Se sentía algo abrumado por los eventos de ese día, su corazón estaba acelerado, siempre espero este encuentro y la intervención de Hiyori lo arruinó todo...¿Que trataba de lograr? Talvez solo era un malentendido, verlo otra vez solo lo dejo con más dudas y un desastre en su cabeza. Permaneció recostado en su cama, mirando hacia el techo en completo silencio, definitivamente esos años sin verlo lo habían cambiado, ya no eran los niños de antes. Llevo ambas manos a sus mejillas, podía sentir el calor de estás mientras se ruborizaban, la imagen de esos ojos azules quedó grabada en su mente y fue como refrescar su memoria de como el lo recordaba y solo confirmaba el hecho de que no había podido olvidarlo tras todo el tiempo que paso.
Sus manos se deslizaron por su rostro hasta llegar a su cabello, empujándolo hacia atrás por completo, quería verlo otra vez, hablar con el, preguntarle si ellos aún tenían oportunidad. Era un pensamiento demasiado infantil, recordando aquel pelirrojo que iba junto a el, los había visto tan cercanos ¿Quién era? No recordaba a alguien así en su escuela, se sentía inexplicablemente celoso por no poder ser el quien estuviera a su lado, tomando su mano. Abrazo sus rodillas a su pecho, apretó fuertemente sus ojos, ¿Alguna vez lo volvería a ver?
De un brinco se sentó sobre la cama, había recordado las competencias; estaban a pocas semanas de suceder y en el se había encendido una nueva esperanza de poder verlo y poder reconectar con el.A la mañana siguiente sentía que apenas había podido dormir y para su suerte en el interior de si casa ya se encontraba el castaño, cocinando algo sobre la estufa. Entrecerró sus ojos caminando hacia el, pero parecía ser que el chico de lentes ya sentía si presencia, volteandose con una gran sonrisa en su rostro.
—Ikuya ¡al fin te levantas! Apenas iba a ver si seguías dormido. La comida ya está lista, ¿por qué no te tomas un baño?— Sus manos se pusieron en sus hombros, comenzando a llevarlo hacia la dirección del baño—
— ¿Cómo entraste?—Sacudio levemente su hombro, quitando las manos de Hiyori —Ah...olvide decirte eso. Tu hermano me pidió que lo hiciera y así ¡poder estar al pendiente de ti! Si sufres algunas de tus crisis podré entrar sin problemas o cuando me preocupe por ti.Sus cejas se fruncieron, pero si era algo que su hermano había sugerido no había mucho que decir, aunque aún tenía muchas dudas. Continuo caminando sin comentar más, entrando al baño se detuvo unos segundos, decidiendo en colocar el seguro en la puerta, jalando su playera sobre su cabeza; sus dedos se colocaron en la orilla de su pantalón, cuando escucho un golpe en la puerta, seguido de una voz
—Ikuya, no deberías dejar el seguro mientras te bañas. ¿Que pasaría si te caes y golpeas la cabeza? No podría entrar a vert- a ayudarte...quita el seguro— la voz del otro lado era dura y definitiva, no tomaría un "no" por respuesta.
Dudo un par de segundos, pero su mente comenzó a dibujar escenarios desastrosos a causa de tener el seguro en la puerta, sacudiendo solo su cabeza mientras giraba el botón, continuando a quitar sus ropas, escuchado que los pasos del otro chico se alejaban de la puerta y el entro bajo la corriente de agua, girando su rostro hacia las gotas que caían.
Salió de la ducha, empujando sus cabellos húmedos fuera de su rostro y envolvió una toalla en sus caderas, dirigiéndose fuera del baño hacia su habitación, colocando su ropa en su cuerpo para salir a la cocina. Fue recibido en la mesa con un plato repleto de comida y una sonrisa suave que no pudo evitar devolver, comiendo en silencio.Hiyori era... El era su único amigo, había estado ahí con el en cada momento difícil y en los fáciles también. De hecho, estaba ahí en todo momento. Siempre que caía, el era quien lo levantaba, había formado una amistad cercana, abriéndose el uno al otro para conocer su pasado. Su hermano, Natsuya, confío en Hiyori la responsabilidad de cuidar a su hermano, solo después de que el chico de lentes le insistiera que Ikuya no podía valerse por si mismo, siendo alguien tan frágil y de delicada salud ¿Que podría hacer el ante eso? No podía detener sus sueños, ni los sueños de su hermano, solo se tenían el uno al otro, pero la presencia de Hiyori era algo que calmaba su preocupación la saber que su querido hermano no estaría solo. Y asi Natsuya emprendió un viaje por el mundo, Ikuya recibía fotos de los lugares que visitaba y esa era la manera de saber que si hermano estaba con bien.
