897 102 32
                                    

..........................

-Samuel, despierta... Oye vegg- el ojimorado escuchaba una voz a lo lejos, diciendo su nombre. No queria abrir los ojos, estaba tan cómodo.

-5 minutos más, mamá.- dijo encogiendose en el pasto donde estaba recostado. Una mano lo sacudió de los hombros.

-Jodeeeerr, veg abre los ojos.-  reconoció la voz que le hablaba y abrió los ojos, era Rubén.- Hasta que despiertas.
Hizo pequeños los ojos ya que los rayos del sol se colaban entres las ramas del árbol que lo cubría. Con una mano cubriendose los ojos volteo a ver a Rubén, que se encontraba a un lado suyo sonriendo.

-Aún no puedo creer que estemos aqui juntos.- dijo el chico con orejas de oso. Samuel lo miro extrañado porque no sabia a que se referia.

-¿De que hablas?.- se recargo en sus codos y lo miro extrañado. Rubén sólo sonrió y se acerco a besarlo. Amaba tanto los labios de su osito. El castaño puso sus piernas a cada lado de Samuel y se sento sobre él. Siguieron con su tierno y apasionado beso, Samuel acariciaba el rostro de Rubén sin saber realmente que estaba pasando, él creía que lo odiaba.

-Te amo, veg.- Samuel se puso tenso al escucharlo. ¿Qué acababa de decir?.- No quiero estar lejos de ti de nuevo.- Y lagrimas comenzaron a salir de los ojos verdes del chico.
Samuel instintivamente lo abrazo, tranquilizandolo.

-Eso no va a pasar.

.........................

~Samuel.

Desperto del golpe, empapado de sudor. No sabia porque había soñado eso. Si bien la mayoría del tiempo se la pasaba pensando en lo que paso con Rubén jamás habia soñado con él.

Te amo Veg.

Sintió una punzada en el pecho y como el estómago se le comprimia. Esa frase se repetía como un mantra en su cabeza, ¿lo amaba?. Se sentó en su cama mientras observaba sus manos, con las que hace unos instantes acaricio el rostro del chico que agitaba su corazón.

-No puede ser...- dijo dandose cuenta de lo que pasaba. De un salto se levanto de la cama, se vistió rápidamente con una se sus camisas blancas y un pantalon negro. Tenía que ver a Rubén, para confirmar lo que pasaba por su cabeza.

3 semanas habían pasado y hasta ahora lo había notado, era un grandísimo imbécil. Ya entendía porque Rubén se puso así, porque lloró cuando lo alejó. Él queria más. Se detuvo un momento mientras tomaba sus llaves, era evidente que Rubén queria más, pero, ¿estaba dispuesto a darle más?. 
Rubén le hacia sentir de muchas maneras, amaba estar con él. Verlo sonreír, y escucharlo reír a carcajadas. Amaba ver su cara sonrojada después de hacerle el amor. No podía admitir que estaba enamorado, pero si que sentía algo especial por su osito.
Decidido y felíz salió corriendo a la casa de Rubén, hacía tanto tiempo que no lo veía y se moría de ganas de tomarlo entre sus brazos.

Después de correr unos buenos kilómetros que realmente no le importaron, llegó a la casa del castaño. Sus manos estaban sudorosas y sentía su corazón latir tan rápido que creyó que se saldría de su lugar.
Tocó la puerta y esperó.

Unos minutos después escucho un leve "Ya voy" y unas risillas silenciosas. Rubén abrió la puerta frente a sus ojos, por fin lo tenía frente suya de nuevo y se habia quedado petrificado.

Dulce miel de osito [Historia corta] ||°Rubegetta°||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora