2.

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+ No sé que decir, de verdad.

+Tranquila, es normal...

Pasamos un rato hablando sobre mi golpe o como se quiera llamar.  Parece ser que mi caída afectó a una zona de la cabeza muy frágil y a eso se debe mi pérdida de memoria. Después de una hora hablando la mujer de mi lado se despertó.

+¿Lucía? Oh dios mío, ¡Estás bien!

+Hola señora, su hija está despierta desde hace unas horas, no se preocupe.

"Espera... ¿Ha dicho hija?"

La mujer me abraza y yo sigo sin decir nada, cuando se aparta llevo la vista a sus ojos. Son verdes, verdes oscuros. Sinceramente eran preciosos. Parecía tener unos cuarenta y cinco años más o menos.

Por fin me decido a hablar.

+Lo siento.

Estallé.

Mis lagrimas recorrían mi cara cuando ella me abrazaba y repetía una vez tras otra "Sh, no pasa nada".

Nos separamos y ella se sento en mi camilla, pegada a mí. El médico nos dejó solas con la excusa de que iba a por pañuelos, o eso creo, no lo escuché bien.

+¿No sabes quien soy, verdad?

+Yo no... No recuerdo nada.

+Supongo que esto es incómodo para ti...

+Eres mi madre, cierto?

+Cierto.

Se le calló una lagrima mientras deslizaba su dedo pulgar por mis sonrojados mofletes.

+Esto es temporal, de momento hay muy pocas probabilidades de que sea permanente, poco a poco irás recordando cosas, pero todo a su tiempo.

Desde cero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora