Desde cero.

3.

Dos días después de esa conversación me llevaron a mi casa. Al entrar lo único en lo que me fijé fue en una cómoda llena de fotos mías con personas que no recordaba. La casa era muy grande, pero lo primero que pedí es ir al baño, sólo quería ver como era. Suena extraño, pero en el hospital no me vi en ningún espejo. Tampoco le había prestado mucha importancia, la verdad. Subí unas escaleras bastante grandes hasta llegar al piso de arriba. Las paredes eran blancas y en ellas colgaban cuadros y fotos. Ana, mi madre, me indicó donde estaba mi habitación y el baño. Abro la puerta de la habitación, primer flash back. Me veo a mi riendome con mi madre en mi habitación.  Me quedo parada unos segundos y reacciono. El médico ya me había advertido de que poco a poco iba a ir recordando cosas, pero no me esperaba que fuese tan rápido. Antes de fijarme en las cosas que había en mi habitación me fui directamente al baño.Ahí me vi. Era morena, mi pelo era medianamente largo. Mis cejas eran grandes, pero finas. Y mis ojos eran marrones también, algo almendrados. Mis labios eran finos. En ese momento iba con una coleta bastante alta. Suspiro y me voy a la habitación. Las paredes eran de color rosa chicle y tenía fotos pegadas y un corcho con un montón de dedicatorias. Tenía un escritorio, a un lado libros y al otro un móvil y unos cascos. Decidí desbloquear el móvil y de fondo había una foto mía con una niña realmente guapa. Bajé a donde estaba mi madre con un chico, era joven.

+ Hola.

Dije.

+ ¡Lucía!

Gritó el chico.

Me abrazo.

Mi madre interrumpió.
+ Daniel...

El agachó la cabeza y asintió.

+Soy Daniel, soy tu hermano, yo tengo 16 años.

Yo asentí con tristeza.

Me jodía mucho no recordar nada.

+Antes, en mi habitación, he tenido mi primer flash back.

A mi madre se le calló el bolígrafo que sostenía en la mano derecha.

+¿Cómo ha sido?

Preguntó ella.

+Tú y yo, en mi habitación riendo.

+Eso fue hace una semana, lo recuerdo porque pocas veces estamos juntas en tu habitación ( Ella ríe)

Daniel era muy alto para tener 16 años. Yo tenía 17 y me llevaba varias cabezas.

Su pelo era alborotado y negro, los ojos también eran negros, semejaban trozos de carbón. La forma era redonda, pero muy grandes. Eran bonitos.

Mi madre tenía el pelo obviamente teñido, porque su color era indefinido. Una mezcla de naranja, amarillo, rubio, y marrón.  Era raro pero en ella quedaba bien. Era muy bajita de estatura y algo regordeta.

+¿Y mi padre? ¿Estáis separados?

Pregunté.

+Luci, nuestro padre murió hace tres años debido a un fallo en una operación de corazón. Se llamaba Manuel.

De nuevo asentí y me fui a la cocina, pero la conversación seguía.

+Podías ser un poco más indirecto Daniel.
+Mamá, las cosas como estas hay que decirlas así. Papá no tubo la culpa y lo sabes. Nosotros tampoco. Fue así pero ya pasam tres años y tenemos que asumirlo de una vez.
+Si la razón no te la quito, pero...
Bueno, da igual, ahora vamos a dejarla descansar, lo necesita.
+La echaba de menos.
+Y yo, mucho.