Capítulo Tres

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Luisa entra por la puerta de casa. Esto parece de película, jamás imagine que una persona como ella podía recibirnos y de esta manera. "Esta es nuestra casa, nos mudamos aquí por el trabajo de mi padre. Somos de Argentina" le comento mientras le muestro un poco la casa mientras nos dirigimos hacia la cocina donde se encuentra mi mamá. "Esta casa es hermosa, les deseo mucha suerte en ese inicio de una nueva etapa" respondió ella. ¿Por qué es tan dulce esta mujer?

Entramos por la cocina, mi madre está sentada en la isla. "Buenas tarde, me presento, soy Luisa, vivo a dos casas suyas, y me tome el atrevimiento de venir a dejarles esto por su llegada a nuestro barrio. Si llegan a necesitar algo no duden en consultarme. Además, ya le conté a tu hija, mi Cami podría llevarla a conocer más cosas del barrio" se introduce ella. "Si quieres mañana por la mañana tipo 9 puedes venir a casa y luego te llevara a ver la zona".

Charlas fueron y vinieron entre ella y mi madre, se rieron toda la tarde. Mama le contaba costumbres nuestras y Luisa costumbres de ellos. Sin dudas somos familias muy parecidas pero muy distintas al mismo tiempo. Ellas seguían y seguían, pero yo no podía olvidar el hecho de que mañana conocería a su hija, además también me contó que tienen dos hijos varones, ojalá sean buenos y amables conmigo, realmente necesito amigos en este momento.

Eran las nueve de la noche y yo ya estaba agotada del día que tuve, muchas cosas sucedieron en solo un par de muchas horas. Decidí ir a ducharme y dormir, en el colchón que seguía estando en el piso. Mañana tendré un día muy largo, a la mañana ir con Cami y conocerla. Luego almorzar en casa y acompañar a mamá al mall para comprar cosas para la casa, además llegara el camión de mudanzas con algunas cosas nuestras. No puedo dejar de pensar, recuesto la cabeza en mi almohada y me hago carne en la cama.

9:00 am, me levanto con el sonido de la alarma de mi celular. Es hoy. Bajo la escalera contenta y me dirijo hacia la cocina a desayunar. Mi mama estaba leyendo el diario desde la computadora. "Papa ya se fue?" pregunto. "Si, Madi, papa salió hoy a las 7 de la mañana, hoy era su primer día de trabajo en el banco". Me prepare dos tostadas con mi té con leche de siempre, odio el café. Terminé de desayunar y fui a vestirme. Elegí unos jeans cómodos porque iba a tener que estar en ellos todo el día. Me pongo perfume y salgo.

Camino por la cuadra, y automáticamente me acuerdo de la casa de Luisa, la recuerdo porque fue allí donde la encontré por primea vez moviendo las manos para que la vea. La casa es muy parecida a la mía por fuera. Camino por la entrada y toco el timbre. Que nervios. Espero que me atiendan. De repente sale un chico de mi edad, morocho, de ojos marrones verdosos y de unos 1,75 metros aproximadamente. "Hola, me llamo Madi, vengo en busca de Cami, ¿tú quién eres?" le hablo yo con la voz entrecortada de los nervios que tenía. "Hola, mi nombre es Evan, Cami es mi hermana, en unos segundos baja, si quieres puedes pasar, mi madre ayer nos estuvo hablando de ti y tu familia. Se que se mudaron aquí ayer" me responde. "Si, nos mudamos ayer, somos de Buenos Aires" le contesto mientras el me dirige hacia el living de su casa.

Me quede charlando con Evan mientras esperaba que su hermana baje para poder irnos. El parece una persona super amable, sin duda creo que seremos grandes amigos, lo presiento. De repente oigo pasos bajar por la escalera, volteo y espero que la sombra deje de inundar la figura para divisar quien es. Un chico igual a Evan, camina bajando los escalones, su cara refleja enojo, su cuerpo pareciera pesarle, su actitud es más bien negativa. "Greigson, ella es Madi, es la chica de la que nos estuvo hablando ayer mama, se mudó con su familia aquí ayer por la mañana" Evan le comenta a el chico. "Hola Madi" me responde y se va. Sin dudas es mucho más desagradable de lo que creí, nadie le pide que me salude alegremente pero un ¿Cómo estás? nunca está de más.

"Perdónalo, estos últimos meses no ha estado muy comunicativo, tuvo un problema hace un tiempo y le está costando sobrepasarlo" me contesta Evan ante la cara de desconcierto que puse tras tan acotado saludo de su parte. "Está bien, no hay problema, pero ¿Qué es lo que le ha pasado? Si es que no te molesta contéstame". "Nosotros jugamos futbol americano durante muchos años, pero hace unos meses Greig rompió sus costillas derechas y tuvo que apartarse del equipo por un tiempo indefinido" contestó "Para él es la vida, jugar es como su terapia y ahora no puede hacer nada".

"AHI BAJO" grito una voz desde la parte de arriba de la casa. Se que es Cami, estoy segura, puedo presentirlo. 

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