ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ɴɪɴᴇ

2.1K 270 7
                                    

MENTAL SANATORIUM.

¿Jimin era el niño que hace ocho años intentó llevarse?

—Mierda, no puedo creerlo...—Susurra Taehyung sorprendido al atar todos los cabos sueltos, la muerte del padre de Jimin, el escape de Jungkook, todo encajaba a la perfección.

—Creí que ese maldito estaría en la cárcel por siempre. —Le dice el pálido entre pequeños quejidos por el dolor en su herida, Kim lo nota de inmediato.

—No hables, te estás lastimando.

La voz seria y angustiada del platinado sorprendió a Yoongi, ¿Era su imaginación o por primera vez se preocupó por él? El de hebras mentoladas sonríe por una milésima de segundo para después hacer como si nada ocurriese.

—Necesito un poco de aire, iré afuera así que descansa. —Ordena sin dignarse a verlo, se coloca de pie y se marcha por la puerta dejando a un confundido Yoongi.

Kim sale de la habitación encontrándose con la sorpresa de que el vendedor de helados seguía ahí esperando, lo mira con fastidio y se acerca hacia a él.

—¿Por qué sigues aquí? Claramente te dije que no eres nada de Min, no tienes porque seguir esperando por él.

—Me aseguraré de cuidarlo bien, creo que dejándolo contigo no ocurre nada bueno. Eres desagradable.

—Min no necesita de tus cuidados así que lárgate ahora o le diré a seguridad que te eche a patadas. —Responde irritado por la presencia de ese chico castaño, no quería que estuviese presente ni un segundo más.

—Ya basta, ¿Por qué te molesta tanto que esté aquí?—Hoseok le mira desafiante sin una pizca de intención por irse, la expresión del grisáceo decae tan rápido como llegó.

Taehyung frunce el ceño por unos segundos antes de cambiar su semblante a uno completamente serio.

—No me molesta ni me importa, es más, también paga la cuenta del hospital. —Le responde tosco antes de darse la vuelta y seguir con su camino fuera de la instalación.

Hoseok entra a la habitación de Yoongi restándole importancia a la escena de hace tan sólo unos minutos atrás, el pálido chico le mira con una sonrisa en cuanto lo nota entrar.

—Hey, sigues aquí.

—Por supuesto, no te dejaría para nada.

Y sólo en medio de la tormenta Hoseok lograba sacarle una sonrisa a Min pero nada se comparaban a las sonrisas de su pequeño Jimin.

Y sólo en medio de la tormenta Hoseok lograba sacarle una sonrisa a Min pero nada se comparaban a las sonrisas de su pequeño Jimin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hey, mi amor. Despertaste, ¿Cómo te sientes?—Cuestiona el azabache mientras acaricia los castaños mechones del cabellito de Jimin con suavidad, casi como si se tratara de porcelana frágil.

El menor abre sus ojos completamente aterrorizado por la presencia del hombre y por estar en una casa que jamás había visto en su vida, se sienta en la cama retrocediendo agresivamente por instinto.

—Jimin, cálmate. —Le dice de manera tenue ofreciéndole un vaso de jugo que claramente él se niega a tomar.

—¡¿Por qué estoy aquí?!

—Bueno, te lo explicaré con calma después pero ahora necesitas comer algo y recuperar energías, ayer se me pasó la mano con el cloroformo.

Jimin se sorprende ante la confesión del hombre y intenta retroceder de nuevo únicamente logrando que su espalda choque contra la fría pared.

—¿Qué te he hecho yo? ¿Por...qué a mí?

—Dije que después te explicaría, quiero recalcar que jamás te haría daño, ¿De acuerdo? Ayer sólo estaba molesto porque al parecer no recuerdas absolutamente nada sobre mí.

—¡Tú me apuntaste con una arma! ¡Tenía miedo!—Le reclama Jimin mientras abraza sus piernas con fuerza, su mirada está clavada fijamente en el suelo, no quiere ver a ese hombre que le daba tanto miedo.

—Lo lamento, mi dulce bebé. No querías cooperar y en cualquier minuto vendría la policía. —Responde acercando una cucharada de los fideos a la boquita del menor, este se niega rotundamente de nuevo y Jungkook no puede evitar tomarlo del mentón cabreado según por su desobediencia. —Come ahora, no es una pregunta.

La dureza en la voz del azabache que lo miraba fijamente le hizo sentir escalofríos por su cuerpo y no le quedó más que aceptar, el agarre en su mentón comenzaba a doler y no podría aguantar más

—Está bien...pero suéltame, me duele. —Susurra tan bajito que apenas alcanza a escuchar el mayor, lo suelta de inmediato dejándole un besito en el mentón que hizo sentir a Jimin incómodo.

—Lo lamento, no quería lastimarte pero quiero que comas el alimento. ¿Lo harás?

—Está...bien. —Jungkook sonríe en grande con la repuesta de su pequeño niño y lleva nuevamente la cuchara a su boquita.

—Ese es mi bebé, tan bueno y obediente. —Halaga acariciándole el cabello mientras observa fijamente cada acción suya, Jimin toma de su jugo sintiéndose temeroso por los toques del contrario y en especial por esos ojos azules que estaban clavados en él.

El teléfono suena interrumpiendo el tan preciado momento de Jungkook con su pequeño, maldiciendo en voz baja se coloca de pie no sin antes advertirle:

—Sigue comiendo tu alimento y no te muevas de aquí para nada, Jimin. —Le advierte con un semblante serio en su rostro, era increíble la manera en la que su humor cambiaba. —Sabré de inmediato si te atreves a desobedecer.

El castañito no responde nada pero el miedo que el otro le causaba es suficiente como para que ni siquiera pensara en huir, lo ve marcharse de la habitación y la angustia se adueña de él, ¿Estarían buscándolo? ¿Su hyung se encontraría bien?

—Yoonie, espero...que estés bien.

MENTAL SANATORIUM.

—¿Jungkook?

—¿Qué es lo que quieres, Jaebum? Acabas de interrumpir. —Responde bruscamente mientras tenía puesta su mirada en la habitación, muy pendiente de que Jimin no moviera ni siquiera un músculo.

Él...está vivo. —La voz de Jaebum apenas fue audible para el azabache que comenzaba a perder la paciencia.

—Joder, habla más fuerte. No escucho nada.

Min está vivo, Jungkook.

ᴍᴇɴᴛᴀʟ sᴀɴᴀᴛᴏʀɪᴜᴍ ✗ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ✗ EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora