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Jungkook no podía creer lo que estaba usando.

Taehyung de verdad le había hecho ponerse esa ridícula cola esponjosita blanca de conejo, junto con las medias blancas transparentes que llegaban a sus muslos y un par de orejitas de dicho animal. La camiseta suelta que llevaba apenas cubría sus glúteos y eso lo hacía más vergonzoso, pues cuando se daba vuelta podía ver los inicios de un par de bragas de encaje blanco.

Taehyung era un pervertido de primera.

— ¿Ya estás listo, Jungkookie ~? — la voz del pervertido llamándole melosamente hizo eco en su cabeza.

El pelinegro cerró los ojos un momento, sobando sus sienes y repitiéndose mentalmente que eso lo hacía por el estúpido trato. Y así también tendría una excusa para vengarse mucho, mucho peor. Por lo que tomando una profunda respiración y pasando una mano por sus cabellos negros acomodando las orejitas, mirándose una vez más al espejo de cuerpo entero de su propia habitación decidió salir finalmente. Vaciló unos momentos antes de abrir la puerta de la habitación de Taehyung, pero terminó entrando de una vez por todas. El peligris levantó la vista de su móvil para posarla sobre el adorable chico parado en su puerta,  enviándole una mirada de muerte. Taehyung cubrió su boca con una mano evitando soltar una estruendosa carcajada, pues aunque le calentase que el contrario en verdad estuviera vestido de esa manera, se veía realmente gracioso y adorable enojado en esos momentos; con las cejas fruncidas, los delgados labios aplanados y las níveas mejillas avergonzadas.

— ¡Te ves adorable, Kook! — se levantó de la cama para caminar hacia él tomando su estrecha cintura entre sus manos pegándolo a su cuerpo, ignorando la mirada enfurecida que le había enviado — Te comería a besos ahora mismo.

Jungkook gruñó entre dientes cuando comenzó a repartir besos por todo su rostro, dejando un mordisco juguetón en su nariz. Estaba a nada de golpearlo si no fuera porque Taehyung se atrevió a tomar sus glúteos presos entre sus manos levantándole y obligándole a rodear su torso con sus piernas, atacando sus labios mientras caminaba a la cama y le dejaba sobre las sábanas subiéndose sobre su cuerpo. Jungkook aplanó los labios para evitar soltar algún sonido vergonzoso cuando sus manos apretaron sus nalgas y sus dedos traviesos tantearon entre ellas. Entonces Taehyung le giró para que su pecho quedara sobre la cama sintiéndole levantar su trasero, inclinándose sobre él para buscar algo que no podía ver, sintiendo luego algo frío apresando sus muñecas. Abrió los ojos desmesuradamente al darse una idea de lo que era, mirándole sobre su hombro con una ceja alzada.

— Dime que no son esposas...

— ¿Quieres que mienta? — Taehyung rió sinceramente al ver el rostro espantado del otro — Lo siento Kookie~ pero me gusta así.

— El estupido traje de conejo, las esposas ¿y ahora qué más? — frunció el ceño — ¿Quieres que te diga amo, daddy, mi señor?

— Sé que te estás burlando... Pero en realidad estaba por pedirte que me llamaras daddy.

— No puede ser — murmuró más para sí mismo pegando la mejilla en la almohada dejándole de ver —. ¿Es en serio Kim?

Un gritito asustadizo escapó de sus delgados labios cuando Taehyung le dio una fuerte nalgada, abriendo mucho los ojos y mirándole con el ceño fruncido. El peligris sonreía con sorna, acariciando el glúteo recién azotado.

— ¿Cómo debes decirme?

— No voy a decir-¡ah! — otra nalgada mucho más fuerte que la anterior hizo sacudir su cuerpo — ¡D-Daddy, joder!

Taehyung soltó una estruendosa carcajada al verle con el rostro enrojecido al igual que sus glúteos. Jungkook sentía la ira comenzar a recorrer su cuerpo y si no fuera por las benditas esposas estaba seguro que le habría dado un golpe. Oh, Taehyung pagará caro, muy caro por humillarlo de esa manera.

You'll be mine!  Kookv - Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora