Rana que no canta, algo tiene en la garganta

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Mi espalda chocó con algo duro, aun sostenía el maletín de mi padre, no lo soltaría por nada del mundo.

- Auch - Me queje al sentir el impacto. Me levanté un poco mareada, me di cuenta que estaba en una casa con una chimenea al lado mío.

- Cinco ¿Dónde mierda estabas? - Un muchacho con el cabello largo y descuidado, además de ir vestido de gala, se presentó en la estancia.

- Tenía asuntos que atender, Diego - Contestó el chico que me salvo.

Mi mirada estaba confundida, la cabeza me dolía un poco y el cuerpo ni se diga.

- ¿Como llegamos aquí? - Dije confundida, me arrepentí al segundo de abrir la boca, pues el chico con corte de Jesucristo noto mi presencia.

- ¿Quién es ella?

- Nos ayudará a salvar del mundo - Sonrió el chico llamado... ¿Cinco?

- ¿Ella? - Se burló el tipo mayor - Tiene como 10 años.

- Tengo 14, imbécil - Le Interrumpí.

- Como sea - Me ignoro por completo - ¿Podrías por favor explicarme como una pequeña mierda como ella nos ayudará a evitar el apocalipsis?

- Preciosa ¿Serias tan amable de decirle tu nombre a mi hermano? - Dijo el chico raro con nombre de número, me sonroje un poco por el apodo.

- ___, ___ Hurtado - Tartamudee nerviosa.

- Ahí lo tienes - Finalizó saliendo del salón.

- Espera - Le llame, me levante rápidamente del suelo para seguirlo, pero el tipo de nombre Diego me sostuvo del brazo - Suéltame.

- Hija de Henry Hurtado, vaya - El chico se me acerco inspeccionándome con la mirada - No confío en ti.

- El sentimiento es mutuo - Le espete soltándome de su agarre y regresando por el maletín que había dejado junto a la chimenea.

- ¿Que llevas dentro?

- Nada que te importe.

El tipo frunció el ceño por mi respuesta ¡Mierda! Me había delatado yo sola.

- Te mantendré vigilada - Me dijo antes de salir de aquel lugar.

|...|

Abrí mis ojos lentamente, estaba acostada junto a la chimenea, a unos pasos más allá estaba un tipo enorme de espaldas a mí, me moví nerviosa provocando que se cayeran varios libros.

- Mierda.

- Veo que ya despertarte - Me sobresale al notar como el chico de nombre Cinco me miraba fijamente.

- ¿Como es que estás aquí? Me refiero aquí a mi lado.

- Siempre estuve aquí - Se encogió de hombros.

- No es verdad - Le espeté.

Cinco rodó los ojos y se levantó dirigiéndose hacia el matón que cocinaba huevos revueltos.

- Oye - Le llame levantándome y trayendo conmigo el maletín - ¿Acaso me drogaste? O porque no recuerdo como llegue aquí.

- Cielos, Cinco ¿Secuestraste a una niña? - Dijo el grandulón que parecía un matón.

- No la secuestre, yo le salve la vida.

- Quiero irme a casa - Ordene - Ahora.

- Lo siento, querida, pero si no lo notaste tu ya no tienes casa, esos tres tipos psicópatas acabaron con todo a su paso - Cinco se recargo en una pared sin mirarme.

Under the Umbrella |Five|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora