Fuertes traumas

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Otro dia, abre los ojos ¡No quiero! Pero...... tengo que hacerlo.

Hago la misma rutina monótona de siempre, ropa, baño, lágrimas, pastilla y irme de casa sin comer por mamá.

Caminar he ir al colegio, aunque esta vez me tardo un poco más de la cuenta, camino despacio y me tomo mi tiempo, porque la verdad es que hoy más que nunca no me siento con ánimos si fuera por mí me quedaría en mi cuarto encerrada, pero el mundo no gira a mi alrededor por lo cual no va a parar si yo lo hago.

Voy caminando cuando chocó contra un hombre robusto sin querer, el me empuja y empieza a gritarme *¡IDIOTA! ¡MIRA POR DÓNDE CAMINAS! ¡ESTÚPIDA!* y otras cosas más vulgares, me corro un poco y el se va.

Mi cabeza gira y todo se vuelve tan lento mi estúpido cerebro imagina cosas alucina, mi alrededor se vuelve distorsionado, que estúpida soy. Los recuerdos nublan mi mente, los golpes, esos grandes hombres tocando mi cuerpo, intento huir pero antes de dar siquiera 4 paso ya me están sosteniendo de nuevo. Ya terminaron conmigo aquellos hombres estoy sentada en una esquina con mi pequeño vestido de flores destrozado, sangre por mis muslos y moretones por mis piernas y brazos.

Levanto mi vista y veo a mamá caminando hacia mí, y cuando creo que me va a ayudar o simplemente darme un abrazo hace algo que no me imaginaba me da una cachetada "estúpida, casi me cuestas el dinero a la próxima que salgas corriendo te irá mucho peor" envuelve su mano en mi muñeca y me arrastra mientras yo intento seguirle el paso ignorando el fuerte dolor que se instala en mi vientre.

Cuando vuelvo a la realidad estoy parada en un lado de la cera con lágrimas en mis ojos y un ardor en mi mano cuando dirijo la vista allí encuentro mis uñas enterradas en mi piel hasta sacar sangre, las retiro y bajo la chaqueta hasta tapar todo mi cuerpo ¡No debes mostrar nada! ¡Si muestras te harán daño! Me repite una y otra vez mi mente así que le hago caso y me tapo todo lo posible.

Termino de cruzar la calle y entro rápidamente al colegio.

Paso varias clases, algunas me aburren y otras no. Hasta que llegó a mi última clase y mi favorita ciencias.

Camino hacia mi puesto de siempre después de darle un mirada de saludo a la profe.

Ella me mira con angustia como casi siempre, pero está vez se porque, hoy justamente hace siete años perdí mi virginidad y no por voluntad propia.

Hasta Que ResistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora