Venganza Cancelada - Sasuke Uchiha y tu - COMPLETA

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4 años atrás.

Narra ____

Luego de que Sasuke abandonara la aldea yo no logré salir de mi casa por semanas.
Kakashi venia a verme muy seguido, estaba preocupado por mi, incluso me traía comida y libros de Icha Icha para pasar el rato, es un viejo pervertido... Sin embargo los leí, creo que mi punto de vista cambió desde allí.
Pero los años habían pasado y yo tenía que madurar.
Me levanté de mi cama y observé la caja de tintura que había obtenido esa noche, todavía no lo había usado.
Suspiré y tocaron la puerta de mi habitación.

- Adelante - respondí abriendo la ventana para que la luz entre.

- Buenos días ____ - dijo la serena voz de Hinata.

- Hola Hinata - respondí con una sonrisa - ¿Sabes?, justo necesito la ayuda de una amiga - dije tomando aquella caja de tinte, ella me observó sorprendida y asintió.
Y así fue mi cambio de imagen, Hinata tiñó mi cabello, y ahora si era oficialmente la hija de Kakashi, luego de unas horas decidí salir a recorrer Konoha, luego de tres años era difícil para mí.
Me vestí con una falda negra, una camisa mangas largas del mismo color y recordé a las chicas de Icha Icha, todas usaban calcetas largas para tonificar las piernas y lucir más altas, sin pensarlo decidí ponerme unas también, de color blanco, y por último unos zapatos negros, supongo que un cambio de imagen no haría mal, también cambiaría mi actitud, después de todo era como cerrar un ciclo.
Peiné mi cabello y decidí salir, tomé una manzana y comencé a caminar por esas calles, era tan relajante.
Observé a lo lejos a Shikamaru anotando algo en su libreta, me acerqué a él y pareció no reconocerme.

- Umm hola - le dije con una sonrisa

- ____... - me observó todavía atónito - Me alegro de que estés mejor - dijo desviando la mirada, y el estaba en lo cierto, desde que el se fue me había convertido en una amarga, no había vuelto a sonreír en años y alejaba a todo aquel que intentase hablarme, Hinata era la excepción, ella siempre estuvo para mi, yo solté una risa por ello, los hombres de Icha Icha tenían la misma reacción al ver a las mujeres con ropa provocativa.

- Nunca estuve mal - fue lo que respondí - Supongo que solamente quería estar sola - dije dudando a lo que el asintió - Por cierto, ¿Sabes dónde entrena Naruto? - le pregunté al castaño.

- Si, está con tu padre pasando el campo de entrenamiento - respondió y yo asentí y me fui de allí no sin antes despedirme.
Llevaba tiempo que no hablaba con Naruto, el había dejado la aldea para entrenar con alguien más, y hace unos días había vuelto, todos comentaban que se había vuelto más fuerte, incluso Hinata me contó que el día que lo vió se desmayo... esa chica si que no tiene remedio.
Por estar distraída choqué con alguien haciendo que ambos nos golpeemos.

- Auch - escuché un quejido masculino, al alzar la vista cierto castaño se encontraba frente a mi con su perro a la par.

- Lo siento Kiba - respondí llamando la atención del mismo.

- ____... - dijo una vez que me observó, sus mejillas estaban en un color carmesí y su boca entre abierta.

- ¿Estás bien? - dije algo preocupada al ver que no reaccionaba.

- ¡Si! - exclamó - Es solo que hace tiempo no hablamos... Te ves bien - dijo rascando su nuca nervioso.

- Gracias... - dije yo algo sonrojada - ¿Que te parece si al final del día cenamos juntos? - le pregunté algo nerviosa, el solo me observaba sorprendido.

- M-me parece bien - respondió con una sonrisa - Nos vemos ____ - se despidió para salir corriendo junto Akamaru.
Quizás no estaría mal volver a restaurar las amitades que tenía antes...
Seguí mi camino y llegué al lugar donde estaba Naruto,Kakashi, y Sakura, ellos estaban hablando sobre Sasuke, pero ninguno notaba mi presencia aún.

- Te lo prometí Sakura - le dijo el rubio a su amiga.

- Cof cof - llamé la atención de las tres personas que tenía en frente - ¿Puedo unirme a la charla? - pregunté con una sonrisa.

- _____ - dijo Sakura sorprendida. Ella fue una de las personas que peor traté, pero fue porque nombraba a Sasuke todo el tiempo luego de su partida, y yo no quería recordarlo, no quería saber nada más de él.

- Wow Naruto - dije observando al rubio sorprendido - Sal conmigo por favor - dije en chiste y el rubio se ruborizó.

- No lo permitiría - Respondió el peli plata con su libro de Icha Icha en manos.

- _____, te extrañé tonta - Naruto se acercó a mi y me rodeó con sus brazos, el estaba realmente fuerte, había cambiado...

- También yo idiota - dije separándome de él con una sonrisa.

- No esperaba verte - respondió Sakura con su mirada en el suelo.

- Realmente lo lamento - dije mientras me acercaba a ella y levantaba su rostro - Tengo una explicación para absolutamente todo, pero no es momento para esto - hice una mueca y la peli rosa tenía unas lágrimas en sus ojos.

- Bueno... esto merece un día de el equipo 7 juntos - dijo Naruto levantando sus brazos feliz.
Y así fue, tuvimos un día entre risas y demás cosas, Kakashi estaba feliz de que haya vuelto a socializar con todos.
Naruto había madurado físicamente, pero aún seguía siendo un torpe.
Sakura se había vuelto una mujer muy decidida, era discípula de Tsunade, la actual hokage.
Y yo... bueno, yo había recuperado mi vida, o parte de ella...

- Bueno chicos, tengo que irme - les dije una vez que habían llegado a Ichiraku, ellos me observaron sin entender.

- Yo también - dijo Kakashi - Tengo asuntos con la hokage - y una bomba de humo se hizo presente y el desapareció.

- ¿Y tu ____?, ¿Porqué? - preguntó curiosa la peli rosa.

- Tengo asuntos con Kiba esta noche - dije con una sonrisa sin saber lo mal que había sonado.
Naruto abrió completamente su boca y Sakura tenía sus ojos blancos.
Luego de arreglar aquella mala interpretación caminé hacia mi casa, pero antes de llegar estaba Kiba junto Akamaru en la puerta, el no había notado mi presencia, y me pareció raro ya que con su olfato podía identificar a alguien a kilómetros, me acerqué por detrás.

- Hola... - susurré en su oído y el volteó rápidamente encontrándose con mi rostro muy cerca, me alejé algo avergonzada.

- Hola - respondió rascando su mejilla y mirando a un costado.

- ¿Comemos? - pregunté con una sonrisa mientras sujetaba su mano.
El se sorprendió pero nunca la apartó.
Me sonrió, y sentí que esa sonrisa era la más sincera que había visto en años.

- Claro...