TREASURE 💎 Drabbles

Mi pequeño y adorable hyung ♡ Harudam

Yedam nunca había estado tan nervioso en su vida, se encontraba en el aeropuerto junto a su madre esperando la llegada de uno de sus mejores amigos de Japón, Haruto, quien estaría quedándose un mes con ellos, sus padres tenían asuntos que atender o algo así, realmente no presto atención a la explicación, sólo estaba feliz de volver a ver al menor.

Habían sido amigos desde niños, cuando apenas tenían seis y nueve años, Yedam solía cuidar del japones y ambos jugaban juntos sin importar sus diferentes edades, pero entonces los padres de Haruto decidieron regresar a Japón, llevando consigo a su hijo quien lloraba por no querer dejar solo a su príncipe Hyung.

Ninguno tenia teléfono en ese entonces por lo que perdieron el contacto por completo, consiguiendo nuevos amigos y creciendo en lugares diferentes.

A los dieciocho años su madre le dijo que estuviese atento al teléfono de la casa, Yedam no entendía por qué y la mayor tampoco le dio muchas explicaciones ¿Quién iba a llamar? ¿Por qué no solo lo llamaban a su celular? Estuvo cerca de una hora esperando hasta que el aparato empezó a sonar, contestando rápidamente para acabar con su intriga.

—Hola.

—Hola Hyung— La voz era muy grave, confundiendo más a Yedam que solo decidió preguntar de quien se trataba.

—¿Quién habla?— Observo a su madre sin entender nada.

—Que rápido me olvidaste Hyung.

—Disculpa pero ¿Quién habla?— Su paciencia se estaba acabando y la otra persona al teléfono solo reía en respuesta a su pregunta.

—¿No me recuerdas? Príncipe Yedamie.

Algo conecto en la cabeza del mayor en el momento que escuchó aquel apodo.

—¡¿Haruto?!

—¡¿Yedam?!— El japones no podía dejar de reír, estaba emocionado de volver a hablar con su Hyung.

—¿Por qué tu voz es tan grave? ¿Cómo estas? ¿Sigues en Japón? ¿Por qué no llamaste antes?— El castaño no cabía en su felicidad de solo saber que se trataba de su amigo, haciendo tantas preguntas que Haruto apenas logro entender.

Estuvieron varias horas al teléfono, hasta que el japones sugirió una videollamada. Yedam corrió a su cuarto escuchando la suave risa de su madre, recordaba al Haruto de ocho años pero no tenia idea de como se vería el japones ahora, sorprendiéndose apenas la imagen apareció en la pantalla, si no supiese de quien se trataba no creería que el chico en su pantalla era el menor, algunos rasgos seguían ahí pero definitivamente la pubertad había hecho lo suyo.

¿Por qué se ve tan lindo ahora?

Ambos adolescentes se hicieron la misma pregunta sin que el otro lo supiese.

Desde ese día los mensajes y llamadas no faltaron, además de las muchas selfies que Haruto le enviaba al mayor, creando todo un revoltijo de sentimientos en Yedam, quien solo se repetía una y otra vez "Es tu mejor amigo"

El tiempo pasaba y su lazo se volvía cada vez mas fuerte, hablaban en cada momento del día y una noche mientras escuchaba los audios que Haruto le enviaba porque "Que pereza escribir" se dio cuenta de que tal vez se había enamorado de su mejor amigo "Solo estas confundido " se repetía ahora el castaño sin aceptar sus sentimientos.

Pero estando ahí, en un aeropuerto lleno de gente, con el corazón a mil esperando ver a cierto pelinegro entre todos los pasajeros que salían y entraban, quizás acepto un poco más la realidad de lo que su corazón quería.

Sintió unos brazos en su espalda, girandolo tan rápido que no supo en que momento ambos se encontraban en un fuerte abrazo, en las fotos había notado que el menor había crecido mucho, pero ahora era mucho más alto que él, y estando ahí, entre los brazos del menor, escondido en su cuello y conteniendo las ganas de besarlo.