[Party]
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Leíste la invitación una y otra vez, pero no estabas segura de ir. Suspiraste y negaste con la cabeza. No, debías hacer trabajos de la universidad, no tenías tiempo para fiestas.Karen, una chica de la universidad, te había invitado a una fiesta en su casa. Prácticamente ni la conocías, seguro había invitado a todos los alumnos del edificio y ni siquiera sabía sus nombres.
El teléfono de tu apartamento comenzó a sonar, y contestaste.
-¡Ana!
-No voy a ir.
-¿Como sabías que te iba a preguntar eso?
-Porque me llamaste cinco veces, en los últimos veinte minutos.
-Oh, cierto...
Tu amiga Iris, era un "poquito" insistente con el tema de la fiesta. Solo un poco...
-¡Por favor Ana, deja de ser tragalibros y ven a la maldita fiesta!
Ruedas los ojos y suspiras.
-Bien, pero solo un rato, muy pequeño.
-¡Yes! No te vas a arrepentir.
Lo dudo, pensaste.
~•~
Llegaste con tu amiga Iris al lugar, había mucha gente, demasiada. Había chicos bailando, otros jugando y otros...bueno pues, bien ebrios.
-Voy a buscar unas bebidas, ya regreso- aviso Iris, y desapareció entre la gente.
Genial, ahora te quedaste sola, perdida y sin conocer a nadie.
Comenzaste a caminar, querías recorrer un poco la casa. Llegaste al jardín trasero, donde había una enorme piscina y varios sofás.Trataste de pasar por la gente, para llegar a uno de los asientos y esperar a tu amiga.
Pero la suerte no estuvo de tu lado.
Al intetar atravesar un grupo de chicos, estos no te vieron y te empujaron, haciendo que pierdas el equilibrio.
¿Que por qué la mala suerte? Ah, es que casi caes a la piscina.
¿Y por qué casi? Bueno...
Estabas esperando el impacto del agua con tu cuerpo, pero no pasó. A su vez, sentiste unas manos rodear tu cintura y el impacto lo sentiste contra un pecho, un gran y fuerte pecho, para aclarar.
Un poco aturdida, miraste a la persona que te salvo la vida.
-¿Estás bien?
Oh my god.
Debía estar en el cielo, porque no es común encontrar ángeles en este planeta.
-Hey, ¿me escuchas?
Parpadeas, saliendo de tu nube.
-Si, lo siento...
Era un chico alto de cabello negro. Pero lo que más te hipnotizó, fueron sus ojos azules.
-Ten más cuidado, a la gente no le interesa si no puedes pasar, están en su mundo.- sonrió divertido.
Su sonrisa, my lord...
-S-si, gracias.
-¿Viniste sola?
Niegas con la cabeza.
-N-no, no...vine con una amiga pero...la perdí de vista.- el chico rió.
-Descuida, puedo acompañarte...hasta que aparezca tu amiga.
-Eso sería...grandioso.-respondiste sonrojada.
Juntos se sentaron en un sofá.
-¿Y tu también viniste solo?-preguntaste curiosa.
-Mmm...vine con unos amigos, pero me gusta más tu compañía, créeme...-te guiñó.
Tus mejillas se pusieron coloradas.
-N-ni siquiera me conoces, no sé ni tu nombre...
-Sebastián.- alzó su mano, para estrecharla con la tuya.
-Ana...
-Un placer, Ana.-susurró mientras besaba tu mano.
Okey, si sigue así no creo que sobreviva, pensaste.
A lo lejos, viste a tu amiga, quien te levantó un pulgar en aprobación, y se fue a bailar.
Sebastián, observó como mirabas la pista de baile.
-¿Quieres bailar?
Lo miraste y abriste los ojos.
-E-eh no yo-
-¡Vamos!
Te interrumpió y agarro tu mano, llevándote al montón de gente que estaba moviéndose al ritmo de la música.
¿Se acuerdan cuando mencioné que tengo mala suerte? Bueno...tal vez no tenga tanta mala suerte.
En este momento, estás con un hermoso chico, quién tiene sus manos alrededor de tu cuerpo y tú bueno, no puedes respirar.
-Por cierto...-acercó sus labios a tu oreja.-¿Te gustaría darme tu número? Bueno, no es una pregunta, vas a darme tu número.-ríe suave.
Sonríes, colorada. Definitivamente no te arrepientes de haber venido.
Uno nunca sabe donde puede encontrar a su otra mitad. ¿No?•••
¿Les gustó? Quise hacer algo diferente, con un poco de humor.
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