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— ¿Sabes Taehyung? A veces me dan ganas de pedirte que me folles... pero luego recuerdo que eres un fetichista de mierda que probablemente me rompa en dos de nuevo y se me pasa.

El aludido frunció el ceño con una sonrisa divertida, dejando de lado su móvil para enfocar toda su atención en el pelinegro que miraba el televisor con los brazos cruzados. Jungkook lo había dicho tan a la ligera y repentinamente mientras miraban entretenidos las caricaturas que de algún modo logró divertirlo; Jungkook seguía con su vista fija en el televisor, cubierto por una manta calentita y el rostro en completo aburrimiento.

— Tú tampoco eres muy dulce con mi culo, Kookie.

— Porque tienes un culo necesitado que le gusta que le haga gritar — le miró alzando un poco el trasero para darse palmaditas —. Y este culo necesita amor y ternura. 

Taehyung soltó una fuerte carcajada haciendo su cabeza hacia atrás logrando pegarla al respaldo del sofá. — Aww, ¿mi conejito quiere que sea amable con el cuando lo hagamos?¿En serio quieres ser el pasivo ahora? Porque no tengo ningún problema con que sea ahora — alzó y bajó ambas cejas sonriéndole sugerente y acercándose lentamente comenzando a lanzar besos juguetones.

  Jungkook bufo frunciendo el ceño mientras lo miraba con una cara de pocos amigos. —Olvídalo.

El peligris encogió los hombros antes de volver a poner su atención en su móvil, sintiendo a Jungkook removerse en el sofá para dejar su cabeza descansando sobre sus muslos sin dejar de mirar la televisión. Taehyung le miró alzando ambas cejas y llevando una mano a sus hebras,  comenzó a acariciarle escuchándole reír ante algo que los personajes en la caricatura habían hecho. Le observó en silencio; sus negros cabellos cayendo desordenados por su níveo rostro, sus mejillas y nariz levemente enrojecidas debido al frío que había estado dando últimamente, sus labios sonriendo divertidos ante las caricaturas y la manera en que cerraba los ojos cuando sus pequeños dedos peinaban sus hebras claras. 

Jungkook era tan guapo y tan tierno al mismo tiempo; su rostro se veía tan joven y dulce, como si fuese la persona más tierna que pudiera existir contrastando con su personalidad. Potente y firme, como la de un verdadero hombre capaz de dominarte en seguida. Y luego estaba esa aura tranquila pero firme, esa que le hacía estremecer y fantasear. Sus manos huesudas y grandes, dedos largos y delgados que hacían maravillas y tanto adoraba sentirlos recorrer por su piel. Jungkook no era alguien serio, pero lograba mantener esa expresión a pesar no estarlo. Pero últimamente había estado teniendo una pequeña faceta mimada en la que lo único que quería era pegarse a su cuerpo para obtener un par de besitos dulces o incluso caricias. 

— Kook

— ¿Uhm? — una risita baja y divertida escapó de su garganta sin dejar de ver el televisor.

  — Lamento haber sido tan bruto contigo aquella vez — murmuró logrando que girara la cabeza todavía sobre sus muslos para mirarle —. Ya sabes... uh... esto es vergonzoso — murmuró sintiendo su rostro arder, pues aunque hablar de eso era algo natural entre ellos no dejaba de ser bochornoso —... no suelo controlarme y tú... bueno... aunque no querías usaste lo que... eish, sólo lo siento.

Jungkook negó soltando una carcajada, levantándose para acomodarse junto a él y estirarse para tomar el control en la mesita de centro así apagando el televisor. Taehyung dejó su móvil sobre la mesita y bajó la mirada a sus manos; se sentía verdaderamente cohibido, pues realmente se había sentido mal después de haberse dado cuenta de sus acciones. Pero no podía evitarlo, el menor se veía realmente sexy con ese traje de conejito y las orejas que lograron hacerle perder la cordura. Y sabía que de algún modo también le había gustado a Jungkook, pues aunque se hubiese negado a dejarle escucharle mordiéndose el labio o ocultándose en la almohada su rostro le delataba. La imagen de aquella expresión excitada y nublada por el placer permanecía en su cabeza.

You'll be mine!  Kookv - Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora