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La noche estaba tan tranquila, eran ya las diez de la noche, solo había recogido a una señora que no me pagó el pasaje completo, según ella no tenía para comer y el tonto de Joel solo le cobro la mitad; estaba realmente jodido.

Derrepente un joven ojiverde me hizo la parada.

- Buenas noches -dije-

- Solo arranque porfavor

Vestía con ropa fina y zapatos tan elegantes, de esos que jamás en mi vida lograría siquiera usar. Un pantalón ajustado que resaltaba su figura y una camisa que dejaba ver la piel de su pecho, era morena, se veía suave y lisa.

Maneje por cuarenta minutos y no había dicho su dirección, solo miraba por la ventana, yo mire por el retrovisor y pude ver cómo una lágrima salía de sus bellos ojos verdes y recorría su lindo rostro.

Nuestras miradas chocaron y de inmediato regrese la vista a la carretera, recorríamos Reforma y pasábamos junto al ángel de la independencia.

- Me llamo Erick -cruzo su pierna y por fin me veía-

De su bolso saco un cigarrillo de esos que tienen agarradera, un poco extraño a decir verdad que casi suelto la risa; saque mi encendedor y le ofrecí fuego de inmediato a lo que él se acercó, fijo su mirada en mi y mis manos temblaban mientras me acercaba a su boca.

- ¿Por quién lloras?

Arranque cuando el semáforo se puso verde de nuevo. Él se mantenía fumando y creí que me ignoraría.

- Por un tipo -ríe- que cree que por ser millonario puede venir a engañarme

¿Como una persona tan bella como él, le lloraría a un imbécil que no sabe valorarlo?

El mundo se había convertido en una mierda, ahora era de lo más normal engañar a tu pareja y actuar como si nada pasara; al menos mi esposo se queda en casa viendo televisión.

- No debes caer por amores -me mirá y yo lo veo por el retrovisor- debes de levantarte y seguir con tu vida

Suspira y vuelve su mirada hacia la ventana, seguramente mañana estaría arrepentido, pero jamás tendría otra oportunidad como está. 

- Si quieres vengarte -me mira- ya sabes, pagarle con la misma moneda, estoy a tus órdenes

¿Qué jodidos había dicho?

Silencio gobernó la nave, ni siquiera lograba escuchar la música que llevaba.

Volví a mirarlo y me dio una sonrisa, de esas sonrisas que te devuelven el alma al cuerpo, era tan bella que logro que sonriera de la misma forma.

¿Que estaba haciendo?, lo estaba seduciendo cuando me acababa de decir que lo habían engañado, solo estaba haciendo la herida más profunda de lo que ya era, estaba jugando con fuego y me iba a quemar, tenía a mi esposo en casa, pero no me sentía culpable, tenía necesidades y también seamos honestos, ¿Qué probabilidad existía que me dijera que si?

Continúe sin rumbo.

- Sabes, estaba tocándose y besándose con un tipo un tanto umm... humilde -hizo una mueca y hablaba sin mirarme- es de clase muy sencilla, créeme -ríe logrando que sonría- lose por sus fachas

Se removía en el asiento de un lado hacia otro cruzando y descruzando sus piernas, yo estaba idiotizado solo admirando su belleza, ya con el espejo empañado.

- Doblas en la esquina -se acerca hacia adelante- iremos hacia mi casa

Lo miré deprisa sin poder creerlo, me sonrió orgulloso e hice lo que me ordenó.

- Después de un par de tequilas, ahí veremos qué es lo que pasa













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TAXI ||Joerick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora