TAXI ||Joerick||

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Tengo que salir todas las noches a trabajar, me case creyendo que el amor resolvería todos mis problemas pero me equivoqué. 

- Joel necesito que ahora sí traigas dinero a la casa, no hay nada para comer ya 

Mi matrimonio era una rutina, sexo los viernes, a las siete comenzaba mi turno en el taxi hasta el día siguiente y cuando estaba en casa él estaba trabajando, no nos veíamos, probablemente ya ni nos amábamos, pero él era lo único que tenía aparte de ese taxi que me heredo mi padre. 

- Ay, estoy arto de todo -grita- todo es una porquería

Aquí va de nuevo.

- Eres un bueno para nada Joel, mi madre me lo dijo, pero no, mírame, aquí estoy comiendo frijoles todos los malditos días y por tu culpa, todo por no querer vender ese taxi que solo hasta gasolina a lo tonto 

Vivir en los barrios bajos de la ciudad de México, no es lo mejor de la vida, ni tampoco con lo que soñaba, pero tenía un hogar y un esposo que al menos me hacía una comida no tan decente para cenar. 

- Me voy -me acerque para darle un beso- oye 

- Si como sea -se aleja- ve a trabajar Joel y trae dinero sino no vuelvas 

Di media vuelta y subí a mí taxi, era antiguo, una gran máquina del sesenta y ocho, me hubiera encantado verlo en su mejores años cuando papá lo manejo, ahora yo solo trato de mantenerlo en pie, pero es verdad si lo vendiera probablemente tendría para comer al menos un mes. 

Bien, ahora sí tenía que recoger algunos pasajes; suspiré puse música, siempre me relajaba cantar cuando iba solo, comenzé a manejar por las calles de la ciudad, esperando encontrar a mi próximo cliente.

- No me esperes a cenar Erick, tengo que cerrar unos negocios, regresaré tarde -deja un piquito- nos vemos 

Ni siquiera me dejó despedirme cuando ya se había marchado. 

- Unos negocias -reí- si, si yo nací ayer 

Nosé si piense que soy estupido o el estupido es él que piensa que en verdad le creo. Llega apestando a perfume barato y en su playeras labial corriente; deber ser una prostituta de cuarta. 

Lo seguí hasta donde se supone que haría sus negocios.

- ¿Un bar? -rode los ojos- pero que original -reí- 

Entre al bar, de inmediato lo localicé besando a otro hombre, lo miraba de una manera distinta a la mía, sus ojos brillaban y esa sonrisa era sincera; sentí desepcion, yo lo sabia, pero en el fondo quería creer que no era verdad y que me seguía amando.

Mis padres me obligaron a casarme con él porque era heredero de la firma más importante de abogados, mi padre era su socio y también tenemos dinero, solo que su avaricia es más grande que sus cabezas. 

Estaba enamorado o eso creí, hasta después de un mes de habernos casado, todo era tan simple, la chispa se nos apagó tan rápido; ahora solo estamos juntos porque sabemos que nos conviene. 

Salí del bar lo más rápido que pude, no quería que me viera o que supiera que conocía la verdad; choqué con varias personas, había comenzado a llorar, ni siquiera me había dado cuenta y tampoco sabía porque. 

Llegué hasta la acera, pasaba un taxi y le hice la parada para después subir lo más rápido que pude. 

- Buenas noches 

- Solo arranqué porfavor 

Primer capítulo
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