Cita Bajo Las Estrellas ✔️ (ADAPTACIÓN EMILIACO)

No quiero perderte

Joaquín

Mi celular no dejaba de sonar con los constantes mensajes y llamadas por parte de Emilio, pero en verdad no quiero verlo no por ahora, seguramente ahora que sabe sobre mi enfermedad querrá terminar conmigo por no haber sido sincero con él desde un principio. Niko estaba conmigo como siempre, es el mejor amigo que alguien pudiera tener, vale oro.

-Joaco ya deja de hacerte el tonto y contesta los mensajes de Emilio. -Niko me hablaba serio pero sin estar enojado.

-Niko el de seguro me odia, además... ¿Quién quiere tener a un estorbo como novio? -Dije con un poco de nostalgia. Mi amigo iba a hablar, pero mi padre entró a mi cuarto y se sentó a mi lado.

-A ver hijo, tú no eres ninguna carga para nadie. -Me abrazó y deposito un beso en mi frente. -Estoy seguro que Emilio está muy preocupado por ti, él te ama hijo.

-Joaco tu padre tiene razón, él ha estado muy preocupado, a mí también me ha mandado mensajes diciéndome que quiere verte y... disculparse contigo.

-No, él no tiene que disculparse con nadie, fui yo el patético miedoso que no le contó la verdad desde el principio. -Hablaba con tanto arrepentimiento. -Si tan solo yo... soy un estúpido, un estúpido que echó a perder esa oportunidad de ir Washington. -unas lágrimas amenazaban con salir de mis ojos.

-A ver hijo, nadie tuvo la culpa de nada, ya no podemos hacer nada por regresar el tiempo, además hijo, todo va a estar bien, Nina dijo que debemos tener fe en que... -No dejé que terminara la frase y le contesté ya muy frustrado.

-¿Bien papá? ¡Nada está bien! ¡Estoy seguro que Nina me dijo todo eso para no asustarme! ¡Pero el sol tocó mi piel, estoy casi seguro que el cáncer tarde o temprano se hará presente y yo no seré una carga para Emilio!... Yo...yo no quiero que él... -En ese momento ya me encontraba caminando con desesperación por mi cuarto, me llevaba las manos a la cabeza y mi voz sonaba muy alterada. Mis lágrimas eran de coraje e impotencia, me dejé caer lentamente al piso y golpe el frio suelo de mi habitación. Mi padre y mi amigo me veían con lágrimas en los ojos y poco a poco se acercaron a mí para abrazarme.

-Joaco, vamos a tratar de confiar en que los resultados saldrán bien. ¡Escúchame bien hijo! Tú eres fuerte y sabes que sea cual sea el resultado lo vas a afrontar como el guerrero que eres. -Acariciaba mi espalda y yo me acurrucaba en su pecho. -Hijo, mírame, a tu mami no le gustaría verte así amor, ella quiere verte fuerte, como siempre lo has sido, habla con Emilio, ambos se necesitan.

-Vamos amigo, hazle caso a tu papá. -Decía tomando mi mano. -Si quieres yo te acompaño a verlo, sabes que siempre voy a estar contigo.

Poco a poco me fui calmando, sequé mis lágrimas y tomé asiento en mi cama nuevamente. Tenían razón, mi madre no merece verme así, pero... ¿Hablar con Emilio? No estoy listo para hacerlo.

-Yo... yo hablaré con él, pero ahora... solo quiero pensar un poco... -Tomé un gran suspiro y dije. -Pá, déjame salir un rato, quiero pensar... solo eso... prometo llamarte si algo pasa... te lo suplico.

-Si quieres puedo acompañarte amigo, para que tu papá se quede más tranquilo. -Tomó nuevamente mi mano y miró a mi padre.

-Si pá, por fa, solo iremos aquí a unas cuantas cuadras, al parque que está cerca, si algo pasa puedes ir a buscarme.

-Está bien hijo, pero no tardes mucho. -Sacó una sudadera de mi closet. -Llévate esto hijo hace un poco de frío. Sabes que te quiero mucho ¿Verdad? -Depositó un beso en mi frente.