Hiyori era su único amigo, solo el podía entenderlo, sus compañeros de clases solo eran interesados que no estarían ahí para el cuando los necesitará, por qué solo iba a necesitar a uno en quien contar y solo podía ser Hiyori...o eso es lo que le hacía creer.
En algún punto, Ikuya comenzó a dudar de las acciones que el chico de lentes tenía hacia el, pero eran gestos como estos los que hacían que esas dudas se disiparan, no podía ser un tipo malo si se preocupaba por el de esta manera, preparando un desayuno para ambos antes de ir a la Universidad. Con cada bocado de la comida, su mente se tornaba más tranquila y dócil, si este era el efecto de estar con el, lo hacía sentir tranquilo y sus pensamientos dejaban de alarmarle, podía concentrarse mejor. Hiyori era su único amigo.Una vez que terminaron, el castaño se encargó de dejar la casa en orden, lavando los platos y sartenes que se usaron y limpio la mesa, parecía que no había comido nadie aquí. Había tomado sus cosas y lo esperaba a un lado de la puerta. Sujeto la mano de el peliverde, llevándolo fuera de la casa hacia la estación, donde esperaron por el tren. La mirada de Ikuya iba perdida, sus ojos estaban vidriosos, a los ojos de todos no había nada raro en que ambos estuvieran juntos o en qué el chico castaño era quien dirigía los pasos del otro. Subieron al vagón, iba un poco lleno, pero entre la gente lograron encontrar un asiento para Ikuya. Hiyori se coloco en frente de el, asegurándose que nadie pudiera tomarle en cuenta; levanto su mano libre para acomodar los suaves cabellos verdes que caían sobre su frente y sus ojos, sonriendo cuando esté levanto la mirada, el efecto de las pastillas terminaría antes de que fuera el entrenamiento, no interferirá en su desempeño, solo estaba haciendo lo mejor para el, para deshacerse de la idea de ir a buscar a aquel chico.
Pasaron las horas, las clases terminaron y todos se dirigían fuera de las aulas, la mente de Ikuya aún se sentía rellena de algodon, aturdido y ansioso. Ni siquiera pensó en esperar a Hiyori, cómo usualmente lo hacía, encaminándose solo hacia el área de la piscina hasta llegar a los vestidores, necesitaba distraerse mientras esa sensación desaparecía.
Fue recibido por el capitán del equipo de natacion, quien lo recibió y le autorizó entrar a la piscina primero, apresurandose a cambiar su ropa y tomo sus cosas, entrando al agua con un suspiro de alivio. El estar envuelto de agua le traía calma, le recordaba a...¿algo? ¿Que era? La imagen de unos ojos infinitamente azules y serenos vino fugaz a su mente, deteniendose mientras nadaba. El agua le recordaba a Haru y fue como un respiro de aire fresco y puro, lo había olvidado y eso era peligroso, no tenerlo presente le hacía sentir perdido, quería seguir recordándolo, esperando verlo pronto, estaba seguro que el y Hiyori podrían llevarse bien. Nado a la orilla de la piscina, donde se encontraba uno de sus compañeros y se impulso para salir del agua—Umm...Hola. Terashima, ¿Cierto?— Era algo incómodo al hablar con alguien más, no hablaban mucho y estaba seguro que era aún mas extraño que el tratara de iniciar una conversación — ¡Hola, Kirishima! ¿Pasa algo? ¿Dónde está Toono?— Al parecer se ha retrasado en las clases. Tenía curiosidad–...—
Sus palabras fueron interrumpidas por una voz que llamaba su nombre con desesperación, se escucharon los pasos pesados que iban en su dirección, girando para ver el rostro de Hiyori aliviado cada vez más cerca. Se detuvo a unos pocos centímetros de el, sus hombros y puños estaban tensos—¿Por qué no me esperaste? ¡Me preocupo no verte en el mismo lugar!— Su respiración estaba agitada, pero no parecía ser por el hecho de haber corrido hasta acá y la vena que saltaba en su mandíbula era alarmante — Quería llegar temprano, no es como si fuera a escaparme— Miro por su hombro al sentir las miradas de los demás, no era una buena idea seguir discutiendo aquí —¿Por que mejor no vas a cambiarte? Estoy en la piscina—
Parecía que había captado bien la situación, solamente se giro y camino a los vestidores, dejándolo ahi. Los demás se habían alejado de la escena y el solo volvió a colocar su gorro sobre su cabello y sus goggles, volviendo al agua
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Un Reencuentro
RomanceHistoria HaruKuya La vida puede dar giros inesperados, te puede llevar a muchos lugares. Pero si esa persona está destinada a ti, siempre te encontrará...