ᴍᴇɴᴛᴀʟ sᴀɴᴀᴛᴏʀɪᴜᴍ ✗ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✗ EN PAUSA

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ sɪx

MENTAL SANATORIUM

Jungkook se debatía mentalmente sobre si acercarse a hablarle. Es que, joder, estaba a tan sólo unos metros. ¿Qué perdería? Absolutamente nada, y la ansiedad por tocarlo lo estaba matando vivo. Sin embargo, todo esto se vió interrumpido por cierto chico grisáceo que regresaba por Jimin que a regañadientes aceptó irse con él.

¿Quién mierda es ese? ¿Y por qué lo toca tanto?

—¡Yah, Jiminie! Te llevaré a comer pizza, eso siempre te anima.

Alcanzó a escuchar salir de los labios del chico, veía detenidamente como ponía su mano en el hombro de SU bebé y jugueteaba con el borde de su camiseta hasta tocar únicamente con la punta de sus dedos las clavículas de él. Jungkook no sabía si seguir cabreado o concentrarse en su bebé, y es que mierda, Jimin llevaba una bonita playera de manga larga en forma de "V" color negro que dejaba a la vista sus perfectas y acarameladas clavículas.

Dios, seguía tan perfecto como siempre. Su bonito cabello café chocolate reluciente, y podía ver alguno que otro ricito decayendo por su frente. Su anatomía estaba más desarollada que nunca, quería que nadie lo mirara, nadie que no fuera él.

—Hyung, no tengo apetito ahora.

—¡Anda, vamos! Tu madre nos espera en el automóvil, ¿Puedes ir, por favor?—Intenta nuevamente haciéndole ojitos para que cediera, Jimin cede con cansancio, está agotado mentalmente.

—Está bien, no quiero preocupar a mamá.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó la bonita voz de su bebé, con sus frívolos ojos azules llenos de furia miró desde lejos como se retiraban en un lujoso automóvil junto a la mamá de Jimin, su mandíbula dolió cuando la apretó inconscientemente con demasiada fuerza.

Tenía que alejar a ese chico de cualquier manera y la mejor que conocía era asesinándolo.

Taehyung suspira en cuanto entra al establecimiento de comida acompañado de los Park, podía sentir perfectamente una mirada atravesarle los huesos en el cementerio pero cuando intentaba buscar quien lo miraba no encontraba absolutamente nada. Era atemorizante.

Tan absorto estaba en sus pensamientos que no notó que la comida había llegado desde hace varios minutos, observó como su mejor amigo picoteaba la comida sin ganas y la angustia se apoderó de él de inmediato.

—Jiminie, no has probado ningún bocado. —Reclama Kim con evidente preocupación en su rostro, suspira por segunda vez con tristeza al notarlo tan decaído.

—No tengo apetito, hyungie.

—Estoy de acuerdo con Taehyung, hijo. No has probado nada en todo el día y eso me preocupa mucho. —Le menciona con angustia su madre, Taehyung trata de contagiarlo con una cálida sonrisa y toma su mano para brindarle suaves caricias a sus nudillos.

—Yo sé que duele, bebé. Sin embargo, debes salir adelante por él. ¿No crees que eso le gustaría a tu padre? ¿El verte avanzando?

—Es más fácil decirlo que hacerlo, hyungie. —Declara el castaño jugando con el popote rojo de su malteada sin ganas, estaba más concentrado en mirar al suelo que a sus acompañantes.

—¡Oh, vamos! ¡Eres Park Jimin! ¡Tú puedes hacer todo!

El mencionado joven suelta una risita suave que trató de evitar pero teniendo a un amigo como Kim Taehyung era imposible, las risas estaban destinadas a estar con él.

—Yah, me vas a poner tímido.

—¿Acaso mi Jiminie se puso tímido? Eres adorable.

El castaño niega con una diminuta sonrisa en sus labios sin responder, se ha puesto muy tímido y eso le encanta a Taehyung.

—Ahora abre esa boquita, quiero que comas. —Pide con suavidad mientras toma una papa frita de la orden que había pedido, la lleva a su boquita y él la recibe esta vez con gusto.

La señora Park los miraba con devoción y una opresión se hizo presente en su pecho, ¿Por qué esto se le hacía tan similar a Jungkook? ¿Por qué sentía que se repetía?

FLASHBACK.

Jungkook - 12  Jimin - 8

—Abre la boquita, bebito. Quiero que comas, tu mamá me dijo que no almorzaste hoy. —Pide el menor con un fingido enojo mientras intentaba convencerlo de probar su comida.

—Jungkookie hyung, hoy no tengo nada de apetito. —El castaño forma un adorable pucherito que casi hizo que Jeon cediera ante él. Pero no, no dejaría que su pequeño bebito no probara bocado alguno.

—Abre la boca, Minnie. O no jugaré más a los carritos contigo.

—Está bien, hyungie. —Se rinde el menor recibiendo la comida en su boca, Jungkook sonríe satisfecho al lograr su cometido, ¡Ha hecho que coma!

—Te portaste bien, Jiminie.

FIN DEL FLASHBACK.

—Tonterías. —Susurra sacudiendo esas locas ideas de su mente, no había nada de que temer, ¿Cierto?

—¿Dijiste algo, mamá?

Jimin la mira con extrañeza en su rostro y Kim hace la misma acción también tratando de descifrar lo que le sucedía.

—Nada, Jimin. No es nada, no te preocupes.

MENTAL SANATORIUM

—Es un favor muy importante. —Informa Jungkook a través del móvil mientras caminaba de un lado al otro con demasiada molestia.

—Bien, te ayudaré. ¿Qué clase de favor es?

—Quiero que investigues todo acerca de un tal Kim Taehyung, en especial donde queda su maravilloso hogar.

—Cuenta con ello, Jungkook. —Le dice con calma, los suspiros de frustración pueden oírse por el teléfono.

—Te lo agradezco, Jaebum. Oh, y una sola cosa más.

—¿Qué?

—¿Youngjae aún se dedica a ese maravilloso negocio?—Jungkook puede escuchar la respiración tensa del contrario por la otra línea, suelta una carcajada por lo bajo. Sabía que Jaebum haría todo por proteger a Choi Youngjae y eso era algo a favor suyo.

—Sí. —Responde de manera tajante, cosa que logró que el azabache esbozara una preciosa sonrisa que dejó ver su cicatriz al costado.

—Dile que necesito un par de cosas, él ya sabe que tipo de cosas.

—¿Para cuándo lo quieres?

—Lo más pronto posible.

—...Hecho. —Le escucha responder, una sonrisa de satisfacción lo invade por completo. Volvería a ver a Jimin, lo haría de nuevo.

Volverás a casa pronto, Jimin. Volverás a mis brazos, únicamente conmigo.