+ No sé que decir, de verdad.
+Tranquila, es normal...
Pasamos un rato hablando sobre mi golpe o como se quiera llamar. Parece ser que mi caída afectó a una zona de la cabeza muy frágil y a eso se debe mi pérdida de memoria. Después de una hora hablando la mujer de mi lado se despertó.
+¿Lucía? Oh dios mío, ¡Estás bien!
+Hola señora, su hija está despierta desde hace unas horas, no se preocupe.
"Espera... ¿Ha dicho hija?"
La mujer me abraza y yo sigo sin decir nada, cuando se aparta llevo la vista a sus ojos. Son verdes, verdes oscuros. Sinceramente eran preciosos. Parecía tener unos cuarenta y cinco años más o menos.
Por fin me decido a hablar.
+Lo siento.
Estallé.
Mis lagrimas recorrían mi cara cuando ella me abrazaba y repetía una vez tras otra "Sh, no pasa nada".
Nos separamos y ella se sento en mi camilla, pegada a mí. El médico nos dejó solas con la excusa de que iba a por pañuelos, o eso creo, no lo escuché bien.
+¿No sabes quien soy, verdad?
+Yo no... No recuerdo nada.
+Supongo que esto es incómodo para ti...
+Eres mi madre, cierto?
+Cierto.
Se le calló una lagrima mientras deslizaba su dedo pulgar por mis sonrojados mofletes.
+Esto es temporal, de momento hay muy pocas probabilidades de que sea permanente, poco a poco irás recordando cosas, pero todo a su tiempo.
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Desde cero.
Teen FictionMe desperté. No sé donde estoy ni quien soy. Ni mi nombre. Estoy nerviosa. No se lo que me va a pasar y la gente no hace más que pasar por mi lado... Estoy en un hospital. Esto es muy raro.