Dos niños se encontraban sentados en la orilla de una piscina. Sus rostros levantados hacia el cielo estrellado viendo una lluvia de meteoros y entre pequeñas charlas y risas, sus labios se rozaron ¿Fue curiosidad? ¿Atracción? La confusión se hizo presente en sus rostros, ¡Ambos eran hombres! Pero esa sensación en su estómago ¿Que era? ¿A esto se le dicen mariposas? Compartieron otro beso casto, pero está vez provoco que el azabache se levantara algo alarmado, despidiéndose de el y dejo solo al otro chico, abrazando sus rodillas y contemplando el agua siendo movida por el aire. ¿Era acaso algo extraño sentirse así?...
El sonido de la alarma lo despertó, de vez en cuando su mente lo llevaba de nuevo a ese recuerdo, incluso en sus sueños. Se había quedado tendido en su cama mirando el techo y el reloj de la pared con su tic tic. Tallo su rostro con ambas de sus manos mientras volvía a escuchar sonar su teléfono, esta vez un tono de llamada, no tuvo que mirar para saber quién era, sus llamadas simplemente llegaban cada mañana. Contesto el telefono, no importaba si trataba de ignorarlo, no iba a parar hasta que contestara.
—Hola...
—Ikuya, ya es de día. Tardaste en contestar ¿Esta todo bien?
—Lo se, solo debatía si estaba de humor o no. Todo está bien, Hiyori— Una pequeña risa se escuchó del otro lado de la línea
—Entonces recuerda comer bien, pasaré por ti para ir juntos a la universidad. Si necesitas ayuda en algo ¡Solo dime!
—Si, gracias. Nos vemos más tardeColgó la llamada sin dejar que el otro se despidiera, pero sus palabras parecían haber sido suficientes para el. Se levantó de su cama y se dirigió a la ducha, pensando en su sueño...¿por qué en estos momentos? Creyó que ese recuerdo ya lo había lo había enterrado muy profundo en su memoria y ya había aceptado que nada de eso sucedería, solo se hizo ideas siendo un niño iluso...pero el nunca ignoro sus avances, los aceptaba y después solo pretendía que nada paso ¿Hizo algo mal?
Han pasado años de aquel incidente, pronto terminaría su universidad y se graduaria, jamás había vuelto a escuchar de ellos en ningún lado y solo se preguntaba si en algún momento sería posible que se reencontraran. Sacudió su cabeza, sabiendo que era un pensamiento torpe de su parte, pero talvez era el destino ¿No? ¿Algo que le está diciendo que puede volver a pasar?
Puso una toalla sobre su cabeza, secando su cabello mientras ponía el resto de su ropa. No debería perder la cabeza con esas ilusiones, las oportunidades era de una en un millón y aunque todo le decía que no, el no temeria en apostar todo a ese uno.
Se dejó caer en la silla de la cocina, viendo el plato con el cereal, estaba tan perdido en sus pensamientos que no recuerda como fue que se pudo servir sin derramar algo o tropezar en el camino. Se apresuro a terminar de comer y de arreglarse, tomando su mochila y las llaves de su hogar para bajar justamente en el momento en que iba llegando el otro chico quien lo recibió con una gran sonrisa que no pudo evitar devolver.Continuo con sus clases por el resto del dia, de sentía fuera de su mente, sin poder concentrarse. La voz suave el otro chico siempre lo traía de vuelta y si algún apunte se le pasaba el estaba ahí para acercar su libreta, dejando que anotará de ahí. Era obvio que si comportamiento lo iba a preocupar, estaba más extraño que de costumbre y no tardó en jalarlo a un lugar apartado para hablar con el.
— Ikuya, ¿Que te sucede? Estás ausente y te extraño...— su mano se poso en su mejilla, empujando suavemente los cabellos esmeraldas sobre su oreja, desviando su mirada ante el acto
— Nada importante, tengo un par de cosas en mente pero creo que será mejor dejarlo de lado—
La mirada de preocupación en la cara del chico era evidente pero solo le regaló una sonrisa y depósito un beso en su frente, fue un gesto lindo
— Bien, entonces vayamos a comprar algo, hay una cafetería a una calles de aquí y sirven una bebida con crema de pistache, se que te encantaráNo dudo en seguirlo, al menos así no cuestionaria que era lo que pasaba por su mente que parecía lo tenía preocupado. Al llegar al lugar, optaron por sentarse dentro del recinto, cerca de una ventana mientras el castaño se levantaba a hacer el pedido a la caja, asintiendo de que el podía escoger el aperitivo que más le convenciera y mientras lo esperaba, su mirada se fijó fuera de la ventana, observando con su barbilla apoyada en su palma. ¿Podría ser que en algún momento el destino dejara que lo volviera a ver? Su corazón se estrujaba aún con el recuerdo y cerro sus ojos dejando salir un gran suspiro.
Escucho la puerta del restaurante abrirse seguido de unas voces que parecían muy animadas y cuando abrió los ojos Hiyori ya se encontraba de nuevo enfrente de el con una sonrisa, quitando su expresión para devolverle la sonrisa de igual manera
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Un Reencuentro
RomanceHistoria HaruKuya La vida puede dar giros inesperados, te puede llevar a muchos lugares. Pero si esa persona está destinada a ti, siempre te encontrará...