Partidos de Voley y visitas al hospital ♡ Hajeongwoo

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Haruto nunca olvidaría el día que conoció a Jeongwoo, tenían doce años y ambos participaban en su primer partido de Voleibol. Amaban el deporte y eran, siguen siendo, demasiado competitivos. Estaban en diferentes equipos por lo que decidieron apostar un helado, ademas de su orgullo, a que su equipo ganaría, el partido se mantuvo empatado y ambos resaltaban entre todos los demás jugadores al ser los más activos y anotar más puntos.

Termino por ganar el equipo al que pertenencia Haruto y como buen perdedor Jeongwoo le compro su helado al chico, vivían relativamente lejos, estaban en colegios y equipos diferentes, no tenían nada en común, pero aun así lograron encajar formando una gran amistad.

Solían reunirse después de los entrenamientos, recogían una pelota e iban a un gran parque céntrico a seguir practicando. Las apuestas siguieron a medida que sus equipos se enfrentaban, al parecer eran rivales de toda la vida o algo que no les intereso mucho.

En cada juego apostaban alguna golosina que comerían al salir o algo por el estilo, eran diferentes pero se llevaban bien, incluso la madre de Jeongwoo llego a insinuar que el japones parecía un gato mientras que su hijo era como un cachorro hiperactivo, haciendo reír a los menores con la comparación.

Luego de un tiempo las apuestas pasaron de un helado a ver una película y de una pizza a una pijamada, agregando alguna penalización como "Tendrás que pagar las palomitas" o "seras mi sirviente durante toda la noche" En más de una oportunidad alguno de sus padres había sugerido ingresarlos al mismo equipo o colegio, pero ambos se negaban alegando estar bien de esa manera, siguiendo la lógica de que si no pasaban el día juntos podrían mensajerse toda la noche o abrazarse un poco más cuando se veían, ademas de sus apuestas en cada partido.

A los dieciséis años su amistad cambio un poco pero ninguno comentaba nada al respecto, dejaron de poner apodos raros en sus contactos para simplemente colocar sus nombres con un corazón al lado y sus apuestas pasaron de un maratón de películas donde tu debes comprar snacks, a tendrás que publicar una foto tomando mi mano. Sabían que se acercaban más que como los amigos lo hacían, pero preferían escandalizarse por sus actos como "Odio tus abrazos" y "Solo tomare tu mano porque es un castigo"

Justo como lo hacían en ese momento mientras un chico bajito no dejaba de coquetear descaradamente con Jeongwoo.

—Woo, ven a ver algo un momento— Dijo Haruto mirando mal al otro chico, no le molestaba que estuviese ligando con su amigo, solo le molestaba lo mal que disimulaba.

—¿Qué quieres?— Pregunto el moreno acercándose, se encontraban en una fiesta de un conocido, la música estaba a todo volumen y debían hablar muy fuerte para poder entenderse. El japones decidió tomar del brazo al menor para así poder hablarle al oído.

—¿Recuerdas que gane el ultimo partido? aun no te digo lo que quiero— Estaban muy cerca y Jeongwoo se sentía ligeramente nervioso, coloco sus manos en los hombros del japones alejándolo un poco y agradeciendo las luces coloridas que disimulaban el rojo en sus mejillas.

—¿Justo ahora? ¿Qué demonios se te acaba de ocurrir?— El menor observo curiosamente a su amigo, sabia que aun no cumplía su penitencia por la ultima victoria del Japones pero por qué justo en ese momento el mayor querría algo.

—Quiero que te sientes en mis piernas— Soltó el alto observando al chico enfurecido por su cercanía—Es aburrido aquí y quiero compañía, ya cuando salgamos puedes invitarme una hamburguesa.

—¡¿Qué?! ¡Tu estúpido! te estas aprovechando.

Haruto se dirigió nuevamente al gran sillón, indicándole al menor lo que debía hacer y sonriendo triunfante cuando el chico que antes coqueteaba con Jeongwoo se alejo molesto.

—También pediré doble penitencia cuando te aplaste en el próximo partido— Se quejo el moreno, quitandole el celular de las manos a su amigo y curioseando con quien hablaba hace unos minutos.

