Terzo parte

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Estaba feliz, se había levantado con todas las energías y más cuando lo primero que notó cuando encendió su celular era el hecho de que Finlandia le había confirmado que Estonia había aceptado sus sentimientos.

Ahora cuando comenzara la reunión que no faltaban más que unos minutos, todos tomarían una perspectiva totalmente diferente de ella, al fin sus compañeros dejarían de lado esos tontos prejuicios y la invitarían a las fiestas que organizan, e incluso tal vez la invitarían a hablar durante los descansos de los discursos de la ONU.

Había tantas posibilidades maravillosas que traería el haber ayudado a Finlandia a salir con Estonia que sentía que podría llorar de la felicidad, incluso tal vez podría conocer a la pareja de Italia, Grecia, y hablar con él, tenía tantas ganas de entablar una conversación con aquella chica que logró cautivar el gran corazón del italiano que sus ansias eran muchas.

Tampoco podía olvidarse de México, la pareja de su mejor amigo Perú, sentía que podría nutrirse de la cultura del mexicano, además de probar su gastronomía y los tan famosos tacos que tanto le había comentado el peruano. 

Su sonrisa se ensanchó más entre sus labios, que ignoraba completamente el hecho de que había agentes policiales completamente distintos a los que trabajaban para sus buenos amigos FBI y CIA, puesto que no tenían las insignias con los nombres de ambas agencias.

Tal vez España también desearía hablar con ella de nuevo, e invitarla a ir a su territorio, también podía existir la posibilidad de que Alemania y Francia levantaran su bloqueo para visitar Europa, sería un sueño poder visitar en persona los territorios de aquellos representantes con los que tiene tratados.

Incluso también existía la posibilidad, claro si Rusia se lo permitía, de visitar la tumba de URSS para dejarle sus flores y no tener que pagarle a otra persona para que lo haga por ella, también si conseguía el permiso de Alemania podría visitar la tumba de Third, aquel gran amigo que jamás la criticó por sus flores y le pidió ser neutral hasta que llegó el momento donde le pidió que lo traicionara después de enterarse que amenazarían con bombardear a su país. 

Ella sentía que les debía la vida a aquellos dos grandes hombres, que quizá podían ser odiados por todo y todos, pero para ella serían los mejores representantes que el mundo en realidad no merecía, porque ellos eran más. Mucho más y se siente tan jodidamente mal en su corazón que jamás pudo estar con ellos en sus últimos días, ni tampoco ir a visitarlos.

Sus esperanzas de que eso cambie eran muchas, la emoción de ser al fin tomada en cuenta dominaba todo su corazón, sentía que al fin hacía algo bien en su vida.

Se encontró frente a la puerta de madera que le daba paso a la sala de reuniones, con una sonrisa resplandeciente que no podía ser apreciada correctamente por la máscara oscura que poseía en su rostro, pero que en realidad ignoraba, su felicidad era tal que con su forma de caminar uno ya lo notaba.

La abrió con rapidez, lista para sentarse en su clásico lugar a la espera de que lleguen el resto de sus compañeros y así se divulgara el hecho de que ella ayudó a un representante y que no era peligrosa.

Sería sin lugar a dudas el mejor día de su vi-

--She is a threat to our health! (¡Ella es una amenaza para nuestra salud!)--Reclamó con enojo el estadounidense, estaba rodeando junto a otros países más el escritorio de la ONU, quien poseía su ceño fruncido y sus brazos cruzados.

-da.

Todos voltearon a verla en cuanto escucharon la puerta abrirse, se sintió tan pequeña ante el odio reflejado en los ojos de todos los representantes que su sonrisa decayó, al igual que su postura derecha. Sintió miedo al ver como las juzgaban.

Flores en mi [C.H] [Tre Parti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora