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Los pasados días han sido realmente muy extraños, el sol brilla de una manera que pareciera experimentar él mismo una felicidad sin parangón. Las nubes se ven más pacificas que nunca, los atardeceres te dejan sin aliento aún en este horrendo lugar.

No he vuelto a saber del maestro desde que regresamos del volcán hace dos días y la verdad es que no sé qué pensar.

Aunque no debería de importarme realmente.

No debería de invertir energía en esto, no debería de estar tratando de recordar nada, de sentir nada.

-Al demonio.

Mis pies se mueven con voluntad propia impulsándome a saltar por la ventana de la habitación en aquella mañana tan atractiva.

-Un ligero trote no le hará daño a nadie.

Me sentía lista para volver a moverme, siempre he sido inquieta y por lo mismo el entrenamiento para mi es tan necesario como respirar

Comencé a trotar por el pequeño bosque de la isla, procurando no acercarme mucho a los bordes y así permanecer oculta en la maleza, correr era tan relajante.

Mi mente se aclaraba mientras mis piernas tomaban velocidad y en menos tiempo del que maginé me encontraba ya en mi "lugar de entrenamiento" un pequeño círculo sin vegetación que interrumpiera mis golpes, flanqueado por abundante maleza y árboles de fuertes troncos (como debía ser para tratar de sobrevivir en esta isla, perfecto para lo que tenía que hacer y con el camuflaje necesario para hacerlo son preocuparme.

Sin pensarlo dos veces comencé a lanzar puñetazos al aire mientras iba estirando los músculos preparándome así para el entrenamiento, esta vez iba aponer todo lo que poseía, mi cuerpo se encontraba en mejor forma y realmente estaba ansiosa por un entrenamiento duro para despejar la mente. Concentré mi energía para elevar el cosmos.

Comencé con movimientos simples, separé las piernas hasta alinearlas con la cadera al tiempo que levantaba los brazos con los puños cerrados a la altura de la cara procurando angular los codos de manera correcta formando así una postura ofensiva-defensiva.

Lanzando golpes de calentamiento a mis enemigos imaginarios afiancé mi movimiento de pies hasta que todas mis extremidades estuvieron en sincronía, mientras más sincronía encontraba mi cuerpo más cargados de poder se hacían los golpes.

Una sensación de rabia e impotencia sacudió mi ser en aquel momento y de ahí nacieron las patadas y los despliegues de cosmos. Debía mantener mi energía controlada ya que de lo contrario corría el riesgo de atraer visitantes indeseados, eso lo sabía de antemano pero la cantidad de negatividad que mi cuerpo contenía era demasiada para continuar. Tenía que deshacerme de ella a como diera lugar, tenía que drenar aquel fluido despreciable que carcomía mí ya de por sí corroído interior.

-A la mierda, una buena pelea me vendría bien de todos modos.

Exploté el universo en mi interior mientras comencé a hacer el entrenamiento más pesado y rápido danzando en tierra, lanzando golpes mortales, apoyándome en cualquier cosa que me permita tomar impulso para saltar aún más alto.

Necesitaba más, esto no era suficiente, necesitaba liberarme. La carga era tan pesada y la pequeña sensación de felicidad que me daba el poder liberarme por lo menos de un poco de su peso me empujó a seguir, concentrando mi fuerza en todas y cada una de las células que poseo imaginando como acumulaban esa negatividad y rabia en sus interior para expulsarlo de sus núcleos, ardiendo de ansia por estar un poco más cerca del sueño de la libertad.

Mi cosmos comenzó a tornarse de un color naranja intenso, y mi meta era reunirlo en la palma de la mano observando cómo esto creó una esfera rodeada de pequeños relámpagos de un color tan intenso que pareciera estar al rojo vivo... como la lava del volcán.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2020 ⏰

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