Capítulo 4

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Pasaron dos semanas desde que Yoongi vio a Jimin llorando. Lo escuchó peleando con su prometido y luego no supo nada más de él. La situación estaba haciéndolo sentir confundido, dividido entre seguir intentando acercarse a Jimin, y evitarlo a él y sus problemas. Pero al mismo tiempo, Yoongi ya era parte del problema.

En este punto, estaba seguro de que Jimin ni siquiera estaba en el edificio, y tampoco estuvo el día que firmó en la oficina de Big Hit. Así que, ¿y si Jimin lo estaba evitando?

Exhausto de tanto pensar, cerró su laptop, donde había estado tratando de hacer una pista, y sacó del último cajón del escritorio un encendedor y un cigarrillo de marihuana. Había pasado un tiempo desde la última vez que fumó, ya no era costumbre como cuando vivía con Namjoon y Seokjin. En aquel entonces, la pareja solía preocuparse mucho por sus malos hábitos. Decían que Yoongi no comía lo suficiente, que estaba demasiado drogado con pastillas para dormir incluso durante el día y que, definitivamente, no debía mezclarlas con alcohol.

Yoongi, de 21 años, tenía demasiados problemas. Mucha rabia y tristeza, y una herida que todavía estaba explícitamente abierta.

El timbre sonó y lo sacó del pasado. Aún con el cigarrillo entre sus labios, salió para abrir la puerta. Debía ser alguien con permiso de subir sin ser anunciado, de todos modos, así que no había mucha preocupación. Y era Namjoon, quién puso los ojos como platos y abrió la boca con asombro al verlo.

—¿Debería preocuparme? —el moreno miró a ambos lados del pasillo antes de entrar.

—No lo sé —la voz de Yoongi era monótona. Caminó a su cuarto y se tumbó en la cama, justo como la última vez que estuvo con Jimin. Escuchó a Namjoon suspirar tras él y supo lo que se venía.

—Okay, sí, debería preocuparme ¿Vas a contarme o necesitas tiempo?

—¿Primero me vas a decir por qué viniste? —preguntó mirándolo. El cigarrillo colgaba en su mano, fuera de las sábanas.

Namjoon negó.

—No es tan importante como esto.

Yoongi sintió el peso del otro chico a su lado, haciendo que el colchón se hundiera un poco. Después de un momento de silencio, se aclaró la garganta y habló.

—Hoseok me dijo que no la cagara, pero de todos modos lo hice.

—¿Estás en problemas? Puedo ayudarte, tengo-

—No. No lo sé… —Yoongi suspiró y tragó grueso—. Me acosté con Jimin.

Silencio.

Y luego:

—¿Eso es malo? —Namjoon preguntó susurrando.

—Me cogí a Jimin, y él tiene novio —Yoongi rió—… es su prometido, de hecho. Pensé que iba a ser fácil follar al chico y salirme con la mía. Él también lo pensó. Pero Hoseok me lo advirtió...

—¿Jimin te habló sobre eso?

—No. Él debe pensar que soy estúpido —el rubio sonrió amargamente—. Pero traté de hacerle pensar con claridad y no le importó en absoluto. Así que lo tomé como el egoísta que soy, quiero mantenerlo cerca porque me gusta, y ahora estoy preocupado por él. Se fue hace dos semanas, después de una pelea con su novio, y me siento como una mierda, Joon-ah.

Namjoon no estaba mirando a Yoongi. Quizás todo el asunto lo avergonzaba, a juzgar por sus mejillas coloradas, pero estaba asintiendo y parecía estar pensando en la respuesta más sincera que no lo hiriera.

—¿Has pensado en el tipo de relación que Jimin tiene con su novio? No puedo defender lo indefendible, pero quizás no está satisfecho con lo que tiene.

Todo lo que he intentado olvidar [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora