Día 3: Crossover.

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Boruto: NNG x Kimetsu no Yaiba.

Entre en medio del bosque, iba a gran paso, corriendo a gran velocidad para no ser atacado con la guardia baja. Miraba de un lado a otro, mientras veía algo moverse entre los arbustos.

Su mano ya estaba firme con su katana, mientras de poco a poco iba sacándola de su funda para prepararse para lo peor.

En cuanto pasó el siguiente árbol del frente, desde las sombras de un lado de los arbustos, acaba de salir aquel ser extraño, lleno de dientes y con ojos que encarnaban el mal puro y con un alma perdida. Eso es lo que define a un demonio, y eso es porque, lo que estaba en frente suyo era exactamente uno.

Derrapó por delante hasta dar un salto por detrás, haciendo que el demonio fuera aterrizando por donde había estado antes el chico.
Un solo movimiento fue lo suficiente para mostrar intimidad ante aquella maligna criatura, revelando el filo de su katana. Negro como la noche, en el cual, la luz de la luna brillaba contra ésta.

La hostilidad de su postura, fue más que suficiente para hacer rabiar al demonio. Éste no se esperó más, y se fue lanzando contra el joven cazador y antes de tan siquiera tocarle un pelo de su cabellera rubia. Movió su katana de un movimiento veloz que, dejaba rastros de viento, siendo un poco más intensos.

Cortó en partes su cuerpo hasta hacerlo desparecer, donde el mismo viento se lo llevaba a la extinción. La criatura se había ido. Fue eliminada sin objeción alguna.

Frustrado, el cazador guardó su arma en la funda, mientras se tomaba un pequeño respiro. Cómo siempre, traía consigo su unirme de cazador, mientras que por encima, tenía su haori a cuadros, negro y rojo. Un recuerdo y regalo de su difunta madre.

Ya había tomado un tiempo en esa misión, lo que, solo le daba ansias de volver a la finca lo antes posible. Con suerte, sus amigos ya habrían terminado sus respectivas misiones.
Al rubio le había tocado una poco más tardada, puesto que, era la eliminación de una horda de demonios en el sur.

Tan pronto como escuchó unos extraños ruidos, yendo en dirección hacia el oeste del bosque. Se dió un buen impulso para dar un gran salto hacia una de las ramas del árbol más cercano.

Se desplazaba saltando de rama en rama. Ya sabía que, esta no sería una noche tranquila como anhelaba tanto.

Aceleró un poco más el paso para al poner descubierto su presa, antes de ser él mismo la presa. Quién fuera haciendo ese ruido, era ágil, mucho más para su gusto, debía hacer algo antes de que fuera a agotar mucho más sus energías que lo ayudarían a aniquilar aquel ser maligno que éste sospechaba que era.

Reconoció el sonido de los arbustos y de los menos secos, lo que significa que había un poco de humedad. Ya estaba cerca del río y el rubio no dudó en ir comenzando hacer una de sus técnicas por su respiración. Solo un movimiento bastaría para que la extraña criatura rodara cuesta abajo y terminara en caído.

Guíandose por los ruidos de aquel ser misterioso entre las hojas de los arbustos, fue desenfundando su katana, listo para atacar, hasta que lo escuchó decir:

—¡Espera! —el grito proveniente de arriba suyo, hizo que, el joven fuera distrayendose.

Se alarmó, bajando su espada, y de un  un peso sobre él, fue cayendo hasta el suelo, junto con la otra persona quien ahora yacía encima suyo.

Ahora estaba más que, molesto por la huida del ser maligno. No podía en oír ruido alguno, más que, solo los gemidos de dolor que daba él.
Había caído boca abajo, y podría decirse que no fue una experiencia muy placentera.

~BoruSumi Week [2020]~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora