Después de mandar el mensaje y cruzar los dedos para que les llegara, me dediqué a buscar las cosas más que necesitara: ropa, comida, medicamentos y armas. Los cuchillos de mi casa son los simples redondeados de untar mantequilla, eso obvio no me iba a servir así que seguí buscando. El palo de la escoba podría ser útil además de ligero, por lo que podría llevarme también el de la fregona. Aunque es un poco básico es lo mejor que encontré, no tengo ninguna katana ni lanzallamas en casa. Me asomé por la ventana, el alboroto en la calle y los cláxones de los coches me sorprendieron. La gente al parecer quería salir el país – solo conseguirán atraer zombies con tanto ruido – me dije. En ese momento pensé, las calles repletas de coches pero, ni rastro de zombies, ¿será todo un experimento del Gobierno? Igual no iba tan desencaminada como pensaba. Lo que sabía seguro es que definitivamente todas las redes tanto Internet como telefónicas se habían cortado y no tenía electricidad ni agua caliente. Comprobé la comida de la cocina, si reducía un poco mi dieta, tendría comida para alrededor de una semana, pero al fin y al cabo tendría que salir igualmente...