A las diez se despidieron de sus amigos, debían salir temprano si querían comprar las hamburguesas que Haruto pidió como premio. 

Pidieron para llevar y mientras esperaban llamaron a la madre del menor para que los recogiese en el establecimiento.

Cada mes sus equipos se enfrentaban amistosa mente para presumir el resultado de los entrenamientos, los días anteriores al juego ambos se comportaban como dos tontos, alardeando de sus mejoras o como iban a pisotear al equipo opuesto. 

Unas horas antes del partido se escabullían para acordar lo que apostarían, ya era como una tradición y a nadie le sorprendía verlos abrazarse mientras prometían aplastarse en la cancha. La adrenalina subía al saber que había algo por lo que ganar y ese día se sentían especialmente emocionados.

—Si gano voy a besarte apenas termine el partido.

—Y si yo gano tendrás que aceptar ser mi novio.

Con sus apuestas hechas y sin poder quitarse la sonrisa del rostro, empezaron el partido anotando los primeros puntos para sus equipos. El juego empataba a cada momento y ambos sentían la necesidad de ganar.

Jeongwoo mantenía la mirada en la pelota preparándose para rematar, un nuevo punto los dejaría por encima de sus contrincantes y definitivamente necesitaban ganar o serian dos perdidas seguidas. Al mismo tiempo que salto y anoto el punto que les aseguraría la victoria, tropezó cayendo apoyado en su mano derecha y sintiendo como esta junto a un pequeño crack punzaba fuertemente. Un grito de dolor salio de sus labios mientras que las lagrimas se deslizaban por sus mejillas, inmediatamente Haruto ya estaba junto a el, se veía desesperado y no dejaba que nadies ademas del entrenador se acercase.

Jeongwoo lloraba mientras el mayor sostenía su brazo evitando cualquier contacto, su muñeca se veía torcida e hinchada, llegaron al hospital entre llantos y un Haruto histérico por que los atendieran.

Pasaron varias horas en las que el japones caminaba de un lugar a otro en la sala de espera, seguía con su uniforme y de seguro se veía horrible por haber sudado, pero nada de eso le importo, la madre de Jeongwoo había llegado hace una hora y una enfermera la llevo a la oficina de un doctor para explicarle la condición de su hijo ¡Mientras que a él solo le dijeron que esperara!

La mujer salio y ambos fueron guiados a una de las pequeñas habitaciones, Haruto corrió a abrazar al menor que seguía llorando, su mano estaba enyesada y se podia apreciar una intravenosa en su brazo. El japones eco sus lagrimas sin contener el impulso de besarlo, lo beso varias veces antes de separarse  y seguir acariciando su rostro, reaccionando a lo que había hecho y observando fijamente la reacción del menor.

—Supongo que ya quedo claro que íbamos a ganar el partido— Jeongwoo sentía sus mejillas arder, miro a su madre quien sonreía a su lado y dejo escapar algunas lagrimas más.

—Claro que no, era obvio que nosotros ganaríamos, así que gane la apuesta ¿Quieres ser mi novio?— Pregunto el japones de cuclillas frente al menor, seguía con su uniforme y su cabello era un desastre pero aun así se veía perfecto para el menor —Te recuerdo que debes aceptar.

—Claro que si quiero ser tu novio— Jeongwoo se inclino besando nuevamente a Haruto y observando como su madre los grababa con su teléfono —Pero que conste que sera una completa tortura para mi— el pequeño movimiento hizo doler nuevamente la vía y el moreno dejo escapar unas cuantas lagrimas —Esto duele incluso más que la fractura— Lloriqueo Jeongwoo, haciendo reír a su madre y a su ahora novio.

—Mi hermoso novio es un bebé llorón— Se burlo Haruto dejando un pequeño beso en la mejilla del menor.

Algunos pasaban días pensando como confesarse, compraban globos y grandes obsequios, elegían lugares como parques llenos de flores o algún lindo café, debía ser especial, después de todo si las cosas salían bien lo recordarían como el día en que su amor fue correspondido.

Haruto y Jeongwoo nunca olvidarían ese día, quizá se confesaron entre lagrimas y con un yeso de por medio, pero se amaban y no necesitaban mucha planificación para saberlo.






TREASURE 💎 DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora