Un furibundo tipo verde y la CEO pelirroja

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Un rugido en su mente hizo que abriera los ojos asustada, una sensación de presión en su pecho la aterrorizo de tal forma que comenzó a sudar frio.

Apretó con ambas manos la sábana blanca que la cubría y cerró los ojos con tanta fuerza que incluso podía sentir la raíz del cabello de su frente estirándose. La presión no se quitaba, una furia indescriptible emanaba por sus poros, sus puños estaban blancos por la presión, la sábana se rasgo y el sonido la hizo volver a abrir los ojos acuosos y llenos de temor.

Algo estaba dentro de ella, algo que no sabía describir y que sentía tan a flor de piel que casi palpaba la superficie de su conciencia, esperando salir desbocada y destruir todo a su paso.

Esos pensamientos ni siquiera eran propios, alguien, no, "algo" deseaba salir, sentía la tensión en su cuerpo, como si estuviera creciendo, esparciéndose lentamente por todo su ser de adentro hacia afuera. Soltó la sábana rota y sujetó los barrotes de la camilla con tal fuerza que rechinaron y comenzarón a moldearse en sus manos, los dedos de sus pies se engarruñaron y dobló las rodillas, podía ver su piel tintándose color verde en sus piernas gruesas y tostadas por el sol.

La ira comenzó a burbujear desde la punta de sus pies hasta su estomago, las vigas de la camilla estaban totalmente dobladas, las ruedas comenzaron a ceder pero ella no había soportado tanto estrés en su vida como para que algo así la sobrepasara.

Con una inhalación profunda, cerró los ojos y se concentró tanto como pudo, el color verde paso a un color más natural, la respiración pausada y constante la hizo relajarse, la camilla dejo de rechinar, las molduras en forma de manos ahora eran más grandes a comparación de su ahora más pequeña mano.

Se relajó, soltó las vigas, estiro las piernas y se acomodo en la mullida almohada, la presión en el pecho remitió aunque aun sentía esa urgencia de que algo intentaba salir desde adentro.

Escucho gritos en el baño, sus ojos recorrieron las camillas y vio a Tony en la camilla de su derecha, a Natasha en la izquierda y al frente una camilla sola junto a otra con Steve dormido.

La voz del baño seguramente era de Clint, se puso de pie y casi llora al darse cuenta que no era su cuerpo, estaba en el cuerpo de Bruce. La desesperación comenzó a llenar su ser, la presión volvió con más fuerza y decidió que no era el momento de pensar en ello, sí, muchas cosas le habían pasado en todos estos meses, pero dejarse arrastrar por la bestia que vivía en Bruce no sería una de ellas.

Camino al baño y alcanzó a escuchar la perorata de alguien.

—¿Porque demonios tengo un tatuaje de My little ponny? —Gritó la voz.

Abrió la puerta y entró.

—¿Clint?

—No, Tony.

—¿Tony?

—Sí, Bruce, Tony.

—Soy Pepper.

Tony volteo a verla, ella estaba en la puerta las lagrimas a punto de salir de sus ojos al sentir el shock que tanto había evitado hasta el momento. Vio cuando Tony cayo al suelo golpeándose la cabeza de nuevo, corrió a su lado y sujeto su cabeza llenando sus masculinas manos de sangre.

—Jarvis, envía un equipo médico por favor.

—Enseguida —Respondió la Inteligencia Artificial.

—¿Bruce? —La voz de Natasha llego a sus oídos.

—Pepper —Corrigió.

—Soy Steve, parece que Loki nos cambio a todos de cuerpo —Debemos ir tras él y obligarlo a que nos cambie de nuevo.

Mutatio e corporisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora