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—Al fin tengo la dicha de conocerte mejor, siempre venías con prisas —Michelle miraba fijamente al rubio

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—Al fin tengo la dicha de conocerte mejor, siempre venías con prisas —Michelle miraba fijamente al rubio.

—Gustabo...sigo sin creer que de entre todos, viniste a caer con este señor.

Gustabo torció los ojos para dirigir una mirada llena de enojo hacía Volkov él cuál no le prestó ni la más mínima atención.
Desde hace un par de minutos Conway y Gustabo habían llegado a la comisaría ya que afuera había comenzado a llover fuertemente.

—¿Y cuántos meses tienes ya? —la chica le miraba la panza con curiosidad.

—Yo que sé —respondió el rubio colocándose mejor el saco que Conway le había prestado, para ocultar el pequeño bulto que comenzaba a formarse ya.

—¿Cómo vas a llamarlo? —ahora fue Volkov quién tomó la palabra.

—¿Acaso eso importa?

—¿Y cómo...

—Bueno, basta de preguntas ¿no tienen trabajo que hacer? —Conway se interpuso rápidamente al notar la incomodidad por parte del rubio.

—Vamos, solo cinco minutos más —reprocho Michelle.

—No, ahora fuera que los quiero ver activos.

Los otros dos se miraron fijamente y alzando los hombros con resignación procedieron a caminar hasta la puerta del despacho, pero antes de salir Michelle tomó la palabra —Oigan, solo que les pido un favor, no vayan a comer pan delante de los pobres.

Conway ante estás palabras se sonrojo un poco y tomó algo del escritorio para aventárselo a la chica, la cual, después de esquivarlo con éxito, salió de la habitación riéndose dejando así a ese par solos.






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La lluvia había cesado y el rubio se encontraba ya en la entrada de su casa, la luz de la luna alumbraba ya las calles de la ciudad, tenía miedo, nunca se había atrevido a enfrentar de esa manera a su hermano pero si de algo estaba seguro es que era tiempo de enfrentar las consecuencias, abrió la puerta lentamente rogando para que Manolo ya estuviera dormido, entro cerrando lentamente y de puntillas comenzó a caminar hasta su habitación.

—¿Gustabo? 

La voz de su hermano lo hizo parar en seco —Ay no empieces, ya mañana me dices lo que me tengas que decir por favor.

—Ven acá —Manolo se acercaba un poco a él.

—Me quiero dormir, estoy cansado y tengo que ir a trabajar mañana.

—Me vale madre —Manolo se detuvo  en seco.

Gustabo torció los ojos y termino de cortar la distancia acercándose más a su hermano —¿Ahora qué?

¿𝚀𝚞𝚎́ 𝚌𝚞𝚕𝚙𝚊 𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎 𝚎𝚕 𝚗𝚒𝚗̃𝚘? || ᗩᑌ OᗰᗴᘜᗩᐯᗴᖇՏᗴ || ᵍᵗᵃᵛʳᵒˡᵉᵖˡᵃʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora