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Han pasado ya dos años desde que te fuiste de mi lado
Dios no pensó en mi, ni en mi dolor cuando besé tu piecito ya helado
Y al acomodarme en una noche fría a querer dormir en la silla
Tu vida y todas mis ilusiones fueron llevados al cielo, en donde hoy brillas.

Iba conciliando el sueño cuando de un salto me despertó mi hermano
- Dios mío, ella no respira - mencionó presionando tu pecho llano
De golpe, noté tus ojos abiertos mirandome fijamente,
yo no pude hacer más nada, tu alma reposaba y yo lloraba clemente.

-Por favor, despierta- suplicabamos al unísono,
Cansados y adoloridos no te dejaríamos en el abandono,
tu permanecias inmóvil y dejé a mis sentimientos abrirse,
¿Cómo es que no pude darme cuenta
que tus ojos claros sólo querían despedirse?

Aún recuerdo todo, hasta mi alma quebrarse,
Mis lágrimas salían amenas, sentía mi corazón derrumbarse
-Por favor, no llores- me dijeron -Tú eres el único soporte que nos queda.
Y mientras trataba de asimilarlo, acaricie una vez más tus manos de seda.

Fui fuerte, hasta donde me lo permiti
Desde tu velorio hasta tu entierro, mi humanidad la adormeci
Pensaron que no sentía, que no me importaba,
Pero lo que nunca supieron es que por dentro, todo mi ser se desgarraba.

Reserve el dolor para las noches, y en los días una sonrisa,
En los días de invierno y sufrimiento, tus fotos eran mi dicha
Quede sumergida en el fracaso, en dolor, en ira y soledad
Jamás volví a tener buenos días, me habían arrebatado la felicidad.

Aislada y moribunda, Dios se apiado de mi,
Mire a mi padre y su dolor y tuve razón suficiente para revivir
Viviría por el, me reconstruiria de nuevo
Enterre las lágrimas y la tristeza que a pesar de todo, conmigo siempre llevo.

Desde aquí me ha costado recordarte sin llorar,
Sufriste demasiado y fui egoísta al no querer dejarte marchar,
Te extraño lo suficiente como para echarme una soga al cuello
Sin embargo ese mismo amor hacia ti me deja renuente a aquello.

Aún después de todo he logrado recomponerme,
Me ha costado mucho pero estarías orgullosa si pudieras verme
He cumplido mis promesas hacia tu recuerdo ferviente
El dolor va amenorando sin volverme demente.

Hoy visito tu tumba y aunque jamás te gustaron las rosas
Te dejo mis lágrimas y estos versos
recordando tu cabellera canosa.
50 años viviste y sólo quiero que jamás vayas a olvidar
Que aún en la eternidad, con todo el dolor de mi alma, te puedo llegar a amar.

Descansa, mamá.

Bitácora De Un Girasol MarchitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora