amanecía y ya estaba hecho un manojo de nervios, esa misma tarde tenía una reunión con el consejo ¿Qué se suponía que haría ahí? El no era el heredero, entonces el que lo mandaran a llamar le ponía los pelos de punta, también no ayudaba que Aedus comenzara con sus citas ese mismo día, puesto que estaría ocupado con las chicas y no podría ir a ayudarlo.

Darragh se puso de pie y se acercó a la ventana, una de las cosas que le gustaba era salir por ahí para ver el amanecer en el tejado del palacio, nunca se lo había dicho a nadie, si César se enteraba que se escapaba en las madrugadas por la ventana, se las arreglaría para poner un guardia en el techo, de eso no tenía duda.

Darragh salió por la ventana y cuidadosamente se deslizó por la cornisa, cuidando no caerse, después de algunos pasos, llegó a unos ladrillos rotos, el mismo los había roto años atrás para hacer más fácil la subida, como estaba en una parte antigua del palacio, nadie se había dado cuenta, al estar arriba se sentó en el borde, con las piernas hacia el vacío, eran alrededor de unos 24 metros de altura, el palacio medía alrededor de unos 40 metros en total, así que estaba lejos de estar en la parte más alta, pero de todas maneras era una caída fea. Me estaba a punto de poner de pie cuando escuche un grito desde una de las ventanas paralelas a donde se encontraba.

-¡Alteza, no se mueva! ¿Cómo llegó ahí? No, no importa, lo sacaré de ahí.

Lé costó un minuto procesar todo lo que la doncella le estaba gritando, hasta que miró las sabanas como si quisiera hacer una soga con ellas y Darragh se hecho a reír.

-Estoy bien, no se preocupe ¿No es un poco temprano para que estén despiertas?

La doncella miró a Darragh un momento antes de contestar, todavía estaba oscuro así que no podía ver bien su cara, pero se notaba un leve nerviosismo.

-Como las seleccionadas tienen su primera cita, decidimos levantarnos antes alteza.

-Oh, ya veo, le agradecería que no dijera nada sobre que me vio en este lugar, me causaría varios inconvenientes si lo hiciese.

-No dire nada Alteza, no se preocupe.

Darragh sonrió y se dispuso a bajar, una vez en su habitación maldijo por lo bajo al darse cuenta que no le preguntó su nombre, en caso de que alguien se enterara, no sabía quien lo dijo, pero tendría que preocuparse de eso más tarde, ya estaba amaneciendo y tenía entrenamiento matutino con los guardias, así que se vistió y se fue, la doncella, había logrado sacar al consejo de su cabeza, aunque fuera un rato.




Aedus estaba en la biblioteca real, todavía no quería saber nada de las seleccionadas por el momento, era obvio que las estaba evitando, tampoco había acudido a ninguna de las comidas con ellas, pese a que ya había pasado una semana, sus padres estaban visitando una provincia en el norte, así que nadie estaba enterado hasta el momento, también, la entrevista que le habían hecho en Paloma seguía en su cabeza, a decir verdad no pensaba enamorarse en esa selección, simplemente no creía que pudiera, mientras pasaba las paginas del libro recordaba la primera entrevista.

Entrevistador: Buenas Tardes, Su Alteza. Me alegra que se haya atrevido también a venir hasta tierras sureñas para inaugurar el inició de La Selección, tomando en cuenta las múltiples manifestaciones que han surgido respecto a la monarquía.

Príncipe: A mi también me alegra estar en Paloma. No puedo detener La Selección, por simples manifestaciones.

Entrevistador: Entonces, podemos considerarlo oficial. La Selección se realizará, anpesar de la inconformidad de algunos.

Fanfic: La nueva selecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora