Por la noche, en la habitación de Maite. Está se encontraba preparándose para su salida junto a Bodoque mitras su hermana la ayudaba en esto.
- ¿Enserio irás? -pregunto la mujer- ¿Has visto con cuántas mujeres a estado?
- Emily, solo iremos a dar un paseo, no pasará nada de lo común -respondió Maite desde su tocador-
- Eso le dijo mamá a la abuela y termino con papá
- Además, no soy alguien fácil y lo sabes
- Eso fue cuando diez y nueve, ahora tienes treinta y dos
- Y tú tienes cuarenta, ¿No deberías estar con tu familia en casa? -pregunto Maite-
- No, supuestamente debería estar en la empresa de papá pero cuando me dijiste de esto yo le dije a papá y papá le dijo a mamá y mamá me llamó a mi para decirme que viniera a darte mi opinión
- ¿Tu opinión o la opinión de ustedes tres? -dijo en tono de burla-
- Calla. -hace una pausa- Sería bueno que llamarás a Oso, por si algo sale mal
- No, no, no. Nada de guardaespaldas y ni siquiera le llames o le envíes mensaje
[...]
- ¿Te quedarás aquí? -pregunto Maite-
- Tranquila, me iré cuando vea que regreses
Maite salió de su habitación dejando a su hermana en la gran alcoba. Mientras tanto con la recién nombrada, se encontraba llegando hacía el lobby del edificio, tras las puertas está logro ver al hombre fuera de su auto mientras fumaba, con solo verlo Maite sintió como su corazón latía rápido lo que era raro. Exhaló profundamente y se dirigió fuera de el edificio.
- Creí que no vendrías -hablo Maite-
- No sería capaz de dejar esperar a una mujer
Maite negó con una pequeña risa a lo que Bodoque hizo una ligera mueca con una sonrisa. Estos dos se dirigieron hacia el auto del pelirrojo, —¿Tienes algún plan? -pregunto Maite, —Conozco un buen lugar para esta noche — hablo Bodoque mientras arrancaba su auto, —¿Me dirás dónde es? —pregunto Maite, el hombre solo negó hacia la pregunta.
Después del pasar de unos horas, llegaron al lugar, la mujer se asomo por la ventana y vio el nombre del lugar. —Bocanáriz, ¿esto es un bar? -pregunto Maite a lo que el pelirrojo respondió con un sí. Estos dos bajaron del auto y entraron al lugar, el bar era pequeño pero llamativo por dentro lo que llamaba la atención eran los estantes llenos de distintos vinos.
- No es por ser grosera pero, ¿Seguro que puedes pagar lo del lugar? -viendo a Bodoque-
- Solo digamos que, conseguí a alguien que paga por mi
- ¿Tengo que preocuparme?
- No
[...]
- ¿Y ahora me contara algo de usted? -pregunto Bodoque-
-Ríe- Dejemos la formalidad de lado, solo... Relajémonos un poco -bebiendo un poco de Long Island-. ¿Qué quieres saber de mi?
- Ví que trabajaste en otras cosas, ¿Porqué decidiste este?
- Así que leíste mis papeles -seria-, bien, digamos que mi hermana y yo tuvimos un trato con nuestros papás. Si les ganamos en unas apuestas nosotras nos quedaríamos con la empresa de papá, pero si perdiamos ellos decidirían a quien dársela
- Y tu terminaste perdiendo más de una vez
- Exacto, mi hermana se quedó con la empresa y yo buscando trabajo. Decidí este ya que en los demás siempre alguien termina ganandome el puesto - hablo desanimada mientras bebía un poco más de su té-. ¿Y que hay de ti?, ¿Qué otras cosas no me has dicho?
- Bueno, podría darte algunos trucos para ganar la próxima vez
- Apostador, ¿eh? -con una leve sonrisa- te debes de dar tus lujos
- No realmente, lo guardo solo para cosas necesarias
- Bien, ya que estamos menospreciado el trabajo, ¿Qué me dices del tuyo?
- Bien, ser reportero no era principalmente mi idea. Estuve cerca de ser el presentador, pero... Creo que ya viste que sucedió -tomando de la botella de cerveza-
- ¿Lo envidias? -con una ligera sonrisa-
- Eso quedará entre tu y yo -hablo con su tono serio-
-Ríe- Está bien
Y así continuaron con las horas pero mientras pasaban, a Maite le comenzó a hacer efecto el alcohol, estaba roja de sus mejillas con solo haber tomado tres vasos de té, pero está estaba alegre no se comportaba raro como otras personas. Por otro lado, el alcohol no le hacía efecto a Bodoque aunque esté también llevaba sus mejillas rojas.
- No puedo creer que haya ocurrido eso -decía entre risas Maite- ¿Todo por una simple gotera pequeña?
- Tuvimos que durar mucho tiempo con eso rodeando todo el edificio
-Ríe- Sabes, no sé si habla el alcohol por mi pero... Nunca creí divertirme así con alguien
- Y yo nunca creí acercarme a una mujer como tu
- ¿Cómo yo? -con una sonrisa-
- Casi todas las mujeres con las que eh salido solo me buscan por mi fama, pero no puedo culpar a nadie, yo también lo haría -tomando de la botella-
Maite no dijo nada, solo lo miraba mientras mantenía su sonrisa. Para este momento la mujer se sentía perdida por el alcohol, por suerte ya habían terminado, Bodoque pidió la cuenta para pagar con la tarjeta de crédito pero, como fue dicho, esa tarjeta le pertenecía a alguien.
- ¿A quién le ganaste la tarjeta? -pregunto Maite-
- Solo fue a un idiota -respondió Bodoque-
- ¿Y ese idiota es...
- Tulio
Después de pagar, salieron del bar y se dirigieron al auto para después dirigiese al edificio de la mujer. Bodoque se ofreció para ayudarla a dirigirse a su departamento ya que sabía lo que se sentía estar de esa manera, la mujer aunque decía que no termino aceptando.
- No debiste de haber bebido de más
- Nunca había tomado más de dos de ese té -hablo Maite mareada-
Al llegar a la puerta del departamento de la mujer, está abrió la puerta y entro por su cuenta dejando a Bodoque fuera.
—Gracias por esta noche, fue divertido —hablo Maite mientras se apoyaba en el marco de la puerta. —Todo sea por una mujer como tu —dijo Bodoque haciendo que la mujer hiciera una ligera sonrisa.Sin pensarlo, Bodoque se acercó a la mujer para tomar con delicadeza su rostro para poder besarla, el beso era lento, Maite continúo con el beso pero aunque quisiera sabía que no era el momento así que tomo a Bodoque de sus manos y lo alejo con cuidado.
- Deberías de esperar un poco más -hablo Maite con una voz dulce-
- Desearía que durará más esto
- Descansa Bodoque
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ᴀᴅᴅɪᴄᴛ [31 Minutos]
Fiksi PenggemarMaite deseaba irse lejos de su país, Chile, por los problemas que ocurrían en este. Pero su desicion se vuelve difícil al conocer a un hombre peculiar, que, al conocerla, su atracción por ella aumenta más de lo que esperaba y no logra alejarse de el...