Klaus Hargreeves

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~te ayudaré siempre~

Klaus yacía llorando dentro del mausoleo en donde su padre lo había dejado para que  aprendiera a enfrentar sus miedos, que también era su poder, ver fantasmas. Lanzaba gritos lo bastante fuertes como para que se pudieran escuchar por todo el cementerio. Lloraba a mares. De repente la puerta se abre dejando a la vista a Sir Reginald quien lo miraba desde arriba con desprecio.

-¿ya enfrentaste tus miedos número cuatro?- preguntó firme y serio como siempre. Klaus asintió pero su padre no era tonto y se fue cerrando la puerta a sus espaldas.

El pequeño número cuatro volvió a llorar y gritar suplicando por ayuda.

Por otra parte, número Ocho estaba decidida a ir a ayudarlo, no podía dejar que su hermano sufriera por culpa del hombre que los había adoptado y educado que se hacía llamar padre. La chica se escabulló fuera de la casa hasta llegar hasta el cementerio.

-¡Klaus!- gritó pero Klaus no la lograba escuchar por las tantas voces que gritaban su nombre- ¡Klaus!- fue inútil, no la lograba escuchar.

Decidida miró por debajo de la puerta, había un pequeño hueco por el que podía pasar. Rápidamente se achicó quedando tan pequeña como una hormiga y pasó por el hueco. Al estar dentro volvió a su tamaño normal. Miró a su alrededor logrando divisar a Klaus a duras penas debido a la oscuridad del lugar. Estaba sentado en una esquina con la cabeza entre sus rodillas y sus manos tapando sus oídos.

-Klaus- le dijo y el chico levantó su mirada encontrándose a su hermana. Ella rápidamente se acercó y lo abrazó fuerte- ya estoy aquí, no pasa nada- trató de tranquilizarlo.

Él solo sollozaba en el hombro de la chica. Ella acariciaba dulcemente su cabello y le hacía caricias en su espalda para que supiera que estaba bien.

-t-tengo m-miedo- dijo el chico entre llantos.

-no debes preocuparte, no te harán nada, ya están muertos- la chica se separó un poco del chico y lo tomó de sus mejillas para limpiarle las lágrimas que tenía.

-gracias- susurró el chico.

-ahora diles que se vayan- dijo la chica y él la miró confundido- diles que se vayan y te dejan de molestar, vamos, tú puedes.

-f-fuera- dijo el chico pero los fantasmas seguían sin irse.

-inténtalo de nuevo- dijo ella al darse cuenta como el chico volvía a taparse los oídos.

-largo- volvió a decir en un tono bajo.

La chica, viendo que el niño volvía a cerrar los ojos decidió intentarlo.

-¡largo! ¡Váyanse descaradas almas que molestan a mi pobre hermano! ¡Shu!- la chica golpeó el aire en un intento de ayuda y luego miró al chico que parecía más calmado- ¿lo logré?-

-quedan algunos- y entre los dos comenzaron a gritar y pegarle al aire.

-¡fuera! ¡Largo! ¡Shu! ¡Bye bye!- gritaban y le pegaban al aire.

Klaus la miró con una sonrisa y la agarró de las muñecas haciéndola parar. La chica entendió a la perfección que ya se habían ido.

-¿y ahora que? Papá de seguro no vendrá hasta tarde- dijo el chico triste.

-me quedaré hasta que venga- le sonrió la chica y se quedaron abrazados.

-prométeme que serás valiente- le dijo la chica después de unos minutos.

-lo prometo-

Y pasaron los años, Klaus ya no le temía a los fantasmas, solo cuando estaba solo, pero siempre le pedía ayuda a su hermana, quien lo ayudaba con gusto, pero eso cambió cuando los niños Hargreeves se fueron de la casa y cada uno tomó un camino diferente.

17 años después...

Todos estaban reunidos en la sala de estar discutiendo hasta que Luther inculpó a uno de sus hermanos por la muerte de su padre.

-que buen líder- Klaus se fue y a los minutos también lo hicieron todos.

Klaus estaba por consumir cocaina cuando su hermana entró a la habitacion.

-hola hermanito...- su mirada se dirigió a la bolsa con polvo blanco que tenía en su mano- ¿que es eso?-

-es... tiza- dijo él nervioso.

-¿por qué tienes tiza en una bolsa?- despues comprendió- ¡¿es droga?!- la chica casi grita y él le puso una mano en su boca.

-ssshhhh- le quitó lentamente su mano de la boca.

-¿por qué arruinas tu vida con eso?- la chica estaba enojadisima.

-que querías que hiciera, no soportaba más viendo a fantasmas atormentarme día y noche- la chica le arrebató la bolsa.

-me prometiste que serías valiente- lo reprochó.

-pues no pude-

-de eso ya me di cuenta- ella rodó los ojos- ¿desde cuando...?-

-desde que te fuiste- dijo él y bajó la cabeza- nunca pude superar mis miedos sin tu ayuda y cuando te fuiste pues... no tuve mas alternativa que...- la chica lo interrumpió molesta.

-siempre hay otra alternativa Klaus, no pongas escusas- él bajó la cabeza.

-lo siento- susurró.

-pues ya que volví, cuentas conmigo de nuevo- le sonrió ella- y esto- levantó la bolsita- no lo vuelvas a comprar jamás- lo tiró por la ventana.

-¡estaba muy caro!- exclamó.

-bueno pues comienza a gastar tu dinero en cosas más útiles no esa basura que te intoxica- la chica se acercó y le dio un abrazo.








No quede muy convencida con este pero igual lo quise hacer. Pero bueeee

One-Shots The Umbrella Academy ☂️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora