Annie the goddess of the calamity (Borrador)

Capítulo VIII I: El Bosque De La Sabiduría

El pequeño equipo formado por Cleen, Jun Hoo y Jou de camino a su destino se encontraron con la terrible Cordillera de los goblins, una cruel y sanguinaria rasa de criaturas que eran conocidas por ser feroces ladrones y por raptar, violar y asesinar a jóvenes muchachas. Sin bajar la guardia ni un segundo el equipo se adentra en cordillera, al cabo de un tiempo y casi a la salida del lugar Jou divisa algo, cuando se acerca nota que es una niña de no más de ocho años, todo su cuerpo se encontraba lleno de heridas de garras y era evidente que había sido violada. La chica moribunda les pide ayuda, al terminar su frase dejó salir su último aliento de vida, dolidos por la muerte de esa niña decidieron hacer un pequeño desvío en su viaje, luego de enterrar y presentar sus respetos a la pequeña, siguieron su rastro de sangre lo que les llevó a la cueva donde se hallaba el nido de aquellas despreciables criaturas. Desde que entraron al lugar se encontraron con miles de esas criaturas pero gracias a sus poderes fueron fácilmente derrotadas, para asegurarse de que todos los goblins habían sido asesinados el grupo se adentró hasta el final de la cueva donde les esperaba el líder de los goblins, era un enorme hobgoblin, Cleen se abalanza contra el dispuesto a matarlo de un solo golpe, cortándole la cabeza con su espada pero el monstruo era más ágil de lo que aparentaba y lo esquiva fácilmente, éste le da un fuerte golpe con su gran garrote que a duras penas pudo detener, pero Jou pudo cegarlo por unos segundo y fue suficiente para que con un ágil movimiento de su espada cortara al hobgoblin como cerdo en tabla de carnicero, pero al hacerlo un enorme chorro de sangre verde y viscosa salió del cuerpo del monstruo bañándolos por completo. Asqueados por la peste de la sangre salieron del lugar, al poco rato encontraron un pequeño pueblo donde una mujer al verlos les preguntó si habían visto a su hija, por la descripción que les dio la mujer se dieron cuenta que se trataba de la niña que encontraron, el grupo apenado le contó a la mujer sobre lo que les había pasado y done se encontraba descansando su hija, la mujer muerta en llanto les agradeció por aniquilar el nido de los goblins y luego de una corta despedida el equipo continuó su viaje.

- ¿Cuánto nos falta? –Pregunta Jou ya cansado por tanto caminar

-Todavía un día-  le responde Cleen ya cansada por su pregunta recurrente –Primero debemos llegar al Puente de las Ilusiones, y en la isla del lago se encuentra Fiore. Aunque eso ya te lo había dicho.

-Ya me quiero quitar esta asquerosa sangre de encima- decía Jun Hoo mientras se veía- ¿porque no pudimos bañarnos en el pueblo?

-No tenemos tiempo, debemos encontrar al dios de la oscuridad cuanto antes- decía Jou imitando la voz de la quimera, acto que hiso que todo el grupo se riera a carcajadas y olvidaran sus problemas.

Viajaron a través de un tupido e inmenso bosque de maples repleto de criaturas peligrosas, lucharon contra arañas que eran más grade que un auto y temidas por su veneno tan corrosivo que derretía a todo aquel que fuera picado por ellas, solamente un charco viscoso de sangre y órganos licuados quedaba de las víctimas de este letal veneno. después enfrentar aquellos temibles artrópodos, el equipo se encontró con una pequeña posada a pocos kilómetros de su destino donde decidieron descansar.

Jun Hoo y Cleen tomaron un relajante y refrescante baño caliente a la luz de la luna, donde decidieron conocerse mejor la una a la otra.

-Si eres una quimera ¿quiere decir que te crearon genéticamente? -pregunta Jun Hoo curiosa por conocer el pasado de su compañera -si es que me lo puedes decir.

-Antes solía ser una simple humana, pero hace cien años eso cambio. Mi padre fue el mejor alquimista de la tierra, pero era muy avaricioso, tanto que rompió el saco. Él quería ser conocido por todo el mundo y que los dioses lo coronaran por su inteligencia, se pasó toda su vida en el laboratorio, nunca tenía tiempo para mí. Entre sus investigaciones se topó con un libro sobre la creación de quimeras, él quería realizar la más poderosa de todas, en ese tiempo acababa de cumplir los dieciocho años y tenía un fénix familiar como compañero. El ya no estaba cuerdo, me encerró en el sótano, experimentó con mi cuerpo noche tras noche, hasta el día que me fusionó con mi alado amigo. después de comprender su error se quitó la vida. Estuve sola muchos años a partir de ese momento, pero eso cambió cuando entré a la escuela, conocí muy buenos amigos, como Iris, Jin, Jou y ahora tú-