Love like you [Soulsilvershipping]

"Keeping distance between us"

El reloj de la habitación marcaba los segundos pasar en su tic tac sin fin. En la cama sentada se encontraba una joven de cabello castaño suelto; Kotone miraba fijamente por la ventana la lluvia que aún caía estruendosamente afuera unida a varios relámpagos que traerían los por ella temidos truenos luego.

La situación resultaba de lo más anormal posible y conveniente para ella, tanto que parecía una de estas películas cursis de romance que normalmente veía con su madre o a solas en su cuarto ya que su amigo Gold siempre pasaba de ellas ya que conocía perfectamente lo llorona que se podía poner cierta chica para luego reclamar el porque no existían chicos como los de las películas, a pesar de que el siempre estaba a su lado y Kotone sabía perfectamente el motivo pero para ella no era más que una hermandad y amistad increíble, nada más allá de eso, pero no podía decir lo mismo del otro joven entrenador que conocía.

Para Kotone, Silver era el ser más puro del mundo, es cierto era un gruñón, pesado, para nada amable o complaciente con las chicas, las trataba como a cualquier otro. Pero, justo todo eso era lo que a ella le llamaba la atención de él. En el fondo sabía perfectamente que albergaba una gran bondad en su corazón, lo había visto. Silver se preocupaba por sus pokemon, por las personas a las que el solía llamar débiles y pesados, e incluso por ella. A ella le gustaba ese Silver.

La habitación y la casa estaba en silencio, no había nadie más exceptuando por ella, sus pokemon en el piso de abajo y cierta persona que ahora debía estar tomando una ducha. La anciana abuela de Gold había salido dejando a la joven a cargo y había dicho que tal vez llegaría tarde en la noche, que dejaría la casa a cargo de ambos chicos ya que necesitaba ir a buscar a su esposo a la ciudad vecina e ir a por provisiones y alimentos para cuidar su negocio. Para Kotone no pudo haber resultado más conveniente la situación, tanto que sentía que quería escapar pero por otra parte la sonrisa no podía borrarsele del rostro.

Hundida en sus pensamientos de la situación actual, el sonido de la puerta la sorprendió haciéndola dar un pequeño salto en su cama para luego mirar a la persona que ahora entraba a la habitación con una toalla tirada por encima de la cabeza cubriendo parte de su rostro.

Silver estaba más incómodo de lo que parecía mientras usaba la ropa que le había prestado la anciana, al parecer un amigo de la infancia de Kotone era el nieto de la vieja así que tenían ropa que pudiese servirle a él, un pijama azul para ser más exactos. A Kotone también le habían prestado ropa, pero era una camisa de color blanco super grande para su cuerpo, al parecer pertenecía a la anciana pero esta nunca la usaba, tenía incluso un dibujo de un togepi en ella de manera muy infantil, lo cual justificaba el porque la señora no usase esa ropa.

El pelirrojo caminó unos pasos mientras aún mantenía la toalla en su cabeza, mayormente para no fijar su vista en la contraria ya que pese a todo, los sentimientos que empezaban a formarse en su pecho cada vez que estaba con ella no eran del todo de su agrado. Los ojos rubí se enfocaron en el suelo de la habitación como si eso fuese la cosa más interesante del mundo mientras sin ningún objetivo aparente sus manos frotaban la felpa de la toalla sobre su pelo.

No tenía bien claro que hacía en ese lugar o el porque había aceptado estar ahí desde un inicio. Tampoco podía hallar respuesta del porque había aceptado cuidar la casa o que ganaría con ello.

Es una estrategia, puedo conocer más de ella y así ver sus debilidades y de sus pokemon. Entonces puedo derrotarla.

Ese pensamiento cruzó la mente del pelirrojo mientras trataba de convencerse a si mismo de que todo era parte de algún macabro plan suyo para obtener al fin la victoria sobre la chica de coletas, pero lo cierto era que en el fondo sabía que era la excusa más ridícula con la cual su cerebro pretendía ocultar la curiosidad que sentía por la contraria.