3: visitando a Wybie.

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Cada segundo que pasaban juntos era más que perfecto, Coraline no podía desear más. Se sentía de verdad contenta ahora. Wybie resultó ser totalmente distinto a lo que ella se había inventado en la cabeza, era una persona más bien algo callada y tímida, pero a su vez un buen amigo, que la apoyaba y escuchaba sin importar lo que ella tuviera que decir.

Wybie le contaba historias de su niñez a Coraline, las cuales en su mayoría eran divertidas, logrando sacar hasta carcajadas desde lo más profundo de la boca de la de azul cabello. En un momento en el que ella estaba distraída, Wybie le tomó una foto, esa acción hizo que Coraline se enojara hasta el punto en el que sus mejillas y orejas se enrojecieran.

ㅡ ¡Wybie!.ㅡ Exclamó con enojo. El nombrado río.ㅡ ¡No es gracioso, borrala!.ㅡ Exigió molesta.

ㅡ Pero te ves muy bonita.ㅡ Se excusó torpemente.ㅡ Además no tengo fotos tuyas. Déjame conservarla.ㅡ Suplicó haciendo puchero. Coraline frunció el ceño a la vez que torcía los labios.

ㅡ Está bien.ㅡ Se rindió. Estaba enojada con el chico por tal acción... pero en su interior muy dentro suyo, estaba contenta de que pudiera conservarla.

El tiempo pasó rápido, ya casí era Medio día. Hasta el momento en que la abuela de el susodicho lo llamó, eso siempre pasaba cuando empezaban a divertirse y a Coraline le empezaba a molestar.

ㅡ Ya me debo ir.ㅡ Wybie se rascó la nuca apenado.

ㅡ Su quieres puedo acompañarte.ㅡ Coraline sonrió.ㅡ Ya sabes mientras esperó.ㅡ Le dijo a Wybie, viendo como éste se quedó sin palabras por un momento, parecía que no sabía que responderle, hasta que por fin respondió un "está bien".

Y así Coraline y Wybie se dirigieron a la casa del segundo,al llegar Coraline se sentía nerviosa, era la primera vez que visitaba a Wybie y quería portarse bien, pero de verdad tenía muchas ganas de seguir jugando, pero al parecer debía repetirse por ese momento nada más, de seguro valdría la pena. Con esa idea Coraline ingreso junto con Wybie a la residencia de la que era la dueña de el palacio rosa.

La casa de Wybie era muy linda, tenía un estilo similar a la suya, pero está a diferencia era de un color azul muy apagado, con unas pinturas muy antiguas al igual que sus adornos de Porcelana, sin duda está era la casa que se imaginaba de una mujer de su edad. Pasarón a la sala, y ahí Wybie llamó a su abuela para preguntarle el porque lo llamaba.

ㅡ Wyborn Lovat, hasta que por fin te dignas a aparecer.ㅡ Dijo la anciana, que iba a continuar, pero al percatarse de la niña a un lado de su nieto cambio de parecer totalmente.ㅡ Coraline, ¿Cómo has estado?, ¿Que te trae por aquí?ㅡ Pregunta la anciana feliz de tener a la pequeña en su hogar.

ㅡ Pues bien, señora Lovat. Y pues, yo estaba jugando con Wybie y quería venir a hacerle compañía... además también quería venir de visita.ㅡ Respondió la niña.

ㅡ Bueno, me alegro.ㅡ Respondió por último la viejecita para poner su atención en su nieto otra vez.ㅡ Wyborn el ventilador de techo se averió, arreglálo antes de que se me olvide.ㅡ Le ordenó. Wybie suspiró.

ㅡ Ya vuelvo Coraline, no tardo. ㅡ Le dice Wybie a la susodicha, para después irse a cumplir el recado de su abuela.  Coraline tomó asiento junto a la anciana.

ㅡ Es agradable tenerte aquí, hija mía.ㅡ La señora Lovat sonrió dulcemente.ㅡ Cuéntame, ¿como están tus padres?.

ㅡ Bueno...ㅡ Coraline empezó.ㅡ Ellos aún no han llegado de su viaje, siguen en Londres, pero regresarán pasado mañana.ㅡ Le contó Coraline a la anciana, haciendo que la segunda se llenará de preocupación. ¿De verdad una niña pequeña se ha quedado sola durante todo este tiempo?, Ella pensó durante un momento y una idea se le vino a la mente.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2021 ⏰

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Coraline y la puerta secreta IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora