assassination classrom La Belleza De La Vida

capitulo 23

capítulo 23: vigésimo tercer periodo: ¡tiempo para nuevos compañeros de clases!

Ame no pudo evitar que una sonrisa estirara sus labios mientras saltaba de un árbol a otro, rápido y ágil sobre sus pies. Si había algo en lo que era buena, era en parkour, que Karasuma acababa de incluir en el plan de estudios de la clase de educación física. En realidad, fue un parkour convertido en policías y ladrones, que fue aún más divertido. ¿Entrenamiento físico y juego al mismo tiempo?

¡Voy a concretar este entrenamiento!

Los estudiantes fueron soltados en el bosque, se les permitió correr y esconderse donde quisieran siempre y cuando no abandonaran la montaña. Solo tenían unos minutos antes de que Karasuma y Korosensei, quienes actuaban como policías, ingresaran al juego.

Además, si los atrapaban, tenían el doble de tarea, por lo que tenían un buen incentivo.

— ¡Oi, Ame! ¿Cómo subiste allí? — se preguntó Rio.

— Subí usando esas rocas — respondió Ame, señalando con el pulgar dichas rocas, que estaban un poco más altas. — Contra Karasuma-sensei, la altura será una ventaja —

— No si se sube a esos árboles, no lo hará — resopló Maehara.

— Al menos Korosensei no es parte de la persecución — agregó Sugino. — De lo contrario, estaríamos jodidos —

— ¡Y también hay un límite de tiempo! — añadió Okano. — ¡Karasuma-sensei no podrá etiquetar a toda la clase en tan poco tiempo, eso es seguro! —

— ¡No te confíes demasiado! — respondió Ame, saltando sobre otro árbol. — Si permanecen en grupos, le resultará más fácil conseguir a todos, ¡así que separe tanto como pueda! —

— Por favor, como si pudiera ... —

Todos sus teléfonos vibraron a la vez. Curiosos, se detuvieron en seco para comprobarlo, solo para encontrar a Ritsu vestida de policía sonriéndoles.

— ¡Okajima-kun, Hayami-san, ¡Chiba-kun, Fuwa-san! ¡Fuera! — anunció, con las fotos de los cuatro estudiantes tachados junto a ella.

— ¡No, no hay manera! — jadeó Sugaya.

— ¡Te lo dije! — río Ame. — No subestimes a Karasuma-sensei. ¡Hasta luego chicos! —

— Espera, Ame — —

Pero la niña ya se había ido, escuchando sus propios consejos. Sin embargo, cuando estaban a punto de despegar, sus teléfonos sonaron una vez más.

— ¡Sugaya-san, Bitch-sensei! ¡Fuera! — anunció Ritsu.

— ¿Sabes qué? Creo que escucharé a Ame — soltó una gota de sudor Rio, guardando su teléfono.

— ¡Nos está escogiendo uno tras otro! — Maehara se quedó boquiabierta.

— ¡Está bien, todos van en una dirección diferente a mi señal! — ordenó Fuwa, sin perder tiempo. — Uno dos — —

'SLAP' 'SLAP' 'SLAP' 'SLAP'

— ¿Tres? — Okano parpadeó un par de veces. — Que fue ese ruido — —

— Ustedes cuatro están bajo arresto — anunció nada menos que Karasuma, apareciendo repentinamente ante ellos.

— ¿Esperar que? — Rio parpadeó.

Los cuatro estudiantes miraron sus espaldas, donde la huella roja de la mano de su maestra chocaba enormemente con la tela azul de sus camisas. ¡Habían sido etiquetados sin siquiera darse cuenta!