2: una penosa Lectura de cartas.

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ㅡ ¡Eres una loca!.ㅡ  Exclamó Wybie cuando por fin recuperó el aliento, llevando su mano a su cuello  por inercia.

ㅡ ¡¿Loca?!.ㅡ Coraline frunció el ceñoㅡ ¡Ya Verás!ㅡ Amenazó volviendo a rodear el cuello de Wybie con sus manos.

ㅡ ¡No Coraline!, ¡Porfavor no!.ㅡ Wybie pidió piedad.

Pero antes de que Coraline pudiera estrangulado por segunda vez, Wybie la empujó quitándose de encima.
Haciendo que ella quedase boca arriba en el suelo.

ㅡ eres una...ㅡ Wybie no pudo terminar ya que se vió interrumpido por un gritó de parte aparentemente de su abuela, esta lo llamaba con insistencia con un típico "¡Wyborn!".ㅡ Ah...es mi abuelaㅡ dijo Wybie sintiéndose avergonzado.ㅡ Yo debo irme.ㅡ Le dice a Coraline, ofreciéndole su mano izquierda para ayudarla a levantarse, ayuda que Coraline aceptó.

Ya de pie le dió un pequeño golpe en el hombro a Wybie de forma amistosa, quien le dió una palmada tras la cabeza a la niña. Coraline se despidió de Wybie, mientras lo veía irse en su motoneta, quedándose sola otra vez. Coraline suspiró mientras entraba a su hogar. Ella siempre había sido una niña independiente, una niña que no esperaba por nada ni por nadie para tomar decisiones, ya que siempre ha vivido rodeada de adultos, tal vez por eso se ha comportado como tal... pero, estar sola nunca había sido tan difícil para ella como en esa noche...de verdad extrañaba a sus padres, y, ahora, echaba de menos a Wybie.

ㅡ Sé valiente, Coraline...ㅡ Susurró para ella misma buscando el interruptor de la luz, accionó el botón propagando la luz por toda la casa.

Examinó el lugar con la mirada, cuando se aseguró de que estaba despejado entró (no sin antes dejar sus botas sucias fuera por obvias razones), revisó la cocina y la sala, extrañamente estaba despejado... Coraline paso de estar muy asustada y alerta a solo pensar; "ah, no ahí nada". Ahora se sentía algo rara...se acercó a la sala, y ahí seguía el desastre que había dejado, suspiró profundamente poniéndose a limpiar su desastre, al terminar y dejar todo como antes de fue a lavar los dientes, ducharse y finalmente ir a dormir. Después de un rato de estar acostada sin poder dormir escuchó un ruido en la ventana, se levantó para averiguar de quien se trataba, al acercarse pudo ver que era cierto felino que había visto horas antes.

ㅡ Hola Gato.ㅡ saludó la niña al felino, mientras abría la ventana para permitirle el acceso.ㅡ Te fuiste muy rápido...ㅡ Continúo Coraline cuando el gato ya se encontraba dentro de su habitación.ㅡ Wybie te asustó, ¿Verdad?.ㅡ Pregunta burlona a lo que el gato la miró con cara de pocos amigos. Coraline río ante eso.ㅡ Yo... iba a dormir, ¿Quieres venir conmigo?.ㅡ Sonrió. El gato le dió un leve asentimiento con la cabeza.

Coraline tomó al gato y cerró la ventana, y con el felino en brazos se dirigió a su cama poniendo al gato con delicadeza, para después acostarse a su lado, se cubrió con las cobijas hasta el cuello y miró al gato.

ㅡ Que descanses.ㅡ Dijo antes de cerrar sus ojos, y quedar profundamente dormida.

Al encontrarse sumida en Cansancio...tuvo un sueño aterrador:

ㅡ Niña, ¡Despierta!.ㅡ Esa voz...la había escuchado en alguna parte.

ㅡ Señorita...¡Debe despertar!.ㅡ Por alguna razón no podía ver nada.ㅡ Algo malo va a pasar si no... vuelve a....ㅡ Un ruido la despertó antes de poder escuchar lo último....

Coraline despertó desconcertada, ¿Que había sido ese sueño?....esas voces eran de los niños que ella había salvado en el otro mundo... pero, ¿Que intentaban decirle?... las preguntas de Coraline fueron interrumpidas por un chillido que se podía oír desde el pasillo. La pequeña de cabello azul se levantó de su cama, ni siquiera se molestó en ponerse sus pantuflas, ya que iba con determinación de encontrar el causante de su repentino despertar, al abrir la puerta, allí estaba...eran un ratón, sin pensarlo dos veces, se dispuso a seguir al ratón (tanto así que se le había olvidado por completo que su acompañante felino seguía en la cama). Coraline lo siguió corriendo por el pasillo, las escaleras, y finalmente;la sala.

Coraline y la puerta secreta IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora