Capítulo X: La Rosa Del Súcubo

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En la Suit Presidencial del hotel Azafrán localizado en el centro de la capital de Van, Tenkia, conocida como la ciudad más poblada del mundo. El brillo del sol atravesaba el gran ventanal despertando una chica demonio, un súcubo para ser exacto, quien aún con su vestido de dormir se dirigió hacia el otro cuarto, todavía dentro de la Suit, donde descansaba su compañero. Para poder despertarlo, la joven empezaba a dar brincos sobre su estómago, causando carcajadas al joven al verla otro día tan feliz sobre él.
-Por fin despiertas, dormilón- decía la joven con una gran sonrisa en su cara- ¿Cómo dormisteis?
-Muy bien, y tu sonrisa me dice que tú también dormiste de maravilla
-Claro que si- mientras le daba un pequeño beso de buenos días en sus labios - ¿Quieres que siga leyendo donde lo dejamos anoche?
-Por supuesto, me encantaría poder escuchar otro capítulo-
Dalia tomo un pequeño libro que se encontraba en la mesita de noche a un costado de la cama, se acomodó al lado de su amado y comenzó a leer justo en donde lo había dejado.
“…-Adiós- dijo a la flor.
Pero ella no le respondió.
-Adiós- repitió.
La flor tosió. Pero no fue a causa del catarro.
-He sido una tonta- le dijo por fin –Te pido perdón. Procura ser feliz.
Quedo sorprendido por la ausencia de reproches. Pero, si yo te amo- le dijo la flor –No has sabido nada, por mi culpa. Eso no tiene importancia. Pero has sido tan tonto como yo. Procura ser feliz… deja el globo tranquilo. No lo quiero ya.
-Pero el viento…
-No estoy tan resfriada como para… El aire fresco de la noche me hará bien. Soy una flor.
-Pero las fieras.
-Es preciso que soporte dos o tres orugas si quiero conocer las mariposas. Parece que es tan hermoso. Si no, ¿Quién me visitara? Tú estarás lejos. En cuanto a las fieras grandes, no las temo. Yo tengo mis garras.
Y mostro ingenuamente sus cuatro espinas. Después añado:
-No te detengas más, es molesto. Has decidido partir. Vete.
No quería que la viera llorar. Era una flor tan orgullosa...”
Dalia serró el libro al notar que su compañero empezó a llorar a causa de la historia que ella le contaba, con un pañuelo que tenía en uno de los bolsillos de su bata le seco las tres lagrimas que corrían por su rostro.
-Por la noche te seguiré leyendo, es mejor que ahora nos preparemos para ir a desayunar-
-Vale- decía el joven, mientras de sujetaba la mano con firmeza a su compañera.
Ambos comenzaron a vestirse, para salir del hotel, con la idea de sentarse en una cafetería local. Lo hacían con mucha frecuencia, por lo que ya conocían a los trabajadores, un hada, un centauro y dos humanos, uno de ellos en la cocina. Casi al momento de sentarse, llego la camarera halada para tomar su pedido.
-Por favor Lyra, ponnos unos waffles y dos batidos de fresa-
-No hay problema Dalia. Ah, recuérdale mandar saludos a tu padre, estoy muy agradecida por los kiwis que me regalo los otros días-
-Yo se lo hago saber, y me alegra que te hayan gustado tanto- mientras el hada se alejaba a entregar la orden.
-Me sorprende lo bien que se le dan, a pesar de que los cultiva en el mundo-oscuro- dijo el muchacho, conociendo a la perfección lo deliciosos que son los cultivos del duque.
-Lo sé. La agricultura se ha vuelto el pasatiempo favorito de mi padre desde la muerte del antiguo Rey demonio, debiste haber visto las caras que pusieron nuestros sirvientes al verlo arando el jardín de la mansión-
-Tu padre es un gran hombre-
-Lo sé, Por eso lo admiro tanto-
Cuando terminaron de desayunar, decidieron pasar por el centro comercial, a dar unas vueltas. En la entrada de la tienda se encontraba un vendedor de flores, Dalia compró una pequeña rosa, la cual puso en el bolsillo de la camisa de su compañero.
-Como la de la historia- Dijo el joven al notar la flor.
Estuvieron todo el día jugando y divertidos por toda la tienda, ya se encontraban cansados y decidieron volver al hotel. Lo que no se esperaban era que afuera de este se encontraba un pequeño ángel con los ojos vendados esperando por su llegada.
-Por fin deciden aparecer- Dijo Ayato, el cual apareció desde la sombra del ángel.
-Por favor- Suplicó Kanade- te necesitamos, Annie y tus hermanos esperan por ti-
-Perdón, pero yo no soy lo suficientemente poderoso como para que necesiten mi ayuda tan desesperadamente. Solo seré un estorbo-
Dalia coloco su mano sobre el hombro de su compañero y le dijo -No te preocupes bebe, yo voy a estar contigo en todo momento. Ellos necesitan tu ayuda, y tu jamás serás un estorbo- le dio un beso en la mejilla para llenarlo de valor.
-Estoy con ustedes- mientras le estrechaba la mano al Joven semi-demonio- Soy Hoshio uno de los cinco dioses de la oscuridad, pero soy mejor conocido como…

“El Dios de las Estrellas” 

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2020 ⏰

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Annie the goddess of the calamity (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora