No son tan sólo tacos

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No sé si estará correcto o no, pero una parte de mí insiste en que debo presentarme.

Soy Miguel Ángel, ya sé, de seguro pensaran que es mucho nombre así que es mejor "Mangel".

Ahora sí, creo que estoy seguro. Lo que diré será la mentira más grande y una de las más dichas, pero de las que me hace más feliz. Debo hacerlo, es por un bien común. Tomo aire preparado para gritarlo a los cuatro vientos.

-¡No tomo nunca máh!- grito con todas mis fuerzas hasta que una almohada choca con mi cabeza.

-Calla ya, pringao'. Que gritas eso cada mañana.- ríe Rubén. ¿Y este qué sabe? O mejor dicho, ¿Este qué hace aquí?

-¿Qué hace tú aquí?-

-¿No recuerdas qué hicimos aquí?- acaricia lentamente la orilla de mi cama con la mano ¡¿Qué?! Mi puto sueño se hizo realidad ¡y yo estaba ebrio! Puta vida. -Ya hombre, no te alteres que no hicimos nada.- ríe.

-Serás cabrón, ya estaba preguntándome como explicarle a mi madre cómo embarace a mi mejor amigo- río y PAM, toma, otra almohada en la cara. Creo que a este paso mi desayuno serán almohadas.

Me levanto de la cama y salgo de no pieza. Camino hacia la cocina y veo a Willy sentado en las bancas usando su móvil. Me acerco a la barra y lo asusto por la espalda.

Chilla fuerte y luego ríe.

-¿Pero qué leches? ¿Por qué el susto?- ríe.

De pronto nuestra atención se fija en Samuel que nos mira desde la lejos.

-Ah, fue tan sólo Mangel.- ríe Samuel -creía que ya te habían asesinado o algo.

-No, tranquilo. Que yo cuido a este pringao'- sonrío y miro a Willy. Estúpidos y sensuales mofletes. Agarro sus mofletes -Que bonito que he, que bonito que he.

Willy ríe mientras trata de que lo suelte.

-Quita, quita. Que pegotas, macho.- ríe.

Sonrío y le suelto los mofletes. Me siento al otro lado de la barra. Willy entiende el juego y me lo sigue rápidamente.

Toma un vaso y una paño, y simula ser cantinero. Yo simulo estar ebrio y me echo sobre la barra.

-Quiero...- escucho la risa descontrolada de Samuel. Es que se parte, el tío se parte -un café matutino- de pronto su risa para y me siento asesinado con la mirada pero no le hago caso.

-¿Con hielo o sin hielo?- dice divertido.

-En las rocas, y con sombrillita- río.

Willy se ríe. Toma una copa de las que tenemos para casos especiales en plan noche vieja, y sirve un café que desde aquí se nota como está hirviendo. Joer, parece volcán tanto que humea, bueno, que vapora.

Deja la copa y saca hielos del refrigerador. Eso explica porque la copa esta tan vacía y caliente, aaah. Soy tan bueno deduciendo cómo lo es una luciérnaga nadando. Le echa el hielo al café y se acerca mucho al estante tatando de sacar una sombrillita de arriba. Joer, y eso que él es el más alto junto a Rubén.

Después de un rato se rinde y cuál niño pequeño arrima una banca y se sube alcanzando al fin la sombrillita. Salta desde la banca y se la pone a la copa.

-Mi especialidad- sonríe -café a las rocas con sombrillita- dice cómo presentando un show de circo.

Río y le agradezco. Willy es el único que me sigue las idioteces, bueno, aparte de Rubén aunque en verdad soy siempre yo quien le sigue a él.

Ya son las 6 y la verdad es que no he hecho nada útil en todo el día, y estoy orgulloso. Bueno no pero tampoco es como si me avergonzase.

Me siento junto a Willy en el sofá de la estancia. Él esta jugando al CoD, concentrado y ganando. Como siempre.

-¡No tío! Me mataron- berrincha como niño pequeño. Es que joer, a este tío le pones una moña y lo quiero para navidad.

-¿Quién te mató?- digo tratándolo como niño pequeño.

-Vegetta777- Mierda, ese es Sa...- ¡Samuel!- grita enojado.

-tranquilo tío. De seguro te confundió- trato de apaciguarlo pero es que no se le quita el enojo. Creó que decirle que lo confundió fue como decirle tranquila a una mujer alterada.

Guille infla los mofletes y se pone a jugar minecraft en la x-box con cada de mala leche. Sonrío feliz de que se haya enojado y matado a Samuel, o a mí.

Paso cerca de una hora jugando y riendo con Willy en el sofá. Hasta que Rubén llega sonriente.

-Mangel, usteh. Me va. A acompañar. A cenar- dice con su típico con de idiota sacandonos unas sonrisas. Me paro del sofá.

-Eh Willy, ¿Por qué no le llamas a Alex para que venga y juegan?- él sonríe y asiente con la cabeza.

-Eso haré- se levanta un poco y coge el móvil.

Sigo a Ruben fuera de la habitación, fuera del piso a decir verdad.

-Vale, iremos al mejor lugar de esta ciudad- sonríe. Joer, ¿en serio? ¿en serio vamos a comer juntos? Sonrió y mientras por dentro me derrito de la emoción. Rubén se sube al transporte público y yo le sigo.

Después de cerca de una hora en metro y buses, llegamos. Rubén se baja y miro en local.

Mi mente resuena y me enojo un poco, que digo un poco, mucho. Tío, en verdad me hacia ilusionado, ya resulta que tan sólo vamos a un local de tacos. ¿Qué más esperabas, Mangel? Es sólo tu mejor amigo. Mi mejor amigo con quien no me he besado un sino más de 4 veces. Mi mejor amigo de quien llevo enamorado más de 2 años. Mi mejor amigo con quien sueño repetidas veces. Mi mejor amigo quien creo que es el amor de mi vida. Pero claro, al fin y al cabo, no es mas que mi mejor amigo.

-¿Te gusta?- dice sonriente mostrándome el local a lo que yo sonrío, joder, soy todo un actor, macho -Es mi restaurante favorito, amo los tacos.

Después de pedir unos tacos nos sentamos. Rubén come como si no hubiese un mañana.

-Sí, definitivamente los tacos son mi comida favorita- Y de repente un recuerdo choca contra mi mente.

Alex gira la botella -Le tocó a Rubén. Verdad o reto.-

-Verdad- sonríe a sabiendas de que él casi no tiene secretos.

-¿Cuál sería tu cita perfecta?-

-Hala, que cursi tu pregunta. Mmm, supongo que la llevaría a comer mi comida favorita y luego... No , la llevaría a pasear por la ciudad. Tío no .- ríe.

-Mangel- chasquea sus dedos frente a mis ojos.

-Ah, sí, sí- Rubén frunce el ceño.

-Te preguntando si quieres ir a pasear, macho.-

¿Qué? ¿Podrá ser cierto, tío?

4 chicos & 1 pisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora