𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝

𝟎𝟎𝟐-𝐍𝐨 𝐒𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐍𝐨𝐯𝐢𝐨𝐬

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Sé que somos tan complicados.

Pero estamos tan enamorados, es una locura.

No puedo tener lo que quiero, pero tú tampoco.

Tú no eres mi novio (novio).

Y no soy tu novia (novia).

Ya ni siquiera sabía cuanto había pasado desde su tonta ruptura con Shōto pero realmente lo extrañaba, y por eso –sin pensar muy bien las cosas– fue al campo de entrenamiento con la excusa de que una remera había sido olvidada en sus aposentos cuando se marchó, se disculparía y ya, todo hecho, volverían a ser pareja y podría estar con él todo lo que quisiera.
A decir verdad estaba bastante nerviosos, tenía cierto mal presentimiento, pero las ganas de besar a Shōto eran más grandes y esa inmensa felicidad con nostalgia lo estaba cegando.
Quería hacer la cosas bien esta vez, tal vez decirle la verdad y ya, aún si se moría de vergüenza siempre decirle lo mucho que lo quiere y lo lindo que se ve cuando se enoja, y qué tal vez por eso lo molestaba siempre.
Río bajito y miró la prenda entre sus manos, él se la había regalado para su séptimo mes-aniversario, recuerda lo feliz que estuvo Shōto cuando le entregó la camiseta blanca con la frase "No cats No life". Le había encantado y lo había visto con esa mirada tan brillante, como si fuese un niño, como si se hubiese enamorado otra vez y lo abrazo tan fuerte que casi lo deja sin aire. Había sido de sus recuerdos más bonitos y no podía creer que lo había tirado a la basura solo por una tontería que ni recordaba.
Paró de caminar en la pomposa puerta del área de entrenamiento sus nervios carcomieron toda su felicidad transformándola en una extraña inseguridad al "y si...".
¿Y si Shōto no lo perdonaba?
¿Y si ya tenía a alguien? había pasado mucho tiempo ya.
¿Y si lo volvía a mirar con esa indiferencia que tanto le dolía?
¿Y si se reía de él por ser tan patético? No solo perdería la oportunidad sino también la única prenda que le quedaba de Shōto.
¿Y si Shōto se llevaba la prenda y ni le dejaba hablar?
¿Y si la quemaba enfrente de sus ojos?
Su mandíbula se tensó ante la idea, no solo haría cenizas la camiseta sino también los recuerdos hermoso que venían con ella.
¿Tanto lo aborrecía como para hacer eso?
¿Y si lo odiaba? Es decir lo dejo por su orgullo, hirió terriblemente al bicolor ¿Por qué querría volver con él? Era tan mala persona.

— ¡Oi rubio!— Llamó la voz que menos quería oír en ese momento.— ¿Qué tienes ahí?— Hablo mientas le quitaba la camiseta de las manos y la inspeccionaba.

— ¡¿Qué crees qué haces?! ¡Dámela si no quieres morir!— Gritaba mientras intento sacársela, pero lo esquivo y rio de manera burlesca haciéndolo bufar.

— Así que... ¿Es de Shōchan no?— Carcajeó el de ojos grisáceos mientras veía la remera de forma despectiva.— Tiene un terrible gusto.

— ¡¿Y quien pidió tu maldito opinión?!— Por la única razón que no aplastaba al niñato ese como si fuera una cucaracha era porque no quería que la remera tuviese algún daño colateral, estaba en perfectas condiciones y planeaba dejarla así por un largo tiempo.