Café por la mañana

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A veces Jihoon soñaba que no era un perdedor como en la vida real. Soñaba con situaciones románticas de película, como todas aquellas con las que fantaseaba día y noche, de las cuales le encantaría ser el protagonista pues, aunque Jihoon lo negara una y otra vez, era un romántico de pies a cabeza. Esta vez había soñado con el hombre de la cafetería que tan loco lo traía. En aquel sueño (el cual ya había tenido más de una vez) el hombre le pagaba el café de cada mañana con esa sonrisa que tanto amaba, y al recibir el dinero Jihoon encontraba un pequeño papel que se escondía entre las monedas y billetes con las palabras "Me pareces lindo" escritas en tinta azul y una carita sonriente dibujada. Despertar y volver a la realidad siempre era un golpe duro, pues le hacía sentir avergonzado y torpe. Aun así, prefería quedarse con el buen humor de haber recibido una dulce sonrisa en sueños.

Tenía trabajo dentro de otra y media, así que se levantó más temprano que el resto para usar la ducha a la que no le fallaba el agua caliente antes de que se la pelearan, desayunó unas tostadas con mermelada y un gran tazón de arroz blanco y salió por la puerta trasera como cada mañana con los audífonos sonando fuerte en sus oídos.

La mañana era fresca, de esas que te refrescan la garganta y hielan tus mejillas al mismo tiempo. Se sentía como estar en la montaña, con el cielo completamente azul y más alto que nunca. O al menos eso creía por las historias que había oído en los pasillos del edificio, Jihoon nunca había estado en la montaña pero si olía así de fresco y agradable debía ser un buen lugar. Al girar en la esquina una imagen nostálgica y elegante como salida de una pintura art decó se presentó frente a sus ojos. Un muchacho de rubio cabello largo y ojos cansados encendía un cigarro entre sus labios, sentado en los escalones de la puerta de entrada de entrada vecina a Las estaciones, aun cuando tantas veces la anciana que vivía ahí le había gritado y amenazado con lanzarle agua si no dejaba de fumar en su entrada. Y sabía de inmediato que algo no estaba bien, pues aun con el frío de las 7 de la mañana usaba solo un vestido con los sus hombros y piernas delgadas completamente al descubierto. Tal vez era por el frío, tal vez por la luz del sol o el vestido tan rojo pero se veía muy pálido y sus hombros más delgados y puntiagudo que nunca.

Los tacones se encontraban a un lado, y podía oírlo tararear una canción que juraba haberle oído a Joshua en alguna ocasión a la hora de almuerzo con las demás. Se veía tan melancólico, tan ajeno al mundo, como una hoja anaranjada cayendo lentamente del árbol en otoño.

- ¿Jeonghan? – susurró y este dio un salto, probablemente estaba demasiado sumido en sus propios pensamientos y no había oído la puerta ni sus pasos en la acera. Le devolvió el saludo, debió reconocer su voz, pero no se giró a mirarlo.

Y Jihoon supo de inmediato de qué se trataba.

Se sentó a su lado y pudo ver el cabello en su cara cubriendo el pómulo morado y el labio roto, claramente por un golpe limpio en su rostro. Jeonghan no dijo nada, solo aspiró el humo amargo del cigarro, lo mantuvo en su boca un rato y lo soltó de una vez junto a un suspiro sonoro.

- Dijiste que sería la última vez – dijo Jihoon. Regañarlo siempre le dejaba un sabor amargo en la boca. Jeonghan soltó el aire por su nariz en una risita corta.

- Digo muchas cosas.

Hubo un corto silencio incómodo que duró un par de segundos antes de que Jihoon pensara en una respuesta rápida - ¿Quieres pasar la tarde en la cafetería conmigo? Puedes beber café gratis con mi tarjeta – le dijo cubriéndole los hombros con su bufanda que por suerte era lo suficientemente ancha. Jeonghan dudó un momento – Tengo un cambio de ropa allá – agregó Jihoon como si leyera su mente. Jeonghan le sonrió y se levantó para caminar con él rodeando su hombro en un semi abrazo, probablemente para darse algo más de calor.

Las estaciones [JiHan/Jicheol]Where stories live. Discover now